#PandeMIA

PandeMIA -Futuro en construcción- cumple 100 días. Pero son sólo los primeros. El proyecto que se inició en marzo sienta las bases para seguir generando acciones a lo largo de los próximos meses y amplia su radio de acción con la incorporación del festival fronterizo francoespañol FotoLimo. Y sigue abierta la recepción de testimonios de los que destacamos algunos de los que nos han llegado recientemente.

Futuro en construcción. Ni más ni menos. Ese fue el lema con el que siempre acompañamos a PandeMIA. Menos mal. Porque nos sirve de combustible para continuar y de faro para no perdernos. Porque si miras hacia atrás, ¿no tienes la sensación de que todo esta difuminado? ¿De que todo es irreal? ¿Qué ha pasado en estos 100 días? ¿Desde cuándo sales de casa y repasas: “llaves, móvil, cartera, mascarilla”?

No sé a vosotros, pero se nos hacer muy lejano el inicio de todo. ¡Y apenas han pasado poco más de tres meses! PandeMIA nació precisamente al intuir que toda esa creatividad que generó la irrupción mundial de esta plaga vinculada al Covid19 podía desvanecerse en limbo virtual. Por ello debíamos actuar y servir de catalizadores de todos esos testimonios buscando aportar una voz coral, diversa, internacional, multiformato y buscando la mayor pluralidad posible. 

Pero no sólo queríamos servir de memoria, que ahora se revela fundamental, sino proyectar todo eso hacia el futuro. En la presentación de PandeMIA ya lo advertíamos: “Esto no va a acabar tras el confinamiento”. Y así es. De hecho, nuestra convocatoria está abierta. Seguimos recibiendo testimonios. Y esperamos también el tuyo, que puede ser un dibujo, un texto, una canción… Todo aquello que te sirva para expresarte. 

Otros apostaron por acciones puntuales y se pusieron a rondar los balcones. Nosotros creemos más en las relaciones a largo plazo. Primero, porque, aunque queramos obviarlo, estamos aún comenzando la crisis pandémica. Muchos países continúan en plena expansión de la enfermedad. Otros camuflan los graves efectos económicos con mensajes oficiales y anuncios de ayudas económicas, que dan a entender que lo peor ya ha pasado, mientras cruzan los dedos para que una nueva oleada de contagios no vuelva a golpear sus estructuras.

¿Y qué podemos hacer nosotros? ¿De verdad sirve de algo publicar nuestras experiencias, recopilar nuestras fotos, nuestros textos e ilustraciones? 

En PandeMIA creemos que sí. Sobre todo, para hacernos visibles. Para evitar que sólo se conozcan sólo los relatos oficiales, que mejor o peor gestionados, tratan controlar nuestras acciones como colectivo, borrando los matices, las diferencias, lo personal. Somos curvas y números. 

Y si algo hemos aprendido estos días es que lo cultural es básico. Que el yoga será bueno para el cuerpo, pero que también hay que cuidar el alma. La cultura nos sirve para comunicarnos, para entretenernos, para formarnos, para escucharnos. Para conectarnos.

Ese es ahora el gran objetivo de PandeMIA, generar conexiones. Gracias a el material enviado estamos creando diferentes actividades con las que procuramos generar una huella social positiva. 

Estamos en la búsqueda activa de nuevas entidades que apoyen las posibilidades de esta plataforma. No sólo nuevos festivales que le den difusión a trabajo, sino cualquier institución, medio, fundación, empresa, escuela, etc. que entienda que es el momento de actuar creando talleres, seminarios, cursos, exposiciones, grupos de trabajo, publicaciones o cualquier actividad que ayude a reconstruir nuestra sociedad. Que si formas parte de este grupo, no dejes de pinchar aquí.

Porque la experiencia no es un grado hasta que no reflexionas sobre lo sucedido. Y en algún momento tendremos que hacernos algunas preguntas. ¿Cómo hemos vivido esta crisis? ¿Cómo lo han vivido las personas mayores, los niños, los jóvenes, los migrantes, los enfermos, los trabajadores precarios, las personas con discapacidad? ¿Qué cicatrices ha dejado? ¿Cómo es vivir confinado en Europa frente a África o América Latina? Por poner algunas preguntas que podemos ilustrar con vuestros testimonios. En definitiva: ¿Qué hemos aprendido y qué estamos aprendiendo?

Sabemos que nuestras vidas han cambiado, pero no sabemos aún hacia dónde caminan. Que si teletrabajo, que si hidroalcohol, que si “nuevos modelos productivos”, que si distancia social. Pero algo tendremos que decir, que proponer. No como expertos en contagios, para eso vayan ustedes a Twitter, sino como personas que forman parte de esta sociedad. Por eso es el momento de poner a PandeMIA en juego.

Estamos preparando la primera salida a la pista, ya que luciremos nuestras primeras galas (más allá de las redes sociales) en el festival transfroterizo FotoLimo, que este año cumple su quinta edición ya que, pese a la situación actual, no ha renunciado a celebrarse. Este año tendrá un formato reducido, del 25 al 27 de septiembre, en las localidades vecinas de Portbou (España) y Cerbère (Francia). Los organizadores, Aladeriva y Neg pos, desde cada lado de la frontera, propondrán actividades educativas, exposiciones, proyecciones en salas y en el espacio público. 

Nos encanta una actividad que han programado, consistente en talleres en las escuelas de las dos localidades para que los niños y niñas de primaria puedan expresar su experiencia relacionada con el confinamiento. Para ello crearán collages partiendo del banco de imágenes de PandeMIA. El contenido será expuesto en las calles de ambos pueblos. Además, se proyectará un audiovisual con los testimonios de PandeMIA y habrá una exposición de una selección de sus obras en las calles de Cerbère. 

Llegado el otoño, también vamos a formar parte de los encuentros que Food Desing Festival llevará a cabo a finales de octubre. Precisamente por ser un evento que aúna fondo y forma, generando soluciones innovadoras de presentación, diseño y comunicación, en una práctica tan antigua como es comer, pero que ha hecho de la gastronomía un arte. Exploran, investigan e innovan. Y en PandeMIA no hemos perdido ni el gusto ni el olfato, por eso nos pareció genial unir fuerzas. 

Y seguiremos en noviembre con la exposición en PhotOn de Valencia y más tarde con en los distintos festivales internacionales que colaboran con la este proyecto.

Otra de las redes que se están tejiendo es gracias a nuestras compañeras de Femgrafía, –la plataforma de difusión e investigación sobre el trabajo realizado por fotógrafas emergentes y establecidas en Latinoamérica y España, creada por Karla Guerrero–, está poniendo el foco en las creadoras que participan en PandeMIA. Eso no ayuda a llegar a más lugares, pero también está sirviendo para que las autoras conozcan esta iniciativa y se creen nuevos lazos entre las fotógrafas latinoamericanas. Y quién sabe si esto no generará también nuevas fuerzas que sirvan para conseguir el reconocimiento que se merecen.

Por supuesto, seguimos trabajando en la participación en distintos festivales nacionales e internacionales, y en encontrar soluciones imaginativas para que vuestros testimonios tengan la mayor visibilidad y el mayor efecto posible.

Y no es poco trabajo. Porque nos han llegado hasta ahora (seguid mandando sin miedo) cerca de medio millar de testimonios de docenas de países distintos. Con muy diversos enfoques, miradas y sensibilidades.

© Carolina Nobile

Trabajos como el de Rocío López, que “cuestiona la famosa “nueva normalidad” a la que nos enfrentamos como sujetos pertenecientes a una sociedad, cuyo desafío es reinventarse en un tiempo récord”. Esta fotógrafa residente en Vitoria ha ido desarrollando un trabajo que “fue cambiando según íbamos atravesando las diferentes fases y bajo mi criterio, nos iban convirtiendo en “nuevos individuos”. Puro espíritu PandeMIA, que buscamos ser mutables para adaptarnos a nuevas necesidades y aprovechar la oportunidad para crecer.

Desde Bélgica, Aurélie Bay nos envió una serie de ilutraciones que le sirven para “gritar una ansiedad muy fuerte, alimentada por el miedo de ver las puertas de un mundo cada vez más deshumanizado y liberticida, en el que las diferencias sociales serán aún más marcadas que antes. Por ello es importante recordar el papel y el lugar del artista. Tener un lugar donde expresar un sentimiento particular y divergir del pensamiento dominante”. 

Carolina Diego, desde Alicante nos lleva a una pregunta que no hemos  visto en los medios de comunicación y que nos afecta directamente: ¿Qué sucede con nuestras relaciones más íntima? ¿Cómo afecta a la sexualidad esta plaga? “La serie fotográfica dota de vida sexual a objetos cotidianos, como resultado previsible (al menos en mi caso, ja, ja,ja) de un largo periodo de abstinencia forzosa. Me gusta la idea de un inconsciente desatado y sin control”.

© Lucía Moure

“Mi trabajo pienso que responde a una necesidad de descartar el drama, como respuesta a una situación totalmente irreal que de repente nos situó en el escenario de todas esas películas de serie «b» que consideraba tan lejanas”. 

Pero la abstinencia no es solo afectiva. El covid19 también ha incidido en nuestra vida laboral. “El confinamiento ha confirmado lo que ya se sabía, la precariedad del sector y sus carencias. Pero también creo que se ha demostrado la importancia de contenidos culturales para la salud mental de la sociedad”.

La sensación de zozobra e incertidumbre es una constante en muchos de los trabajos que hemos recibido. Como en el de Carolina Nobile. “Estaba recién mudada a Ciudad de México desde Buenos Aires cuando las noticias sobre un virus altamente contagioso, letal y sin cura que resonaban lejanas, primero desde Asia y después desde Europa, aterrizaron en América Latina. Me encontré en un país nuevo y en una situación inédita que ponía en pausa mis planes para armar acá una nueva rutina de vida. Encontré consuelo en mi cámara de fotos para robarle algunas horas al día (afortunadamente aquí el laboratorio de revelado nunca dejó de funcionar), y poco a poco fui notando que en mis fotos aparecía una cadencia nueva para mí, una narrativa donde convivían los temas que desde hacía tiempo me interesaban (el erotismo, la intimidad, el autorretrato) con una mezcla de fantasía macabra con la que nunca había experimentado antes”.

© Claudia Clara

Resalta el carácter global sin precedentes de la actual situación: “Mi generación nunca había vivido algo como esto, por la escala mundial y por el impacto masivo en nuestra vida cotidiana, por la velocidad de circulación y el volumen de la información disponible, por la identificación de todas las personas en todos los lugares del planeta con un mismo tema en un mismo momento”. 

Por ello cree en la fuerza de los proyectos colectivos como este: “Los proyectos colaborativos son inspiradores y son un espacio fundamental para promover el intercambio, crear comunidad, permitir que surjan voces nuevas o darle lugar a voces que tengan cosas nuevas para decir acerca de temas sobre los que parecía que ya estaba todo dicho. Y si todo eso, además, conforma un universo narrativo al que podemos regresar para revisar, repensar, reflexionar o recordar (como en el caso de PandeMIA), creo que el impacto y la relevancia son todavía mayores. 

Y aunque una crisis es una crisis (ya nos tragamos el rollo de a oportunidad en 2008) es verdad que pueden provocar cambios que podemos aprovechar. Lucía Moure, desde Santander nos lo cuenta así “Está claro que esta crisis sanitaria ha sacudido también la economía de muchas personas, lo que ha obligado a realizar grandes recortes en muchas áreas. Supuse que el arte sería una de ellas, pero he comprobado que, al pasar tanto tiempo en casa, mucha gente ha tomado mayor conciencia de cómo y en qué condiciones quiere tener su hogar y han empezado a invertir más en decoración. En mi caso, me han surgido nuevos encargos de gente que quería colorear sus paredes y yo misma he cogido el taladro varias veces. Si lo enfocamos bien, yo creo que puede ser una buena oportunidad para el arte”.

© Morfi Jiménez

“El arte siempre es sanador y liberador y quiero creer que de alguna forma mi trabajo visual da alivio a el caos que la gente vive actualmente a través de una imagen que muestra cómo sacar lo mejor de nosotros aún en crisis”. Así lo vive Claudia Clara, que nos mandó su trabajo desde Guatemala. Ella siente que gracias a el Covid19 podemos explorar nuevos caminos. “Creo que de alguna manera el mundo virtual será beneficiado por toda esta crisis y es una herramienta que se debe aprovechar a través de galerías o exposiciones virtuales que, pueden diseminar el arte a todo el mundo, cosa que no pasa si es una galería física”.

O también se puede apostar por soluciones imaginativas, como las proyecciones creadas por Morfi Jiménez en Lima. “Parto de imágenes de archivo, pero también invitando a mis amigos y mis padres a autoretratarse, convirtiendo estas imágenes digitales en negativos de 35 mm, para poder ser proyectados sobre un lienzo, como si fueran una película sobre un ecran. Provocando la sensación de que lo que vivimos no es real, que es como una película, una ficción, usando a la ciudad como telón de fondo”.

© Fulgur Studio

Puede parecer una película, o un juego, como nos proponen desde Madrid Fulgur Studio. “Deseábamos utilizar el humor y la belleza estética para referirnos a la situación tan extraña que estábamos viviendo y huir de una imagen estereotipada de sentimentalismo que inundaba las redes sociales. Esos primeros días del confinamiento continuamente se nos bombardeaba con la importancia de la higiene de manos, así que nos pusimos a hacer bodegones de jabones, que es uno de los géneros que más nos gusta hacer. Nuestro trabajo aporta un estado emocional de juego, humor y fantasía como actitud ante el estado de crisis global que huye del sentimentalismo y los lugares comunes”. 

Fernando Velázquez, desde Veracruz mira hacia el futuro: “Creo que este tiempo abre nuevas posibilidades de explorar más lo digital, utilizando la web como un medio de difusión y Pandemia lo engloba perfectamente en un catálogo de múltiples miradas. Las imágenes deben viajar y compartir experiencias y PandeMIA les da esa oportunidad, me alegra mucho que desde mi espacio íntimo puedan volar».

© Fernando Velázquez