Click en mi cabeza

Con los escombros recogidos en obras y caminos, la artista Rosa Neutro ha creado objetos que representan fragmentos de la historia de la fotografía que protagonizan mujeres. Con ello ha creado ‘Pequena enciclopedia de fotografía (fragmentada)’, una muestra que concluye a finales de mes en Vigo. Blas González analiza esta exposición para que conozcamos sus referentes.

“Conviértelo en objeto e ingiérelo de nuevo”, proclama Brian O’Doherty en su ensayo sobre las dinámicas de la galería (‘Dentro del Cubo Blanco’), cuando enuncia la necesidad contemporánea de materializar las ideas para poder digerirlas.

En este lema resuenan las sospechas que Walter Benjamin albergaba contra las urgencias que las sociedades modernas manifiestan por acceder a “vivencias experimentales”, y a las que el pensador alemán responsabilizaba de la sobrecarga emocional que despoja al “individuo de su vínculo más profundo y emotivo con su pasado personal e histórico”. 

Este planteamiento, influenciado por las teorías de Freud, declaraba la incapacidad de la conciencia para procesar los excesos sensoriales a los que estamos continuamente sometidos, el creciente empobrecimiento de la memoria del individuo, y la capacidad de la fotografía como dispositivo de redención de los recuerdos.

A principios del siglo pasado, arranca uno de los periodos más apasionantes del pensamiento en torno a la fotografía, que encuentra en el archivo y en el collage dos impulsos de diferente naturaleza para contrarrestar los efectos de la inflación visual provocados por la consolidación de la industria gráfica y el apetito consumista que crece con voracidad exponencial.

© Blas González

Si el archivo se justifica por la necesidad de racionalizar el acceso al conocimiento y establecer un punto de reconciliación con el pasado, el collage pretende encontrar las resonancias y armonías ocultas entre los retales de un presente desbordado que avanza a tientas hacia el futuro.

Aunque a finales del periodo modernista se avanza tímidamente en la resolución de la aparente incompatibilidad entre estos dos modelos, será el conceptualismo quien someta la rígida sistematización del archivo a las fuerzas especulativas del pensamiento artístico. 

Con estos pensamientos, acudo a la exposición ‘Pequena enciclopedia de fotografía (fragmentada)’ de Rosa Neutro –que se expone hasta el 31 de marzo en la sede viguesa de la Diputación de Pontevedra–, no solo atraído por la evocación de un título en el que inevitablemente resuenan ecos de la ‘Breve Historia de la Fotografía’ de Walter Benjamin, también intrigado por ese planteamiento enciclopédico que se anuncia, ambicioso y universal, pero que entra en sonora contradicción con la dimensión que se declara en el titulo y con su condición fragmentaria aclarada entre paréntesis.

Además de la confrontación entre el archivo y el collage que el título promete, la confluencia entre lo escultórico y lo fotográfico que se anuncia en el statement de la exposición, concede materialidad al “objeto” fotográfico, circunstancia capaz de provocar inesperadas tensiones semánticas en la superficie de la imagen, lo que, sin duda, contribuyen a la aparición de significados latentes en la imagen, permitiendo su asimilación en contextos diferentes para los que fue concebida. El beneficio es evidente: la creciente dispersión y complejidad del mundo contemporáneo, permiten (y exigen) al artista una respuesta audaz y creativa que haga digerible la realidad.

No obstante, desde una perspectiva masculina, no puedo evitar cierta sensación de extrañamiento al visitar una instalación que invita a repensar el rol de la mujer en un discurso histórico de la fotografía dominado por los hombres. Los hombres no solo estamos obligados/legitimados a participar en la reivindicación del derecho de igualdad de género, también debemos contribuir a la restitución del valor que la redacción tradicional de la historia ha sustraído a la mujer.

© Blas González

El montaje de Rosa Neutro, una recopilación de fragmentos notables –ejemplos glorificados en la crónica de la fotografía–, ilustran la representación femenina supervisada desde la óptica masculina en un recorrido a través de la mirada icónica de los maestros de la fotografía.

Al instante se reconocen los efectos de esta mirada “convencional”, aquella que según Berger aún no ha sido totalmente superada y que –en primer lugar– sitúa a la mujer como sujeto pasivo de la representación y la mirada masculina: “los hombres actúan y las mujeres aparecen”. 

Recortes bruscos de fotografías icónicas, sublimadas sobre fragmentos de cemento, ladrillo, o porcelana, se despliegan ante el espectador sin ningún comentario, apoyados en volúmenes de libros, en un acto de ocupación silenciosa de esas páginas, tantas veces cómplices de la autoridad de la historia les ha concedido.

La disciplina del archivo es aludida en la simetría y metódica organización con la que están dispuestos libros, interrumpido con la revolucionaria insolencia con la que los fragmentos del collage asaltan la mirada del espectador, produciendo un efecto de alienación entre lo que la historia cuenta y las imágenes muestran. Es posible que el encuentro con la mirada de la mujer-niña-hilandera que Lewis Hine fotografiara en 1909, desestabilice al espectador. 

© Blas González

La ausencia de cualquier texto contribuye a crear un profundo silencio visual, un aislamiento ritual, que inevitablemente recuerda la analogía que Christian Boltanski estableciera entre las salas de los museos y las iglesias.

Sin pretender reconstruir el pasado, en estos espacios místicos el francés aspiraba a “la recuperación y la constatación de la memoria como un hecho cultural, antropológico y existencial”. Esta “pequena enciclopedia” comparte una ambición similar, no solo confrontar las miradas del pasado y el presente –explícitamente ilustrado en dos pequeños retratos que cuelgan al fondo de la sala–, también recuperar la capacidad redentora de la fotografía para proponer al espectador una reflexión sobre la responsabilidad de su mirada, y hacerlo participe de la “reconstrucción perpetua de esta pequeña historia de reconciliación”.

© Blas González

Rosa Neutro

Rosa Neutro (Pontevedra, 1979) es artista visual y fotógrafa cuya formación académica pasa por la licenciatura de Bellas Artes en la Universidad de Vigo y por realizar estudios de diseño gráfico en la Escuela de Arte Antonio Faílde de Ourense. Su actividad artística se centra en la fotografía y el fotomontaje como principal medio para explorar, en sus últimos trabajos sobre todo, los clichés femeninos donde explora la memoria a partir de su propia autobiografía así como desde referencias literarias, en una suerte de enigma para llegar a la resolución de un tiempo íntimo fuera de cualquier acontecer reglado.