Rubén H. Bermúdez participó en la sexta edición de la feria Fiebre Photobook. El autor de ‘Y tú, ¿por qué eres negro?’ ofreció una charla titulada ‘La hipótesis populista’. Fue un alegato a la posibilidad de que el fotolibro llegue al gran público (o al menos a otros públicos). Ahora nos ofrece un artículo que viene a resumir su planteamiento, utilizando pequeños textos y reflexiones que ha ido recopilando en el proceso de creación de su propio libro y que le han llevado a su particular ‘hipótesis’.

Traté, con pequeños textos y algunas imágenes, de generar una narrativa que concluyerera con una propuesta. Se trataba de convencer de que podemos llegar a otros públicos más allá de a nosotros mismos.
La idea era hablar, en clave de humor y desde mi experiencia con la publicación de ‘Y tú, ¿por qué eres negro?, sobre la necesidad de generar libros con una intención comunicadora.
Mi intervención estaba guionizada, pretendía divagar a partir de la estructura de estos apuntes:
1 ¿Hay alguien en el público?
Considero Fiebre Photobooks como un lugar de encuentro, un espacio donde celebramos que nos gustan los libros de fotografía.
– «¿Hay alguien entre el público que no tenga relación con la industria del fotolibro? ¿Hay alguien al que podamos considerar público o aficionado?».
Sólo dos personas, de unas cincuenta, levantaron la mano.

2.- Fenómeno fotolibro
En mayo de 2014 hice un taller de fotolibros con Ana Zaragoza y Andrés Medina. Más tarde descubrí ‘The disappeared’ de Verónica Fieiras, y vi ‘Las tres preguntas’ de Gustavo Alemán.

Antes de que supiera que existía algo llamado fotolibro había un montón de gentes haciendo cosas que posibilitaron que yo pudiera hacer uno.
Para mí hay un NOSOTROS en todo esto.
3.- Enmienda a la totalidad de la práctica fotográfica.
“La fotografía es un agente importante en la construcción del racismo”. No voy a desarrollar esta parte aquí, pero no quiero obviarlo. Hay un NO-NOSOTROS en todo esto.

4.- El proceso de ‘Y tú, ¿por qué eres negro?’.
Lo primero que hice fue abrir un blog, que enseguida dio paso a una cuenta de Instagram. En las redes sociales se creó una comunidad de gente que seguía el proyecto, que lo alimentaba con hallazgos o experiencias personales, y que parecía sentirse participe de él. También nos encontrábamos en otros espacios. La mayoría eran personas que no pertencian al ámbito fotográfico.
Mi proyecto despertó interés porque:
- a) Lo que contaba no había sido contado o había sido contado muy pocas veces.
- b) Por cómo lo contaba, con imágenes.

Al poco tiempo me dieron una beca y perdí el control, tenía una fecha de entrega.

Decidí copiar todo lo posible. Me fijé en ‘Desenredo’ de Angelica Dass, que parecía que me hablaba directamente a mí. Me agitó muchísimo ’97 empleadas domésticas’, de Daniela Ortiz o ‘While I Write’ de Grada Kilomba. Siempre Agnes Essonti.
Busqué un equipo de trabajo que me ayudara a pensar: el estudio de comunicación Koln Studio. Fui compañero de beca de Laia Abril, artista con intenciones comunicadoras.
La fecha de entrega estaba muy próxima y Javier Pérez Iglesias me propuso dar una conferencia sobre mi proyecto en la facultad de Bellas Artes de Madrid.
La sala era íntima y sucedieron dos cosas que fueron importantes:
- a) Había una mayoría de personas negras en un espacio público.
- b) Vivimos una emoción colectiva mientras veíamos la imagen de Lucrecia Pérez en la pantalla. A mí se me quebró la voz y conté mi relación con esa imagen. La comunicación fue total. Fue algo muy emocionante y poderoso.

Proyección de una imagen de Lucrecia Pérez, asesinada por un Guardia Civil en 1992.
Al poco tiempo leí ‘Entre el mundo y yo’, de Ta-Nehisi Coates, que me confirmó el poder de la experiencia común y me dio el tono que necesitaba el libro: una carta íntima que se hacía pública.

Ahora puedo hacer este analisis, pero en aquel momento era una huida hacia adelante. Tenía miles de imágenes, públicas y privadas, y una estructura no definida del libro.
Me hice tres preguntas claves para tratar de tomar el control de la situación:
- ¿Desde dónde hablo?
- ¿A quién le hablo?
- ¿Qué tipo de autor quiero ser?
Tenía una fecha de entrega y tenía una audiencia.
5.- El capitalismo es como el Real Madrid, te gana siempre.
Yo creo que hay algo de ficción en lo que hacemos. Nadie de los que estamos en está sala está aquí por dinero. No hay.
Como autor vivo en una fantasía, la de publicar un libro.

Autopliqué ‘Y tú, ¿por qué eres negro?’. Me costaba producir cada libro 16 €. Los vendía a 20 € (o los regalaba). Sobreviví aquel año con la beca. La segunda edición es una coedición de Phree y Motto. Creo que costó producir cada libro 2 €. Se venden a 10 €.
Hay una estructura Autor-Inversor-Editor-Editorial nacional-Editorial internacional-Distribuidor-Tiendas-Lector. Parece algo sostenible, haremos más.
No gano mucho, tampoco pierdo, y siempre tengo libros para poder dar a la gente.

6. Populismo
2011: 15M. Ciclo corto, ciclo largo. El tablero. Gramsci. La centralidad.
Cultura hegemónica.
2018: ‘El Entusiasmo’. ‘Ojos y Capital’. Ventana de oportunidad. BANG!
- ¿Nosotros generamos algo que sea cultura hegemónica?
- ¿Hay algún fotolibro mainstream?
- ¿Quién nos conoce?*
* En la quinta edición de Fiebre Photobooks me encontré con Amador Savater y estuvimos charlando. No conocía ningún fotolibro, estaba allí esperando a un familiar. Me dejó desconcertado.

A veces me escriben mails.
La mayoría es gente ajena al fotolibro. Muchos me dicen que les fascina el formato, que «¡es un libro de fotos!» o que «cada vez que lo miro es diferente» o que «hay un montón de información para buscar después».

¿Por qué hacemos libros para ellos?
Creo en la posibilidad del fotolibro como medio para para trasmitir ideas.
Creo que a la gente le gustan los libros.
Creo que la gente se comunica cada vez más con imágenes.
Creo que nosotros somos gente que sabe mucho de imágenes.
Creo que podemos comunicar a muchísimos niveles.
Creo que tenemos que hacer cosas accesibles al público.

7.- La hipótesis.

Voy a insistir. Un libro de fotos le flipa a la gente. Les flipa un millón.
La hipótesis populista cree que el fotolibro puede tener un impacto social mayor. Cree que se puede autodenominar ‘Libro’.
Cree que podemos llegar a muchísimos públicos.
La hipótesis populista propone generar otros cánones ajenos al del coleccionismo.
Propone poner al lector en el centro.
Propone, al fin, dejar de ser puros.
La hipótesis populista propone hacer libros de fotos que sean interesantes y que sean baratos.
La hipótesis populista propone hacer fotolibros pensando en la gente.

