Rafael Doctor Roncero, hasta ayer director del Centro Andaluz de Fotografía, ha sido destituido de su cargo pues la Consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía ha cambiado la estructura de la la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, despareciendo la Dirección de Programas de Fotografía que ocupaba Doctor. El comisario y activista cultural ha emitido un comunicado explicando su versión de los hechos.
Rafael Doctor Roncero ha sido cesado de sus cargo al frente del CAF, plaza que obtuvo en concurso público. La decisión ha tenido una gran corriente de indignación en redes sociales, así como duras críticas por parte del exdelegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta en Almería, Alfredo Valdivia, según recoge ‘La Voz de Almería’. “La derecha se ceba con la cultura, como siempre, despreciando a quienes trabajan de forma magistral descabezándola de manera injusta y sobre todo sin razón alguna máxime cuando el CAF había entrado en una dinámica como nunca lo había visto antes, teniendo claro que se debía a la cultura con mayúsculas, la fotografía por supuesto y a la sociedad. Y esa labor tiene un nombre propio que es Rafael Doctor Roncero».
«Solo teníamos que ver todas las exposiciones que Rafa ha montado en el CAF para ver la dinámica de aceptación y éxito en cuanto a la calidad de las obras expuestas, en cuanto a la asistencia de público e implicación de toda la sociedad almeriense, abriendo el CAF a la sociedad . No solo estoy en contra de esta cese sino que creo que se trata de un ataque directo a Almería para cargarse el CAF”, añade el exdelegado.
La comisaria Semíramis González hacía repaso de las actuaciones de Doctor al frente del CAF. “Más de 26.000 visitas en 2018 (26.195), un 65,3% más que el año anterior, 16 exposiciones fotográficas, 4 muestras bibliográficas, 5 publicaciones, 4 talleres del Programa Formativo de Fotografía, participación en festivales como PhotoEspaña y el II Encuentro de Creación Fotográfica de Andalucía». Y repasa algunos de los nombres que han pasado por allí, «Chus Gutiérrez, Juan Goytisolo, Vicente Aranda, María Cañas, Estela de Castro, Edurne Herrán o Paco Peregrín, pero ta una estrecha colaboración con instituciones cercanas, como la Universidad de Almería”.
El anterior director del CAF, Pablo Julia, también manifestaba: “No tiene sentido, es una barbaridad, la cacicada que han hecho con Rafa Doctor y con el CAF. (…) Aunque yo no estuviera de acuerdo con algunas cosas de Rafa Doctor, es improcedente y escandaloso las maneras que solo muestran el fondo miserable del que se alimentan”.
Esta mañana el propio Rafa Doctor ha emitido el siguiente comunicado en redes sociales:
«Todo el que me conoce sabe que, además de los animales, incluidos los seres humanos, yo tengo otros dos amores, la fotografía y Almería.
En marzo de 2017, tras un concurso público muy complejo, saqué la plaza de Dirección de Programas del Centro Andaluz de la Fotografía (CAF). Dos meses después me incorporé a este trabajo, y desde entonces, y tras infinitas dificultades, he desarrollado una labor nueva intentando cumplir con las funciones para la que se me había contratado. A pesar de un ínfimo presupuesto, una inmensa desidia institucional y una carencia de personal especializado para llevar a cabo lo planificado, gracias al apoyo de algunos compañeros de trabajo, que me arroparon y confiaron en el proyecto que traía, empezamos a rodar y, al poco tiempo, a notar el resultado de los cambios que consideraba absolutamente necesarios.
En 2018 logramos que las visitas se incrementasen un 67%, al mismo tiempo que fuimos capaces de planificar más actividades en este corto periodo que en los diez años anteriores de historia de la institución.
Con el cambio político acaecido en Andalucía a finales de año (PP-Ciudadanos-Vox) y con la incorporación de los nuevos cargos a la Agencia de Instituciones Culturales a la que pertenezco, entramos en una parálisis absoluta, al mismo tiempo que recibimos todo tipo de ataques, entre ellos el de criticar que la programación que se hacía desde el CAF tenía un carácter “ideológico”.

A pesar de todo, cambiando fechas, buscando cómplices que nos ayudasen a financiar proyectos y, sobre todo, haciendo solidarios con la situación a los propios artistas y profesionales, logramos seguir programando y generando proyectos que han sido capaces de mantener el espacio activo.
En este mismo año, y a pesar de esta parálisis, hemos logrado hacer grandes exposiciones de Norman Bethune y la Desbandá de Málaga, Cristina de Middel, Phes-fotografía española solidaria, Marlene Freniche, Virginia Rota, María Rosa Aránega, pioneros de la fotografía andaluza, así como otras muestras bibliográficas y otros proyectos en las salas nuevas que inauguramos, arrebatándoselas a los espacios que antes eran oficinas.
La semana pasada no solo inauguramos un gran proyecto, como es la confluencia de pintura y fotografía con Jorge Galindo y Pedro Almodóvar, sino que también celebramos el primer gran encuentro de historiadores de la fotografía de Andalucía. Todo esto ha sido posible gracias a la Universidad de Almería, con la que encontré una sintonía de trabajo maravillosa que venía a suplir en buena parte el abandono al que estaba siendo sometido desde la Agencia de Instituciones Culturales, dirigida por Fernando Francés.
El próximo viernes está programada la inauguración de Gerda Taro y Robert Capa, como un proyecto esencial para reivindicar el papel de esta mujer que dio la vida por la libertad en España y fue ocultada hasta hace bien poco. ¡Claro que es una programación ideológica! Como lo son todas y, en este caso, desde aquí ha estado planificada esencialmente a través de cinco ejes: el papel de la mujer en la fotografía, cosa que ha hecho que nuestra programación sea mayoritariamente femenina sin la necesidad de buscar cuotas; Andalucía y el Mediterráneo como frontera entre dos mundos; la memoria histórica, tan necesaria de trabajar para curar las heridas del pasado; la recuperación y puesta en valor del origen de la fotografía en Andalucía; y, finalmente, la creación contemporánea visual andaluza, esencialmente la local de Almería, que hasta ahora había estado absolutamente olvidada en el CAF. Son los ejes en los que se basó el proyecto que presenté y que, sin apenas fondos, he tratado de desarrollar lo mejor que he podido.
Ayer se me convocó a una reunión en Sevilla y en ella se me cesó directamente de mi puesto. Me veo obligado a asumirlo, aunque lógicamente lo llevaré a los tribunales, amparándome en todos los derechos que me asisten como trabajador que ha ganado una plaza por concurso público regido por el código de buenas prácticas, y que además ha cumplido de sobra con todas y cada una de las funciones que dicta el contrato firmado hace dos años firmado.
Con este pequeño comunicado quiero dar las gracias a todas las personas que me han ayudado en estos dos frenéticos años en lo que ha sido una lucha titánica por sacar a flote el CAF, algunos de ellos compañeros de trabajo valientes que han estado día a día a mi lado y otros, personas ajenas a la institución que han confiado activamente en el proyecto y me han apoyado con mucho cariño y respeto desde que llegué a Almería. La lista de personas que de una manera u otra han estado presentes o implicadas en proyectos en estos años de precariedad, pero también de ilusión, es amplísima y absolutamente dispar con las diferentes formas de entender hoy en día la imagen fotográfica.
Y ahora toca lo feo, empezar la batalla judicial no solo es por mis propios intereses sino también por los del propio sector, que estos nuevos señores, empresarios convertidos en políticos, quieren convertir en algo donde sobramos todos aquellos que nos consideramos librepensadores. Cualquier persona que conozca algo de esto sabe a qué y sobre todo a quién me enfrento. Asumir sus injusticias sería darle la razón y claudicar, y eso algo que no he hecho nunca y que no voy a hacer jamás, cueste lo que cueste.
Gracias de antemano a los artistas, profesionales y amigos por su apoyo durante estos últimos meses, gracias a ellos he podido sobrevivir al inducido proceso de abandono y desgaste al que he sido cruelmente sometido. He resistido y, como no he caído ni pensaba caer, ellos, saltándose todo y aduciendo que se está reestructurando la Agencia de Instituciones Culturales, me echan a pesar de que mi contrato finaliza dentro de dos años. Es cierto que la Agencia se está reestructurando, pero en esa reorganización uno de los objetivos era echarme, a pesar de que los resultados de mi trabajo estuviesen resultando óptimos. No se ha valorado en absoluto mi trabajo; de hecho, se me ha ignorado. El que molesta soy yo, por ser y defender la libertad en el ejercicio de la gestión cultural».