«¿Cuántos fotolibros de mujeres se editan y venden? ¿Y de mujeres racializadas?». Gloria Oyarzabal ha ganado el Premio Aperture al Mejor Fotolibro del Año en París Photo con Woman Go No’Gree’. Al conocer la noticia le pedimos unas declaraciones rápidas para completarla. Pero nos ha enviado un texto que creemos que merece ser destacado en nuestra revista. Gracias, Gloria. Felicidades.

¿Impresionada? ¿Alucinada? ¿Emocionada? No sé si son palabras que hacen justicia a lo que me está sucediendo. Fuego interno, sonrisa petrificada, mandíbula en el suelo, risa floja… ¡Todo eso a la vez y más!

Cascada de llamadas de pura alegrían y celebración. Qué bien sienta el calor humano, aunque sea al otro lado del teléfono, pero ¡que ganas de abrazos! Más aún ahora. 

Todos los artífices de esta criatura brillaban de emoción. Se confirma que (casi) siempre trabajar en equipo es pura facilitación y cuidado mutuo. Y es lo que ha pasado aquí: Fosi Vegue, master-editator-universal; Alberto Salván de Tres Tipos Gráficos, máquina de ideas exquisitas; Víctor Garrido y Gonzalo Hernández Melguizo de La Troupe, cariño y paciencia a raudales con el ojo puesto en la cromática; Lea Tyrallová y Ramón Reverte de Editorial RM, apoyo y acompañamiento de lujo absoluto; Patricia Fernández cuidando y mimando el texto en inglés…. Todos han creído en este ente-libro-ser.

© Gloria Oyarzabal

Pero es que luego resulta que voy y consigo engañar a unas cuantas personas más para que se suban al carro: Oscar Villegas, Azu Nwagbogou, Tania Adam, Emilie Hallard, Fernanda Villarroel… Todas con generosidad me abrazaron.

El germen han sido esas mujeres, pura inspiración, que me han ayudado a comprender qué me estaba sucediendo y qué estaba sucediendo ahí afuera, en mi mundo; todas esas escritoras africanas y afrodescendientes que, con rotundidad y firmeza, me explicaban lo que yo no veía. Gracias infinitas. Espero que haya sabido digerir bien parte de su sabiduría. 

Vaya proceso enmarañado, vaya camino excitante y tortuoso a veces, ¡Vaya adicción a la adrenalina pura que llega a generarse! Porque, ¡¡¿qué tendrán los fotolibros?!!

No importa cómo ni cuándo, pero si se enciende la mecha, sabes que tarde o temprano algo producirás que incluya esos sonidos, olores y sabores, el activismo y las imágenes que te acompañan, tu imaginario embutido en unas páginas. Curioso fenómeno este.

Aún así no nos engañemos: puede ser injusto y hasta cruel el proceso, el entorno, el mercado, los concursos, ayudas, reconocimientos… No siempre es oro todo lo que reluce y en todas las casas cuecen habas. Pero entrar en esto ya es harina de otro costal.

Revisemos cuantos fotolibros son producidos, comentados, analizados, vendidos, editados, cuántos son incluidos en bibliotecas públicas y de institutos, etc., hechos por fotógrafas en comparación a nuestros compañeros hombres. ¿Es proporcional? ¿Y de fotógrafas racializadas? Porque haberlas, haylas.

Gracias Images Vevey y Aperture Paris Photo porque esto tal vez haga que alguien reaccione, que un microcosmos se genere y podamos repensar lo establecido.