Ser fotógrafo significa vivir de la imagen, pero en ocasiones, no sólo de la que imprimes o revelas, sino también de la que proyectas. Tal vez por eso hay cierta tendencia a ver la profesión como algo glamuroso. ¿Eres fotógrafo? ¡Qué chulo! Porque nadie sabe las jornadas de ordenador, los dolores de espalda de una vida cargando el equipo, las horas de espera en la calle en photocalls o guardias, las peleas con clientes que no valoran tu trabajo…
A veces leemos entrevistas a colegas o vemos noticias suyas y pensamos: “¡Qué bien le va a Pepita, acaba de exponer en tal sitio!, “Mira a Juanito, acaba de ganar ese premio tan reconocido”. Pero es que a lo mejor Pepita se ha gastado 2.000 € en una exposición de la que no va a vender nada, y el premio que ha ganado Juanito, ni siquiera tiene dotación económica. O si la tiene, ¿cuántos premios tendría que ganar al año para poder vivir de su obra?
Este año tuve la suerte de estar invitado al Full Contact del SCAN de Tarragona. Allí pudimos ver 24 propuestas más que interesantes, con formas de entender la fotografía muy diferentes. En las charlas con los autores, decidí preguntarles de qué vivían. La mayoría de ellos no se ganaban la vida con sus fotos, y sólo algunos con actividades relacionadas. De hecho, es muy habitual que muchos de los fotógrafos “de éxito” vivan un poco de la docencia, otro poco de algún encargo, a veces hay alguna beca, algunos venden alguna copia en ocasiones…
En las últimas semanas han aparecido diferentes artículos hablando de la precaria situación de los fotógrafos en prensa. Gervasio Sánchez publicaba en La Marea un artículo titulado ‘Vergüenzas ocultas del periodismo español’ sobre el trato a los periodistas (y gráficos) en los medios españoles. También se ha publicado en los últimos días un informe de CNT titulado ‘Periodismo en la UVI’ en el que se desgranan algunas tarifas para los colaboradores de muchos medios nacionales.
El panorama es desolador. Samuel Aranda ya lo decía en Clavoardiendo: “Si alguien se quiere dedicar a esto, lo primero que tiene que hacer es irse fuera, salir de este país”. Y de forma parecida se manifiesta Iker Morán, que desde Photolari recomienda a los aspirantes a fotógrafo que se busquen otro trabajo.
Es verdad que no todo el mundo está en la misma situación. Hay gente que se gana la vida con esto, incluso se la gana muy bien. Yo mismo vivía de la fotografía (de hacer fotos) hasta no hace tanto. He vivido lo que es trabajar de colaborador (un fijo encubierto) en un periódico importante, cobrando una miseria por foto publicada, algo muy habitual en prensa (y si cubrías un tema y no se publicaba cobrabas 0 €), sin horarios, sin apenas días libres, sin vacaciones pagadas, pero ganando un sueldo digno a final de mes. La forma para conseguirlo, trabajando mucho, mucho, pendiente del móvil (y antes del busca) y renunciando a tu vida privada.
También he vivido estar en plantilla. Un sueldo más bien bajo (ahora ese salario se considera alto, en esto hemos ido para atrás) pero con un calendario, vacaciones, algunos fines de semana libres… Vamos, con derechos laborales que en otros sectores se consideran básicos y que en el nuestro son un privilegio. En el primer ERE que sufrió la empresa, decidieron echar a todos los fotógrafos de las delegaciones y reducir a la mínima expresión los que estaban en plantilla. Total, su trabajo lo podía hacer un redactor con el móvil o ese mismo fotógrafo, pero ahora sin derechos. Una pauta que he visto repetida en muchas cabeceras.
En los últimos años, además de los proyectos personales, el activismo cultural y trabajar en Clavoardiendo, sigo haciendo algunos encargos. Y el problema no sólo son los precios, sino los plazos. Cobras, en muchas ocasiones, con meses de retraso. Aunque la ley lo limita a dos, están las “políticas de empresa” por las que tu factura pasa a contabilidad a partir del día 25 del mes siguiente a haberse publicado la fotografía que emitirá la transferencia, una vez aprobado el pago por la secretaría de redacción o cuando Júpiter entre en el casillero de Piscis. Los gastos de kilometraje y similares también suelen ser un asunto esotérico. Se ve que a ellos la gasolina les sale muuuucho más barata. Eso cuando te pagan esos conceptos.
¿Pasa eso en otros sectores? Tengo unos amigos que se dedican a representar fotógrafos de moda. En ese mundillo los presupuestos son otros, las campañas cuestan miles de euros. Pero desde hace unos años se paga muchísimo menos, y el fotógrafo tiene que asumir apartados que antes no eran de su responsabilidad. Eso cuando no tiene que acudir a “concursos” creativos.

© Roberto Villalón
¿Y si quieres exponer? Pues te encuentras incluso con galerías que cobran por colgar tus fotos, sin ningún servicio añadido (publicidad o búsqueda de compradores) aunque lo habitual es que la producción corra a cargo del artista y la venta se reparta al 50 %. Sólo algunas galerías dan ayudas a la producción (algunas de ellas, a posteriori en caso de venta) y suele llevar pareja la representación en exclusiva.
El mudo de la docencia está siendo una salida muy recurrida en el sector. Cada vez más, ser fotógrafo está ligado a dar clases (talleres, cursillos, másteres o lo que se tercie), pero tampoco está exento de peticiones de exclusividad, pagos tardíos, cantidades ridículas por hora trabajada…
Ya veis, al final la solución va a ser la denostada BBC. Aún recuerdo el artículo que escribió Victor Lax, ‘Fotografía de bodas, refugio de bastardos’, en el que hablaba de la cenicienta de las áreas fotográficas. Y ahí lo tenemos ahora, calzándose un zapato de cristal como mejor fotógrafo de bodas del mundo.
Por todo eso, nos gustaría saber cómo está el oficio. Que nos contarais cuánto os pagan por reportaje fotográfico en prensa, en las webs, por boda, por comunión, por taller en una escuela, cómo han sido vuestros acuerdos para exponer, o para hacer orlas en los colegios o books de actores… Pero no sólo nos interesa saber la situación de los freelance, sino también aquellos que tienen un contrato. Creemos que la información es el primer paso para cambiar las cosas.
Mientras redactaba este articulo, Tino Soriano ha colgado en su grupo de Facebook Stop Cláusula Abusivas a los Fotógrafos un vídeo promoviendo la afiliación al Sindicat de la Imatge (UPIFC). Desde aquí apoyamos esta iniciativa y os animamos para que también nos enviéis información de otros intentos por organizarse para revertir estas situaciones que denunciamos.