Hemos hecho un taller, nos hemos comprado esa cámara que tanto necesitábamos, hemos visto algunos libros que nos gustan, hemos ido a algunas exposiciones y ¡hasta tenemos un proyecto fotográfico! Perfecto, pero aquí tienes una serie de consejos que te vendrán muy bien antes de lanzarte a la piscina. Haz caso de Magdalena Ramírez, haz una buena gestión de recursos. Porque saber si hay agua suficiente nunca es mala idea.

Parafraseando a Woody Allen, esta entrada es algo como «Todo lo que Ud. siempre quiso saber sobre gestión de recursos pero temía preguntar». Aprender a gestionar nuestros recursos es la manera de tener un buen proyecto.

allen¿A qué llamamos recursos? A casi todo. En la primera entrada que publiqué hablaba del Diagrama de Gantt, pero hay cosas que no solemos tener en cuenta como recursos y lo son. Como siempre, nos tenemos que hacer las preguntas adecuadas:

¿Qué necesito? Al igual que cuando salimos a tomar fotos, planificamos qué vamos a necesitar: baterías cargadas, objetivos, cámaras, quizá flash, trípode, tarjetas de memoria o películas con diversos ISO, etc., para hacer un proyecto debemos hacer una lista de lo que tenemos, lo que necesitamos, cómo conseguirlo y cuánto nos va a costar.

  • ¿Tengo toda la información previa? ¿Voy a necesitar documentación sobre el tema? ¿Necesitaré buscar en archivos? ¿Cuáles? ¿Puedo hacerlo solo? ¿Cuánto me puede costar?
  • ¿Sabemos procesar las fotos? ¿Voy a necesitar ayuda en esta fase? ¿Cuánto me va a costar lo que no puedo hacer?
  • ¿Sabemos escribir los textos que lo acompañen? (NOTA: para presentar un proyecto siempre tendremos que explicarlo, aunque luego no lleve texto o nos lo haga otro). ¿Necesitaré un redactor, un corrector ortotipográfico, un periodista? ¿Un traductor? ¿Y eso cuánto cuesta?
  • ¿Sabemos editar el trabajo?
  • ¿Tengo claras las opciones de mi trabajo: exposición, libro, fanzine, etc.? ¿Tengo los contactos para decidir lo más adecuado?
  • ¿Sé qué materiales voy a usar en la posproducción: papeles, tintas, marcos? ¿Sé dónde lo voy a producir? ¿CUÁNTO CUESTA (sí, sí…)?
  • ¿Cuándo lo daré por finalizado? Ésta no es una pregunta retórica, luego lo veremos.

¿Cuánto tiempo me va a llevar? Lo mejor es marcarse metas realistas, pero con cierta holgura, porque está claro que si lo hacemos todo, el tiempo es un factor que nos limita y un proyecto fotográfico interesante ya se suele prolongar durante ¿años? Si queremos tratar algo «intemporal», el tiempo no importa tanto… Quizá nos cansemos del proyecto o se nos cruce otra cosa más interesante por medio. Un riesgo a asumir.

Por lo tanto, debemos contar también con el tiempo de los demás si vamos a requerir ayuda. Y puede que necesitemos a más gente de la que pensamos: un documentalista, un redactor y corrector de textos, un traductor, un laboratorio, un editor gráfico, una imprenta, un distribuidor… Todo esto añade tiempo a nuestro tiempo.

recursos-2

© Robero Villalón

¿Cuánto cuesta? El coste monetario es muy importante. No es el factor más decisivo (que son las ganas de hacer ese proyecto y no otro), pero sí juega un rol del cual no podemos olvidarnos. Visto que podemos requerir ayuda muy variada, no seamos rácanos. Del mismo modo que nos importa que paguen nuestras fotos y nuestro trabajo, el trabajo de los demás también ha de ser remunerado. O nos podemos encontrar en dificultades: mala gestión de tiempos, textos mal redactados, traducciones risibles, acabados de «Pepe Gotera y Otilio»…

Está muy bien tener amigos que te puedan echar una mano, pero pagadles. No en especie, no con unas birras y una fotico. Monetariamente. Luego, cuando el trabajo esté hecho, les regaláis la foto. El precio se puede consensuar, pero no pedir rebajas por anticipado. O no trabajes con amigos si no vas a valorar su trabajo como quieres que valoren el tuyo.

Tener un presupuesto de partida facilita las cosas. Priorizar lo importante o lo que uno no puede hacer para contratar ese servicio. Saber dónde puedes reducir costes. Y tener claro que un presupuesto es algo tan maleable como un hilo de cobre porque es una previsión de gasto. Nunca sabremos el coste total hasta que todo haya acabado.

¿Cuándo lo daré por finalizado? Esta pregunta es bastante capciosa, pero es muy real. Ya tenemos nuestras fotos enmarcadas y expuestas, nuestros libros flamantemente metidos en cajas dispuestos a ser vendidos… ¿Todos? Normalmente, no.

Hay que ser realistas también en esto o se convertirá en un lastre por tiempo indefinido. ¿Cuántos artistas (de todo tipo) tienen obras quintuplicadas y no saben ya dónde meterlas? ¿Cuántas cajas y cajas de libros siguen apiladas en un rincón/trastero/cuarto porque nos hemos pasado de edición «porque por un precio algo mayor hago 500 ejemplares más»? La pregunta es: ¿vas a poder vender esos 500 ejemplares de más? Hay que ser realistas con el mercado potencial que una obra tiene y saber cuál es la posición del artista y la obra.

Tan importante como hacer un proyecto es cómo darlo por terminado.