PandeMIA –Futuro en construcción– cumple un mes de convocatoria, que sigue abierta para recibir testimonios de todo el mundo. Esta iniciativa a largo plazo, en la que colabora Clavoardiendo, cuenta ya con cientos de participantes que desde decenas de países ya forman parte del proyecto. Además, ya colaboran una nutrida representación de festivales, plataformas, asociaciones y oenegés de Europa y Latinoamérica. Hablamos con los autores de algunos de los trabajos más interesantes que han llegado hasta nuestro buzón.

Puntos rojos y valientes verdes, flores, meteoritos y dinosaurios, frames difusos, canciones dedicadas, cartas y poemas. Dibujos, diseños, sol y océanos en la cara. Terrores, diarios secretos, deseos no compartidos, garajes en penumbra, mascarillas. Cárceles modelo y celdas en cada habitación, abrazos de plástico y globos por el retrete. Consejos. Sueños. Personas amadas, videollamadas. Gracias, en papel y en aplausos. La vida que sigue. Retratos. Siempre sigue.

PandeMIA -Futuro en construcción- nacía hace poco más de un mes cuando Alicia y Pablo de la Agencia Vórtice decidieron que en tiempos de cambio, por mucho que dijera Ignacio de Loyola, la mudanza es impuesta. Y que toca documentar el proceso. Y se aliaron con Tania, directora incansable de PhotOn de Valencia, como festival documental de referencia, y con Roberto (el que firma este artículo), director de Clavoardiendo, que se apunta a lo que sea si la compañía es buena, para comunicar la idea. 

Ya hay mil canciones y películas de amor. Pero es no es excusa para no hacer otra. No es tan importante la novedad, sino que sea personal, honesta, que deje huella. PandeMIA -Futuro en construcción- es otra canción de amor, otra iniciativa documental. Pero de larga distancia y comprometida. Queremos dejar huella.

© Anastasi Georga

El sprint no es el ritmo. De hecho, se esperó a hacer el lanzamiento para atar bien el proyecto, hasta estar seguros de aportar, más allá del apaciguar la necesidad de querer hacer algo durante el confinamiento, la pulsión de documentar, si saber bien para qué. Tampoco se trataba de intentar hacer autopromo a toda costa o de buscar cómo sacarles los cuartos a los ayuntamientos (o a quién sea), deprisa y corriendo, con el trabajo de los otros.

Y así, antes de salir a la luz, PandeMIA -Futuro en construcción­­- creó una red con festivales de Grecia (Photometria), Rumanía (PhotoRomania), Hungría (Budapest Photo), México (Luz del Norte) y, por supuesto, España. De fotografía –era el entorno natural– (como Experimentalphoto, o Imaginària), pero también festivales dedicados a comida y diseño (Food Design Fest), plataformas como FOC y Femgrafía… Y sigue ampliando campos. Hasta se ha sumado una oenegé de rescate en alta mar de migrantes (Proemaid).

© Ignacio Izquierdo

¿Por qué? Porque desde el principio se ha buscado ser plurales. Dar voz para generar un coro, un orfeón que entone testimonios que aporten riqueza al relato sobre todo lo que está generando el Covid-19 y sus consecuencias. Más allá del cancionero de los medios (necesario), las instituciones (inevitable) o los algoritmos (evanescente).

Estamos registrando esas voces para poder estudiar más tarde su melodía, su tono, su cadencia y su mensaje. Y poder darle altavoz y escenario. 

Hemos creado una cueva del tesoro con cientos de testimonios recogidos a través de la web de PandeMIA -Futuro en construcción- en varios idiomas, en varios formatos (desde audios con canciones a ilustraciones, vídeos, textos o fotografías), sobre cómo la gente común vive esta crisis sanitaria global, creadores anónimos qué quieren formar parte del futuro.  Tesoros que se comparten, primero, en nuestras redes, después, en todos esos festivales (empezando por la expo en Valencia en otoño en el Centro Cultural Octubre de Valencia). 

Un mes da para mucho. Pero para PandeMIA -futuro en construcción- apenas es la chispa que enciende la llama. Lo llevamos en el nombre. El presente es sólo el punto de partida. El fin de confinamiento, la primera etapa. En este mes, cientos de personas nos han enviado todo tipo de propuestas desde Guatemala, Argentina, Chile, Brasil, Costa Rica, Perú, Bolivia, Venezuela, Hungría, Italia, Ecuador, Grecia, Portugal, Bélgica, Irlanda, Alemania, México, Colombia, Suiza, Francia, Reino Unido, España…

Desde Madrid llegaron los autorretratos de Elena Plaza, fotógrafa de calle confinada: “Decidí aprovechar este tiempo libre que de repente nos regalaba esta situación para revisar mis libros preferidos, mis referentes fotográficos. De ahí surge la idea de replicar las imágenes que siempre me han gustado especialmente para hacer un homenaje a mis maestros, un modo divertido de pasar las tardes. ¡Por fin tenía tiempo para mí y mis libros, quería aprovechar la oportunidad y fotografiarlo!

“Participo en PandeMIA porque me pareció una plataforma interesante que me sirve para compartir parte del trabajo que he iniciado en esta encierro que nos ha tocado vivir, además de poder ver visiones fotográficas de compañeros que han exprimido su imaginación en estos días dejándonos trabajos estupendos”.

Como el trabajo del mallorquín Bruno Daureo (Palma, 1987) que conoció la plataforma “por una amiga”. Es profesor de Fotografía en su ciudad y no dudó en retratar con una cámara de placas a quien pasara por delante de su casa, esperando volverlos a fotografiar cuando el confinamiento pase. Bruno tiene claro que “todos debemos aprender de esto que ha pasado. Hay que vivir más y también dejar vivir, como especie no solo somos un peligro para nosotros mismos, sino que también tenemos la extraña costumbre de creernos soberanos sobre el espacio natural. Destrozándolo”.

Repasando el Instagram de PandeMIA, Bruno tiene su favorito: “Me gustó mucho la imagen del retrato de una chica en tonos rojos”. Se trata de una de las imágenes que Gian Marco Sanna (Rome, 1993) envió desde Bolsena, un pueblo italiano de 4.000 habitantes. También es fotógrafo. “Hace unos meses empecé un proyecto llamado ‘RED AREA’, explica Gian Marco, “imaginando el último día en la tierra de la humanidad y para hacerlo utilicé un filtro rojo aplicado en un 35mm para dar una sensación de sofocación a las imágenes. Me inspiré en la obra ‘A minutes to midnight’ de Trent Parke. Así que, una vez que el gobierno italiano declaró el encierro me encontré encerrado en la casa, pude salir a mi casa a un máximo de 200 metros y esto me obligó a mirar muchas cosas que no había notado antes y a hacer muchas más imágenes para mi proyecto. Así que una vez que vi esta iniciativa no pude dejar de participar”.

Le preguntamos por qué trabajo visto en nuestras redes le ha gustado y nos lleva hasta Kon Markogiannis, artista griego que nos cuenta: “Durante la epidemia de coronavirus he estado confinado a mi casa-estudio en Tesalónica, Grecia. La cuarentena ha resultado ser muy fructífera y creativa para mí. He empezado a escribir poemas haiku y a hacer collages de fotos que representan varios estados de ánimo y emociones como la introspección, la angustia interior y el aislamiento. Supongo que a veces necesitamos golpe para sacarnos de nuestra zona de confort y despertar nuestros poderes creativos latentes”. 

Sobre qué nos depara el futuro opina que “es incierto, pero creo que Internet y las exposiciones virtuales reemplazarán gradualmente las exposiciones de arte y las publicaciones tradicionales. Nosotros como creadores debemos participar activamente en la nueva era digital a través de los medios sociales, publicaciones en blogs, exhibiciones y conferencias en línea, podcasts, etc.”

© Isabel Martínez

También es una maestra del collage, en este caso digital, Isabel Martínez. “Conocí PandeMIA a través de Möna Circular Design, estudio creativo del cual formo parte. Yo había creado obras inspiradas en la pandemia y me pareció un buen lugar donde poder presentar ese trabajo”.

La creadora de mundos paralelos con un toque retrofuturista encuentra que muchos trabajos derivados del confinamiento le resultan en exceso oscuros, tal vez resultado de “cierto malestar” ella destaca que las suyas tratan de ser “una expresión de fuerza, esperanza y emotividad”.

“Los creadores podemos aportar una visión de nuestra realidad influida por una crisis global, podemos enseñar puntos de vista de una pandemia que otros nunca se hubiesen planteado hasta que no ven tu obra. Creo que es importante aportar también esperanza y luz al final del túnel además de la desesperanza”.

© Vicky Markolefa

Desde Atenas, Vicky Markolefa, fotógrafa y creadora audiovisual, nos envía una serie de bodegones intimistas. Otro punto de vista. Conocedora de PandeMIA gracias al festival griego Photometria, explica que “PandeMIA me ha ofrecido una oportunidad para mostrar mi trabajo durante este periodo y para conectar con otros narradores de historias que se enfrentan a los mismos retos. He seguido los trabajos enviados en redes y ha sido una experiencia muy inspiradora, ser testigo de cómo los artistas visuales de todo el mundo se han acercado a esta coyuntura”.

Está convencida de que los creadores han de realizar “imágenes que representen un futuro más inclusivo y compartirlas junto con las historias que hay detrás de ellas es la mejor manera de cambiar las narrativas visuales que dan forma a nuestras percepciones, nuestras acciones, nuestro mundo”.

Un poco más lejos, desde Esmirna (Izmir, Turquía), con sólo 23 años, Alp Peker nos envía una serie un tanto atormentada. Una serie iniciada durante esta situación que piensa continuará porque “no sé qué hacer si no tuviera el arte. Y sigo en casa, en cuarentena”.

Al lo tiene claro: “Hay un nuevo mundo al que tenemos que adaptarnos. Pero jamás habíamos tenido un poder tan grande de conexión, por lo tanto, tenemos que escribir, visualizar, registrar las cosas que están ocurriendo durante esta pandemia. Para que las futuras generaciones lo vean y lo entiendan, ¡y para nosotros mismos! Para ser, colectiva e individualmente, mejores personas”.

Este joven creador destaca del IG de PandeMIA el trabajo del español Valiente Verde. “Despertó mi interés porque parece que tiene cierta edad y cuando nos hacemos mayores se espera de nosotros un comportamiento adecuado. Así que me encantan sus retratos juguetones de alguien rompiendo las barreras sociales relacionadas con los años”.

Curiosamente, la admiración es mutua, ya que Valiente nos ha destacado a su vez el trabajo de Alp, junto a los “supeheroes” de Ignacio Izquierdo o el trabajo de Anastasia Georga, “que me ha cautivado”. Verde (Alicante, 1970) comenzó sus ‘Ejercicios matinales’ “para ocupar la franja de mañana, llegar a la hora de la cerveza y otro día más pal bolsilllo. Sin darme cuenta he creado una familia de 50 autorretratos, uno cada día en este con finamiento, aunque los últimos ya menos confinados. Lo que surgió inconscientemente se volvió una necesidad y un reto personal”.

Sobre la experiencia, Vede afirma: “¿Lo mejor? Que gente esperaba la foto diaria para esbozar una sonrisa. No hay mejor premio”.

Algo parecido a lo que Patricio Cassinoni (Buenos Aires, 1075) lleva haciendo en Irlanda desde el inicio de la cuarentena. “Me cruce con PandeMIA un poco por casualidad y me gusto lo abierto y democrático de la propuesta, un lugar donde poder dejar registro de la documentación que distintos creadores estaban llevando a cabo durante este momento extraordinario”.

“Cuando empezamos ‘Quarantine’, el 20 de marzo, pensamos, ingenuamente, que se extendería por dos o tres semanas como máximo. Quería conectar con algo que me hace sentir bien, como la fotografía y para mantenerme activo y transitar este momento de desconcierto con la cabeza de la mejor manera posible, me propuse hacer una foto cada día que retratara o documentara de alguna manera la experiencia por la que estábamos, con Nyree, mi pareja, y Quesito, nuestro perro, transitando en casa”. 

Pato tiene esperanza en el futuro: “Sé que vamos a encontrar algo distinto a lo que dejamos de tras seguramente y que tendremos que crear nuevas formas de relacionarnos, trabajar y socializar.  Me gusta pensar que de alguna manera podamos ser mejores, que hayamos aprendido algo, que volvamos con una perspectiva distinta y elijamos mejor, que esta crisis nos haya mostrado que nadie se salva solo y que volvamos con un sentido comunitario mas fuerte. Durante esta crisis hemos tenido la oportunidad de ver ‘en directo’ las distintas repuestas de distintos países y quedo en evidencia que los que respondieron mejor fueron aquellos en que los gobiernos y la población entendió que de esto se salía juntos. Que el sálvese quien pueda no funciona, que uno esta tan afectado como el vecino. Creo que como creadores podríamos ahondar en esto, tratando de mantener el sentido comunitario vivo”. 

© Macidiano Céspedes

El fotógrafo argentino es fan de los “pandémicos” Luciana Passaro (@luciana.passaro) y Ignacio Izquierdo (@nachoizquierdo) (“solo por nombra algunos”, dice). Y también de Carloman Macidiano Céspedes Riojas, fotógrafo perduano que nos explica: “Las fotos que subí son muy personales y en casa, mi perro sacando la cabeza por la ventana; el pobre está aburrido y jugamos dentro. Podría sacarlo a dar una vuelta, pero tengo miedo por mí madre, ella vive conmigo. Otra de mis fotos es en mí trabajo, hay operación mínima y se puede ver el vacío y esa luz que estamos buscando. Ese final y cura para esta pandemia. Estoy haciendo algunas fotos resignificando testimonios que escucho todos los días.  Gente que vive del día, gente que se tiene exponer al virus para poder comer”.

© Guilherme Bergamini

Guilherme Bergamini (1978, Belo Horizonte, Minas Gerais, Brasil) es graduado en periodismo, lleva trabajando de fotógrafo más de 20 años. Al igual que Macidiano la preocupación social y política está presente en las series que ha enviad a PandeMIA. “Tuve el privilegio de que se publicaran dos obras: ‘Fique em casa não é uma gripezinha’ y ‘Colorir’. La primera es sobre mi descontento con el presidente de Brasil. Parte de un artículo publicado en el sitio web del Ministerio de Salud que presenta los países que están siendo vigilados por el Gobierno Federal. Es contradictorio leer este artículo y ver lo dañino que es nuestro presidente el pueblo brasileño con nuestro presidente. Un inmoral, fascista e irresponsable. En Brasil millones de personas se exponen, se amontonan frente a los bancos públicos para recibir el beneficio de 600.00 reáles, más o menos 100 euros, para sobrevivir en un mes. Millones de personas están sin trabajo, desempleadas y sin ningún ingreso. ¿Crees que es justo?  ¿Se puede sobrevivir treinta días con 100 euros? Es descorazonador ver tal contraste y desigualdad social en mi país”.

Por otro lado ‘Colorear’ es “un trabajo colectivo hecho por mí y mi hija Malu de 4 años con sus lápices de colorear. Me apropié de algunos dibujos hechos con fotografías icónicas, fotos históricas de autores consagrados. El acto de coloración permitió una nueva lectura, nuevos significados producidos por la pureza de un niño. La propuesta, además de colorear, era que Malu nunca tuvo acceso a estas fotografías y su contexto histórico, proporcionando este resultado”.

Ese es el espíritu de PandeMIA, coger la historia que nos a tocado vivir para colorearla sin prejuicios. Contamos contigo.

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