La fotógrafa tinerfeña Lilia Ramos acaba de publicar ‘Atlanticidad’ gracias a el apoyo de más de un centenar de mecenas. Este primer libro que comienza ahora su distribución, versa sobre la distorsión entre la realidad sobre Canarias que vivía la autora y la imagen exteriotipada que se tenía fuera, y la búsqueda en las raíces de ambas representaciones. Una entrevista de Rubén H. Bermúdez.

Lilia Ana Ramos (Tenerife, 1988) dejó su isla para ir a vivir a la Comunidad Valenciana a la temprana edad de 11 años. Allí estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Valencia y después Fotografía en la Escuela de Arte y Diseño. Hizo un curso de fotografía con el colectivo valenciano Doctor Nopo y La casualidad hizo que compartiera piso con Pablo Casino y Ricardo Cases donde hacían aquel formato formativo que llamaban ‘CASA’.

Desde allí fue a laFotoescuela que lleva Jorge Alamar. Dice que nunca había recibido tantos estímulos de nada, dejó todo y comenzó ‘Atlanticidad’. Hace más de un año que volvió a Tenerife, donde ahora coordina el PhotoBook Club.

A su vuelta, se le hace evidente la diferencia entre el imaginario colectivo respecto al archipiélago canario y la realidad que ella vive sobre el mismo. De esta forma empieza un proyecto que investiga sobre el origen de esta idea colectiva y de la propia realidad canaria, lo que la lleva a investigar sobre las conexiones entre su tierra y el Caribe.

Tras un micromecenazgo ha publicado ‘Atlanticidad’, un fotolibro autoeditado gracias a las aportaciones de más de un centenar de mecenas y que comienza ahora su distribución.

‘Atlanticidad’ se puede adquirir solicitándolo a la autora a través de su correo, lilia.ana.ramos@gmail.com. Rubén H. Bermúdez mantuvo esta conversación con ella antes del confinamiento.

Publicas un libro en 2020. ¿Cómo has llegado hasta aquí?

El germen de ‘Atlanticidad’ comienza hace unos tres años y medio, primero como un tema de interés y a continuación como un proyecto fotográfico. Viví en la península durante 20 años y en ese tiempo me di cuenta de que la imagen que lxs demás tenían y compartían conmigo de Canarias a penas se correspondía con mis experiencias personales, historias familiares y conocimientos y que a menudo estaba revestida de exotización. Así que decidí empezar a investigar por mi cuenta; en medio de este proceso la fotografía apareció en mi vida y supe que había encontrado un canal con el que poder explicar o mostrar mi propia visión de las islas.

De hecho el primer intento de llevarlo al formato libro –con otro nombre, otro diseño y maquetación– fue como proyecto final de mis estudios de Fotografía en Valencia. Después, el trabajo se transformó. El diseñador, Aythami Castellano, aportó su visión y comenzó una ronda de feedbacks para dar a conocer el fotolibro, que duró aproximadamente un año. Mucha gente ayudó a mejorar la versión final y me animó a tomar la decisión de autopublicar y financiar la impresión con un crowdfunding.

© Lilia Ana Ramos

¿Qué es ‘Atlanticidad’? ¿Por qué ese nombre?

El proyecto reflexiona acerca del imaginario compartido entre Canarias y el Caribe/Antillas. La respuesta superficial podría ser que hay una afinidad entre la manera de hablar, nuestros gustos musicales o en nuestra arquitectura o climas. Pero la respuesta estructural hunde sus raíces en procesos similares de conquista y colonización, el sincretismo, la creación de sociedades mestizas, los flujos migratorios o las rutas comerciales y culturales que se establecen entre ambos territorios en el marco del Atlántico como punto de encuentro – a veces forzado, a veces voluntario – entre África, Europa y América.

‘Atlanticidad’, en concreto, es un término acuñado, entre otrxs, por el pensador canario Juan Manuel García Ramos, pero muchxs son lxs autorxs que indagan en este océano de idas y venidas y que han sido parte del background teórico del proyecto: Paul Gilroy, Antonio Benítez Rojo o la filósofa tinerfeña Larisa Pérez. 

© Lilia Ana Ramos

«De aquellas cañas, estos plátanos».

Efectivamente, nada es casual. La mirada y la intención de ‘Atlanticidad’ están influenciadas por los estudios decoloniales y eso significa revisar desde estructuras económicas heredadas, a la manera en que nos representamos y pensamos. Subrayo una serie de paralelismos entre estas dos partes del mundo que, a mi parecer, no son evidentes, porque en las últimas décadas y en gran parte a raíz el franquismo, se ha intentado colocar a Canarias dentro de un imaginario mediterráneo, que poco tiene que ver con su historia.

Como decía, sigue habiendo elementos de colonialidad en la manera en la que estudiamos nuestra propia historia, nuestra cultura, en los enfoques que gestionan el patrimonio arqueológico, en nuestra economía –basada en el monocultivo de un producto exótico para su exportación, desde la caña de azúcar hasta el plátano–, en nuestro papel como ‘región ultraperiférica’ , según el tratado de Ámsterdam de 1997, dentro de la Unión Europea, en ciertas estructuras sociales… Y eso es muy poco evidente para el ojo ajeno a la vida en las islas, que se acerca a esta realidad a través de una imagen inocente, exotizada y paternalista de las mismas.

© Lilia Ana Ramos

Por supuesto, ambas regiones tienen también múltiples diferencias; por ejemplo, como pueblo mestizo, Canarias tiene una serie de privilegios de los que deberíamos ser muy conscientes y, como dice Larisa Pérez, ‘nuestra colonialidad nos debe hacer pensar también en la dimensión de opresión que ejercemos’ aquí y ahora. Llevar a cabo esta revisión o desaprendizaje puede hacerse desde muchos ámbitos; yo lo hago desde la imagen fija, pero tengo la suerte de compartir este momento con otras personas que reflexionan en la misma dirección desde el archipiélago: la filósofa Larisa Pérez, el antropólogo Pablo Estévez, lxs artistas audiovisuales Silvia Navarro, Estrella Monterrey o Miguel G. Morales, el músico Aníbal Llarena, la activista trans Dani Curbelo…

Imágenes propias, archivo, texto personales. ¿Cómo ha sido el proceso de creación?

Al inicio, no tenía pensado trabajar desde la postfotografía, pero cuando comencé a recopilar información, me di cuenta de que el material no solo me servía para hablar de lo que quería, sino para ser cuestionado en sí mismo. Por eso, además de visitar archivos históricos, también acudí al archivo familiar y posteriormente saqué algunas imágenes propias –como los bodegones– que añadían fuerza al discurso.

Para mí, la parte más divertida fue la de secuenciación; algunas relaciones entre texto e imagen ya venían de lejos y otras surgieron en la mesa de edición. Aunque lo que realmente da sentido a todo el trabajo son los textos personales; me costó un poco volcar las historias en papel, ya que algunas son muy íntimas, pero en ningún caso resultan gratuitas y son las que generan una identificación entre lo individual y lo colectivo.

En este sentido, ‘Y tú, ¿por qué eres negro?’, ha sido uno de los referentes clave de ‘Atlanticidad’. Pero me gustaría señalar también que lxs fotógrafxs Teresa Correa y Rubén Acosta han sido para mí dos ejemplos de cómo hablar de Canarias y desde Canarias con un lenguaje contemporáneo.

Me ha encantado ver a Celia Cruz en tu Instagram…

Celia Cruz fue y sigue siendo una las cantantes más queridas en las islas. En realidad forma parte de una ola de músicxs cuyas producciones llegaron a Canarias gracias a la migración de isleñxs a Cuba, Puerto Rico y Venezuela principalmente (Ray Barretto, Cheo Feliciano, Rubén Blades, Mongo Santamaría…).

La migración forjó mucho del imaginario del que habla ‘Atlanticidad’ y siempre me ha sorprendido cómo lxs canarixs tuvieron la capacidad de absorber y hacer suyas muchas de las prácticas culturales que aprendieron en aquellos países y traerlas de vuelta: ya fueran escuchar salsa, preparar unas reinas pepiadas con guasacaca o integrar vocabulario que todavía hoy forma parte de nuestra variedad dialectal del castellano.

El concierto que Celia Cruz dio en los carnavales de Tenerife en 1987 junto la Billo’s Caracas Boys –y que entró en libro Guiness de los records por ser el concierto al aire libre con mayor afluencia de público– es una pequeña muestra de que la relación de estos lugares a ambas orillas del océano ha sido muy estrecha; tanto, que Canarias miró más durante mucho tiempo hacia ese otro lado del Atlántico que hacia Europa o hacia el continente en el que nos encontramos, África.

© Lilia Ana Ramos

Hiciste un crowfounding con éxito casi inmediato. ¿’Atlanticidad’ será una autopublicación?  

Sí, estoy muy contenta por la respuesta de la gente y la cantidad de mecenas que han participando. ¡No me esperaba conseguir el objetivo tan rápido!

‘Atlanticidad’ será una autopublicación. Había tanteado la posibilidad de publicar con una editorial especializada –sobre todo por mi falta de experiencia– pero por diversas razones no fue posible. Autopublicar supone encargarme de cosas que jamás había gestionado y que me dan un poco de vértigo; además no es fácil económicamente. Sin embargo, es cierto que permite una mayor libertad en la edición y la secuenciación, la autoría está más presente y tienes control sobre todo el proceso. A pesar de los errores que puedan surgir, hay un momento en el que el trabajo tiene que salir, o se queda durmiendo eternamente…

© Lilia Ana Ramos