Autobiografías Visuales

¿Cómo nos representamos cuando se trata de nosotros mismos? Juan Santos, fotógrafo y docente, muestra las distintas estrategias y acercamientos a la autobiografía visual, principalmente a través del formato libro. En esta segunda entrega se centra en el diario, pero utilizado de muy distinta manera, a través de dos autoras: Ana Casas y Kaylynn Deveney.

Si en el artículo anterior hablamos de inventarios, en esta nueva entrega trataremos de diarios, una de las fórmulas autobiográficas por excelencia. Comenzaremos por Cuadernos de Dieta de Ana Casas Broda (Granada, 1965). 

“Llevé cuadernos de dieta desde 1986 hasta 1994. Empecé el primero a los veintiún años. Durante ocho años anoté absolutamente todo lo que comía y me tomaba fotos con regularidad”.

Con estas palabras de la autora podríamos pensar que se trata de un inventario, como los que vimos en el caso de On Kawara y Sol Lewitt, más que de un diario en sí. No hay relato, si acaso unas pocas frases que hablan de sus sensaciones al respecto de la dieta. Lo más característico es la acumulación de datos y fotos. 

La fina frontera entre inventario y diario se hace patente en este trabajo, pero, ¿qué son algunos diarios sino un inventario de acontecimientos durante un periodo de tiempo determinado? Para sacarnos de dudas, la propia autora lo define inequívocamente como diario: “Estas fotos son el diario personal de una necesidad cruda de verme, reconocerme, construirme. Son el registro de la lucha con el cuerpo, de la desazón interna, de la obsesión de controlar aquello que yo creía haría mi identidad menos frágil”.

Una particularidad que hace interesante este trabajo es el carácter íntimo original de las fotografías. “Lo inquietante es que no fueron hechas para ser mostradas, son el resultado de un proceso íntimo, cerrado. Abrirlas a la mirada del espectador implica un deslizamiento de mi lugar como autora al de espectadora”.

Cuaderno de dieta Mexico 1991. © Ana Casas Broda.

En este sentido, haciendo caso a la autora, no habrían sido construidas pensando en una publicación, o con una edición orientada a ese fin, sino más bien siguiendo el impulso de un diario íntimo en el que la forma no importa tanto como el contenido. Contarse a sí mismo como impulso, sin necesidad de deslumbrarse con el envoltorio o pensar demasiado en él.

En sus palabras también hace referencia a otro interesante elemento de la autobiografía: el lugar o la distancia que tomamos con el relato autobiográfico y cómo podemos convertirnos en espectadores de ese relato, con lo que eso conlleva de contradicción. En relación con esto, Ana Casas afirma que las fotos del segundo cuaderno fueron tomadas por su pareja “Las fotos de este periodo son ligeramente diferentes porque muestran mi cuerpo a través de la mirada de él y tienen un toque de sensualidad”.

Ana Casas confiesa la exigencia de este ejercicio autobiográfico, “guiada por una profunda necesidad de mirarme, verificar los mínimos cambios que lograba con las dietas, explorar mi cuerpo desnudo desde ángulos que no me daba el espejo”. Esa necesidad de “mirarse en el espejo” como medio de construir el yo del que hablaba Lacán. A través de esa observación, de la exploración de su cuerpo, de la descripción detallada de su alimentación, se completa a sí misma, y se define en su propia búsqueda.

Los diferentes cuadernos de dieta son rescatados por la autora en el proceso de construcción de su libro ‘Álbum‘, en el que aborda temas como la memoria, la herencia personal, cultural y la fotografía como forma de explorar la identidad través de la relación con su abuela: “al final del proceso de trabajo en el libro ‘Álbum‘, reencontré estos cuadernos y decidí incluir en él algunas de estas fotografías. Para mí, estas imágenes dan cuenta de algo esencial”.

En el otro extremo encontramos a Kaylynn Deveney (Albuquerque, New Mexico, EEUU, 1967), que nos muestra en ‘The day-to-day life of Albert Hasting‘ un diario a cuatro manos lleno de ternura y delicadeza. 
El libro se compone de 83 fotografías tomadas por Deveney, 77 títulos o comentarios a la mayoría de éstas, escritos a mano por Albert Hastings y un conjunto de poemas de Albert, dibujos y fotografías familiares.

‘The day to day life of Albert Hastings’ (pags 12-13). © Kaylynn Deveny, Albert Hastings

Albert Hasting es un ingeniero industrial jubilado, viudo, que vive sólo en el barrio donde reside la fotógrafa. Deveney le propone que trabaje con ella en un proyecto fotográfico sobre su vida y sus rutinas. A Kaylynn Deveney le interesa reflejar en su fotografía los momentos banales del día. Aquello que consideramos tan insignificante que no merece ser fotografiado. Las rutinas diarias que nos hacen sentir en casa o conforman nuestra idea de lo que es un hogar. 

Es un diario a cuatro manos en tanto que la autora aporta las fotografías que hace del día a día de Albert, y éste hace anotaciones sobre esas fotos, además de incluir los dibujos, poemas, y algunas fotos pertenecientes a su álbum, principalmente de su mujer fallecida. “Le pedí a Albert que subtitulara pequeñas copias que guardaba en un cuaderno de bolsillo. Cada uno hablando desde nuestra propia perspectiva, comenzamos el diálogo que eventualmente se convirtió en este libro”.

Los títulos no sólo tratan de ilustrar lo que dicen las fotografías, describirlas, sino que van más allá, de modo que hacen referencia a la propia construcción del diario, incluyendo una referencia a la autora de las fotografías. “Los títulos de Bert crean un nuevo contexto para mis fotografías, mientras que algunos corresponden al pensamiento que dio forma a la imagen, otros interpretan la imagen de una manera diferente”.

La construcción de un diario que en apariencia sólo habla de Albert, que podría considerarse una biografía más que autobiografía, se convierte en una relación entre los dos autores, que confluyen en una mirada sobre los hechos cotidianos y banales que definen la existencia. “Este trabajo está situado donde la visión autobiográfica de Bert, basada en la experiencia de la vida y el sentimiento, se encuentra con el nuevo ojo de un extraño. Juntas, nuestras visiones y versiones de su experiencia cotidiana se sientan una junto a otra para crear un nuevo relato. Al final de este proyecto, Bert y yo, por supuesto, mantenemos nuestras perspectivas individuales, pero creo que también somos más ricos por la influencia que ejercemos el uno sobre el otro. Yo sé que lo soy”. 

He elegido estos dos trabajos tan alejados dentro de la construcción del diario por su interés en cuanto a la forma de abordarlos. Aunque en los dos podemos encontrar elementos comunes como los textos manuscritos o la colaboración de otra persona en fotografiar al sujeto principal del diario, el resultado es muy alejado en la forma de presentar al mismo. La aparente objetividad o crudeza de uno contrasta con la ternura y poesía con que se miran los hecho más banales en el otro.

Puede que habitualmente asociemos el diario a una narración de hechos reseñables para el autor, o a esos cuadernos adolescentes en forma de confesión, pero la construcción de un diario puede realizarse desde perspectivas muy diferentes y no sólo la de la primera persona.

Ana Casas Broda. Diarios de Dieta.
https://www.anacasasbroda.com/dieta
Kaylynn Deveney and Albert Hasting.The day-to-day life of Albert Hasting
Princenton Architectural Press
New York 2007
ISBN: 978-1-56898-704-0