Miguel Ángel Rego expone, en Galería Cero y hasta el 2 de junio, ‘On Social and Cognitive Abstractions’, un resumen de los trabajos que han ocupado sus tres últimos años como creador, que van desde el arte relacionado con lo cognitivo hasta el aspecto más social de sus primeros proyectos.
Miguel Ángel Rego es un chico resumido, breve físicamente. Delgado y de mirada inteligente e intensa. Sonrisa agradable y un par de rastas que lo enfatizan como si de signos de exclamación se tratasen. Es un chico ardilla. Pese a su juventud, tiene una conversación densa, de esas que te desarman. Parecería redicho por los textos que resumen sus obras, pero es más que capaz de defenderlos en la conversación directa, obligando (a este que escribe) a tener que hacer varias consultas en la red para descifrar algunos términos de la conversación al transcribir esta entrevista.
Rego es el protagonista de Galería Cero hasta el mes de junio. Un ejemplo de la apuesta de la galería por artistas jóvenes que puedan realizar propuestas innovadoras que trasciendan en anquilosado marco de la fotografía. David Shäfer, María Sánchez, Christian Lagata o David Crespo son algunos de los autores que recientemente han expuesto allí y para los que la fotografía es sólo parte de su manera de comunicar sus inquietudes.
Miguel Ángel Rego ha reunido en esta exposición, comisariada por Victoria del Val, varios de los proyectos en los que ha estado trabajando en los últimos años. Ante la necesidad para muchos de nosotros de una “traducción” para poder comprender su obra, el autor y la comisaria realizarán un encuentro con el público en la galería el lunes 9 de mayo, a las 7 de la tarde. Miguel Ángel realizará una visita guiada en la que contará su proceso de creación.
Nosotros vamos a repasar a Rego, vida y obra, para no perdernos a este emergente, cuyo discurso es sólido, claro y denso, pese a su juventud.

Miguel Ángel Rego © Roberto Villalón
Miguel Ángel Rego (Madrid, 1985), cuando sólo le quedaban dos asignaturas para terminar Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas, se pasa a estudiar Bellas Artes. Llevaba un tiempo pensando que aquello no era lo suyo, que le tiraba la vocación familiar, pues su abuelo había sido copista en el Museo del Prado y su padre pintaba. Hasta entonces, como buen adolescente, había aborrecido todo lo relacionado con aquello. Pero al final, la cabra tiró al monte.
Comenzar la carrera de Bellas Artes convencido y con algo más de edad que sus compañeros le dio cierta ventaja. Era consciente de que, sacando buenas notas, podría conseguir ser colaborador en algún departamento, conseguir becas de excelencia, incluso acceder a una beca de doctorado… Y lo dio todo. De esa manera entra al departamento de pintura con Josu Larrañaga (por entonces decano) y logra una beca honorífica, que a su vez le ayuda a conseguir la matrícula del Máster en el Dutch Art Institute (Arnhem, Holanda) con una beca pre-doctoral en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC (Madrid, España).
Durante sus estudios y en sus primeros pasos como artista se hace patente la tradición familiar y comienza como pintor hiperrealista. Es una carrera en la que los primeros años son técnicos, y triunfa. Pero poco a poco profundiza en el arte contemporáneo y comienza a hacer obras en una línea más conceptual o minimalista. Una evolución muy rápida.

Imagen de ‘Return of Class Power and Privilege’
Sus primeros proyectos tienen un claro carácter político, como una aplicación de realidad aumentada en ciertas placas con alusiones franquistas de la ciudad de Madrid (‘Espacios para la memoria’) o una deconstrucción de la bandera de España (‘Bandera revisada del Reino de España’) con la que trata los silencios que ha habido en cuanto a la financiación a las víctimas del franquismo, o intervenciones en el espacio público sobre la memoria histórica.
“Yo siempre he estado en un ambiente muy político. La rama familiar de mi madre sufrió la dictadura de Franco. Muchos de mis tíos emigraron o murieron durante la guerra o sufrieron la represión del régimen. Además, mi abuelo materno me hablaba de lo que había sido la guerra. En cambio mi abuelo paterno perteneció a la milicia por el bando franquista y estuvo destinado en el Sahara. Por ser diagnosticado de una enfermedad grave quedó truncada su carrera militar, aunque siguió siendo delineante en la Aviación Española, y también peluquero y, de ahí mi vena artística, copista del Prado”.
Los siguientes proyectos, sin abandonar el componente político, pasan a tener un discurso menos activista, más elaborado. Así crea ‘Return of Class Power and Privilege’, que forma parte de los trabajos que podrán verse en esta exposición, donde se ha traducido ‘El Capital’ de Karl Marx al lenguaje electrónico de programación; lenguaje que sustenta el hardware de dispositivos cotidianos como los ordenadores o los smartphones.
Con ello quiere hablar de cómo, a día de hoy, basándonos en las nuevas tecnologías, muchos de los paradigmas utópicos del marxismo se adaptan, de manera que el capitalismo pueda evolucionar y resolver sus propias crisis internas.
“Trato de dilucidar cómo aspectos como lo social, lo comunitario o el hecho de compartir están siendo utilizados por plataformas como Facebook o Twitter. Para ello transcribí algunos pasajes, convertidos en problemas y luego adaptados al lenguaje matemático y de ahí al electrónico. De hecho ‘El capital’ es una guía de instrucciones de cómo funciona todo el aparato”. Un proyecto que trata sobre cómo se puede interpretar el marxismo en términos tecnológicos, cómo la labor de la clase obrera hoy en día debería ser “apropiarse de los espacios que surgen en las nuevas tecnologías y así hacer surgir dinámicas dentro del propio capitalismo que también puedan utilizarse para el beneficio de toda la población”.
Pero, ¿por qué hacer una obra de arte en lugar de escribir un ensayo ante la densidad del planteamiento? “El artista tiene que buscar nuevos lenguajes estéticos. A pesar de que, a primera vista, mi trabajo puede ser un tanto críptico, intento introducir estos lenguajes matemático e informático. Y evidentemente, las exposiciones, los centros de arte y las galerías son el espacio para hacerlo”.
Este proyecto, ‘Return of Class Power and Privilege’, que combina arte y programación, nos lleva a preguntar si es real la capacidad de cambio por parte del contenido artístico, si puede convertirse en un troyano informático, o si por el contrario el sistema siempre acabará asimilando las formas rebeldes integrándolas en su propia programación. “Desde Duchamp hasta nuestros días se ha elaborado un arte de tipo negacional, que al final acaba siendo apropiado y neutralizado por el mundo del arte para acabar siendo normalizado. Por ello, yo cambio esa perspectiva porque veo como lo negacional no hace más que alimentar el sistema. Es una vía loable, pero por mi parte intento buscar cuáles son los beneficios que puede traer el capitalismo”. En el fondo no se trata de apagar el fuego, sino de arrimar el ascua a tu sardina, orientar el rumbo del sistema al destino que te interesa.

Imagen de ‘Revolutionary Fire’
Otro de los proyectos que se pueden ver en esta exposición es ‘Revolutionary Fire’. En palabras del autor, una serie de fotografía donde se produce una confluencia de paisajes distópico-utópicos de las portadas de los años 70 de Theorie Communiste, un colectivo que surge en Francia y que empieza a replantear el marxismo cuando se descubren los escritos preparatorios de ‘El Capital’. “Me interesó hacer esa confluencia de paisajes de estas revistas con frames de películas distópicas motivadas por una frase de otro texto de Marx que clamaba por la necesidad de hacer ‘fuego revolucionario’. Marx plantea su tesis desde la confluencia de tres bloques diferentes: la economía política del S. XVIII y XIX, la filosofía griega y el socialismo utópico. Marx clamó por confluir diferentes ámbitos de pensamiento para hacer surgir nuevo pensamiento. Yo asocio el pensamiento utópico con el distópico desde los años 70 por ser un momento muy rico de producción del conocimiento por Mayo del 68, Reagan y Teacher, la ruptura del patrón oro… Por ello elaboro este tipo de paisaje que rompe con ese marco. En paisaje utópico está enmarcado y el paisaje distópico rompe ese marco”.
Frente a esta serie, en la galería se encuentra el vídeo ‘From Oikos to Thanatos’. “En el primer año del máster descubrí el cinetract y me planteé hacer una reconfiguración de este formato político propagandístico. Son unos vídeos de tres minutos de duración, que era lo que duraba la cinta en la que se filmaron los acontecimientos de Mayo del 68 por parte de figuras como Godard o Resnais. Ellos los editaban en la propia cámara y los proyectaban en las fábricas o a los estudiantes. Y me replanteo cómo ese formato puede ser repensado a día de hoy. Este vídeo es la primera fase de un proyecto más amplio que trata de elaborar una red con otras personas que replantean este formato de cinetract para conseguir un archivo activo. Ya hay una web donde reúno muchos de estos cinetract de los años 70 a los que junto algunos actuales”.
Otro de sus trabajos ‘políticos’ que se exponen en Cero es ‘Requiem for a Physical Manifestation of a Cause’, pieza que nace gracias a Circuitos de Artes Plásticas, convocatoria de ayuda a la producción del arte joven organizada por la Comunidad de Madrid.

Imagen de ‘Requiem for a Physical Manifestation of a Cause’,
“En mi cabeza las piezas suelen ser muy grandes. Pero conseguimos hacerlo como lo había imaginado. En esta pieza hablo de la arquitectura posmoderna, esos cristales que ayudaron a crear un nuevo concepto de sociabilidad dentro de la ciudad, del edificio acristalado que reflejaba el afuera y no el edificio modernista que procuraba su inclusión en el entorno”.
Los últimos trabajos de Rego han supuesto una evolución hacia aquellos aspectos relacionados con lo congnitivo y la conciencia de uno mismo. Al igual que sus primeros trabajos un pasado familiar tuvo una traslación política en su obra, otra característica individual sirve de motivación en la investigación artística de Miguel Ángel. “Suelo vincular mi obra a aspectos personales. Tengo un nivel bajo de síndrome de Tourette y es algo que me sirve incluso para desarrollar mi tesis”. En casos elevados, la gente que lo padece tiene muchos tics y en casos de nerviosismo dice muchas palabrotas. “Me interesa estudiar qué aspectos positivos tiene para mí, para la creación”.
De esta manera, llega a conocer la anosognosia, que le sirve de punto de partida para ‘Post-contingent Coherence’. La anosognosia es una enfermedad por la que aquellos que la padecen actúan ignorando otras enfermedades que también sufren. Por ejemplo, los golpes en el lóbulo lateral derecho suelen generar anosognosia y parálisis en el lado izquierdo. En ese caso, actuarán como si no tuvieran esa parálisis. E incluso llegan a creer que esas partes que no se mueven no son suyas. El cerebro engaña al individuo.
“Llego a esta enfermedad a raíz de mi tesina. La planteo en torno a un filósofo que está siendo muy recurrido en la filosofía contemporánea, Wilfrid Sellars. El caso es que todo el mundo en alguna ocasión actuamos que si tuviéramos anosognosia y negamos una parte de nosotros mismos”.

Imagen de ‘Post-contingent Coherence’
Esto ha generado una pieza audiovisual de una pianista, de la que expone dos frames intercalados con un retrato de Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos que padeció esta enfermedad. Cada frame seleccionado representa a la pianista, que también la padece, desde una visión subjetiva y desde una visión externa.
Continuando con esta exploración sobre la forma de funcionar de nuestros pensamientos, la exposición se cierra con ‘Mathematical Immanece’ donde se representan ciertos números inmanentes a la capacidad cognitiva del ser humano, como por ejemplo el número de Dunbar, que es, hipotéticamente, el número máximo de individuos para la conformación de una sociedad funcional no mediada. Una vuelta a la concepción pitagórica de los números como explicación de la realidad. El lenguaje matemático convertido en lenguaje artístico.
Miguel Ángel expone en la galería de una escuela de fotografía y esta revista es, fundamentalmente, de fotografía. Cabría preguntarse por su relación con la fotografía actual. “Como artista me considero multidisciplinar, es decir, si tengo que recurrir a ella, recurro. Y si no, no. Y si hay que destrozar los cánones de la fotografía actual, pues se hace. Para mí la fotografía o la pintura es simple material. Concibo el material de manera ortodoxa, pero no como fin. Hay millones de posibilidades alrededor de la fotografía”.
- ‘On Social and Cognitive Abstractions’ de Miguel Ángel Rego
- Fecha: del 20 de abril al 2 de junio.
- Visita guiada: Lunes, 9 de mayo a las 19 h.
- Localización: Galería Cero. C/ Fuenterrabia, 4, Madrid.
- Horario: de lunes a viernes, de 08:30 h. a 14:30 h y de 16:30 h. a 22:00 h.
- Entrada: gratuita.