Paco Peregrín es uno de los fotógrafos de moda españoles con mayor proyección internacional. Y además, acaba de marcar un hito en la fotografía de moda al conseguir una sentencia favorable por plagio. Imprescindible entrevista para conocer mejor el mundo de los fotógrafos de moda.
Paco Peregrín es, sobre todo, un creador de imágenes. Hay fotógrafos que se valen del mundo como lienzo, como lugar del que extraer fotos. Otros, como Paco, componen en su imaginación mundos que tienen que volcar en sus fotografías. Imágenes irreales que nos llevan a lugares en los que nunca hemos estado. Ese imaginario hace de Peregrín uno de los fotógrafos de moda españoles con mayor proyección internacional.
Pero si este no fuera suficiente motivo, Paco acaba de crear un precedente legal en el ámbito en fotografía publicitaria que hace aún más pertinente esta entrevista. Hace poco más de un mes ha conseguido una sentencia que condena a una agencia por plagio de la idea y creación de una campaña fotográfica. El mundo irreal y el mundo pragmático de la legalidad. Así es la vida.
Paco es sonriente y locuaz. Unas llamativas gafas de pasta y un cazadora de cuero hacen destacar a este almeriense, amable, nervioso y divertido. Un zumo verde (de esos que llaman detox) y una rápida capacidad de empatía hacen de la entrevista una conversación fluida en la que confiesa que le gusta jugar al Monopoly. Hay que darse prisa porque al terminar va a ir a un pase previo de ‘Renoir. Admirado o denigrado’.
¿Empezamos por lo desagradable? ¿Cómo empezó todo?
La agencia de publicidad BTOB Marketing se quería presentar a un concurso para conseguir la campaña de publicidad de 2008 que UNO de 50 había sacado a concurso. Yo acababa de ganar el Lux de Oro de Moda y Belleza ese año. Según dijeron, yo cubría el perfil adecuado para presentarse a ese proyecto ya que soy director de arte, además de fotógrafo.
Por lo que tú haces una propuesta integral, ¿no?
Exacto. Y me dicen que no me pagan nada por el planteamiento. Eso está fatal, pero a veces esas cosas se hacen así.
¿Eso es algo habitual?
Sí. Tú sólo cobras si ganas el concurso. Evidentemente, la condición que yo puse es que si se conseguía el cliente, mi equipo y yo hacíamos la campaña. Afortunadamente tuve la intuición de acordar esas condiciones por escrito. El mismo día del shooting, con todo preparado, esperamos a que trajeran el contrato firmado. Realizamos el trabajo y se le presentó al cliente.
¿Y qué pasó?
Pues no supe más de BTOB Marketing. Al no tener noticias, soy yo el que llama, ya que normalmente en publicidad las cosas son muy rápidas. Llamo y llamo y nunca se ponen los dueños de la agencia. Así pasan las semanas y los meses y no es normal que no me digan siquiera si habíamos conseguido la campaña. Después me entero por gente de dentro de la empresa que sí tienen el cliente.
Entonces les recordé que tenía firmado que la campaña la tenían que hacer conmigo, pero la agencia me dice que el cliente no acepta la idea que yo presenté y que impone otro fotógrafo. En ese momento, no me decidí a denunciar por lo que suponía de costes, tiempo y esfuerzo.

Imagen original y el plagio.
¿Y qué hizo que cambiaras de idea?
Pues que pasados unos meses, muchos de mi equipo que habían hecho el boceto de campaña conmigo me empiezan a llamar porque ven la campaña en revistas y marquesinas. Me llaman porque creen que yo he hecho la campaña sin contar con ellos. Es entonces cuando la veo y ¡es la misma idea que yo he creado foto a foto! Y es cuando me doy cuenta de toda la mala fe con la que han obrado y veo que no puedo dejarlo pasar.
¿Cuánto te lleva todo este proceso?
Todo empieza en 2007 y ha llegado hasta principios de este año. Me costó muchísimo, ya que tuve que recurrir varias veces. Además nosotros fuimos por lo penal, porque, aunque era un contrato mercantil, el plagio es un delito penal. Además, por esa vía es más fácil recabar información.
Pero tuve varios momentos de bajón. El problema cuando vas por lo penal es dar con un juez que tenga suficiente formación en delitos de propiedad intelectual. En este país no se denuncian este tipo de cosas y lo que le llega a un juez suelen ser delitos de otro tipo, que si robos, que si delitos de sangre…
Tuve que invertir mucho dinero y me pasó mucha factura psicológica. Pero me pudo el honor. Creo en la justicia, confiaba en que esto tenía que llegar a buen puerto.
Además de costes económicos o disgustos, ¿te trajo algún problema en el trabajo, te señalaron en el sector?
No, porque no hice ninguna publicidad del caso. Yo esperé a tener una sentencia en la mano para hacerlo público. Ni siquiera subí las fotos a mi perfil. He estado en silencio intentando solucionarlo todo de forma legal. Mis abogados me animaron a llegar al Supremo porque es cuando el caso va a un juez que conoce el sector y que sí tiene suficiente formación.
Y en el Supremo la compañía se retracta, ¿no?
Son dos días de juicio. El primero dan una versión inventada en la que echan la culpa a UNO de 50. Se cita a gente de BB BTOB Marketing, el fotógrafo que hizo las fotos finalmente, gente de UNO de 50… Y finalmente queda la cosa tan clara, que me piden que rebaje mis peticiones para poder llegar a un acuerdo. Mis peticiones eran muy altas, pedía una condena superior a dos años de cárcel y una inhabilitación laboral de por vida. Eso suponía que iban a la cárcel y que cerraban la agencia despidiendo a sus trabajadores. Para evitarlo propongo una pena mínima de cárcel que se pueda compensar con multa y una indemnización de 90.000 €. De esa manera ellos en el juicio oral admitieron ser culpables de plagio con las condiciones que habíamos acordado y la imposibilidad de recurrir.
Esta condena supone una victoria moral y apenas llega a pagar tus gastos legales. Pero, ¿qué supone para el sector?
Yo lo hice primero para restaurar mi honor. Muchas veces en el sector la agencias abusan porque saben que meterse en un proceso legal supone mucho dinero y tiempo. Yo he estado esperando nueve años. Conozco muchos fotógrafos en casos similares en los que éstos renuncian por los costes.
Es decir, ¿que es una situación que se da con cierta frecuencia?
Cuando ha salido la sentencia me han llamado muchos fotógrafos y gente del sector para darme las gracias por denunciar a esta empresa, que se ve que generaba problemas. Y mucha gente de este mundo porque se crea un precedente legal en el sector.
En todo el proceso y para dejarlo claro, UNO de 50 no tiene ninguna responsabilidad. ¿verdad?
Exacto. UNO de 50 ha sido estafado igual que yo, en todo caso. Ellos no tienen ninguna responsabilidad y quiero que quede claro.

© Paco Peregrin
En la fotografía de moda, ¿hay conciencia y solidaridad gremial, o cada uno va por su cuenta?
En ese sentido hay mucho por hacer. Se lleva luchando muchísimos años por establecer unas tarifas o condiciones mínimas. Hay algunas asociaciones, pero somos free lance y estamos muy dispersos y no se lucha por unos derechos comunes.
¿Es porque sois competencia unos de otros?
No, no creo que seamos competencia. Cada uno ofrece perfiles distintos, no porque seamos mejores o peores, sino que uno tiene algo diferente que ofrecer y eso hará que el cliente se decante por uno y no por otro. Cuando ha salido la sentencia, muchos fotógrafos me han llamado para felicitarme y agradecerme que ya exista un antecedente por plagio en fotografía publicitaria.
¿Cuánto años llevas en este tipo de fotografía?
Muchos, no sabría decirte.
¿Cuántos tienes?
Mmmm, ¿39? Ja, ja.
Ja,ja, ja. Vale. No se sabe la edad.
No sé decirte porque he empezado poco a poco.

© Paco Peregrín
Vale. En este momento, ¿cómo te sientes aquí y ahora?
Pues mira, me frustra un poco que apenas trabaje en España. Casi todo mi trabajo es internacional. Me frustra que publico en Vanity Fair Italia y no sé quién lo lleva en España. O que mis clientes más potentes están en Alemania, Mexico, Austria o China. Y me da rabia porque vivo en Madrid y hago pocas cosas aquí. Ahora, si fuera hay gente que me paga muy bien y respeta mi criterio, pues estoy muy contento.
Aunque estés en un buen momento, éste es un trabajo creativo. Y como tal, siempre hay inseguridades. ¿Cómo te ves? ¿Estás en un momento de madurez?
Llevo muchos años trabajando y evidentemente ya empiezo a ver que aflora un estilo personal que se va definiendo. Puedo sentir que mi fotografía tiene cierta madurez, pero por otro lado me niego a pensar que he madurado, porque podría significar que no evolucionas. Y yo creo que mi mejor trabajo está por llegar y eso es lo que me mantiene despierto y lo que me excita. No sabes si vas a ir a Nueva York o a Australia haciendo una campaña. Me siento un privilegiado porque, con lo difícil que es mantenerse en estos trabajos creativos, yo vivo exclusivamente de mi trabajo como fotógrafo. Me he sabido mantener en un país en el que trabajar de cualquier cosa ya es una aventura.
Mira, en España hay muchísimo talento y mucha creatividad, pero aún falta muchísimo. Empezando por el respeto al fotógrafo. Con la era digital ha habido una confusión enorme. Se da por sentado que el fotógrafo tiene que hacer retoque y todo por el mismo precio; no está definida la figura del director de arte. Aquí se le llama así al diseñador gráfico que lleva más tiempo. Faltan muchas cosas en el sector por evolucionar. Y cuando vas fuera lo ves. Pero pasa en más sectores.

© Paco Peregrín
¿Cómo llegas hasta aquí? ¿Cuándo te planteas dedicarte a esto?
Mis padres eran profesores. Mi entorno no tenía nada que ver con esto. Pero a mí siempre me ha interesado el arte en general, el teatro, las exposiciones… Por eso estudié Bellas Artes. Quería dedicarme a algo artístico. En aquella época en Sevilla, no te planteabas “yo quiero ser fotógrafo de moda”. No es como ahora que hay cámaras, cursos y másteres. Yo veía en la tele sesiones de fotos, calendarios, el calendario Pirelli, desfiles de modelos y me quedaba flipado, era algo lejano que me encantaba.
Yo hice BBAA para ser pintor. Llego a la facultad y me meto en todos los talleres del mundo. Me apunto a un grupo de teatro y además de interpretar, dirijo, hago el vestuario, diseño de iluminación, escenografía… Me meto en un taller de moda experimental reciclada donde hacíamos los desfiles de modelos, talleres de serigrafía, también hago fotografía los dos últimos años de carrera… de todo. En cualquier rama del arte hubiera sido feliz.
Pero cuando me vengo a Madrid a buscar trabajo, me doy cuenta de que tengo que centrarme en algo, que no se puede dedicar energías a todo. Y es cuando, poco a poco, descubro que con la fotografía de moda puedo hacer muchas cosas de las cosas que me gustan: tiene la parte de gestar una idea y desarrollarla, la parte de hacer el casting, dirigir al modelo durante la sesión, la parte de postproducción. Y trabajas con luz, con la piscología del color y muchas otras ramas de las bellas artes.
En un solo trabajo lo tenías todo.
Exacto. Pero lo descubrí muy poco a poco. Empecé en agencias de publicidad como diseñador gráfico y director creativo. Luego empecé a publicar retratitos. En las agencias no tenía ni horario ni calendario. Por lo que durante un tiempo también fui profesor de secundaria. Como profesor podía organizarme para hacer mis fotos. Y fui creciendo poco a poco hasta tener clientes suficientes, compaginado hasta poder ser sólo fotógrafo.
Ya eres fotógrafo. ¿Pero cómo se consigue ser un fotógrafo original?
En realidad es muy sencillo pero difícil. Es tan fácil como escucharse a uno mismo. De todas formas, si trabajas mucho y eres honesto, aunque picotees en muchos sitios y te inspiras en muchos artistas, sale solo.

© Paco Peregrín
¿Cómo defines tu estilo?
A mí me interesa mucho recrear la realidad.
Bueno, vistas tus fotos es más bien inventártela.
Puede que sí. En mi fotografía se ve que soy andaluz.
Yo nunca lo diría.
Si te fijas, el cromatismo es muy de la pintura veneciana. Las posturas, las posiciones de manos, las caras tiene mucho que ver con lo barroco. Hay como una dicotomía extraña entre el barroco sevillano junto con el futurismo y el mundo minimalista. Esas dos partes vienen de mi origen teatral, de recreación. Y también de todo lo que he trabajado de diseñador gráfico que se nota en la pulcritud técnica y compositiva.
¿Cuáles son tus referencias estéticas?
Sobre todo pintura. Devoro exposiciones. Me apasiona el arte egipcio, la simetría, el aire místico. También el barroco o el arte contemporáneo.
En cambio cuando hablamos de inspirarse en otros fotógrafos tengo la sensación de que no se mezclan pese a usar el mismo leguaje, hay unas fronteras que en otros países sí se traspasan. Los de moda, con los de moda; los de prensa con los de prensa, y así.
¡Ni los de moda se mezclan entre ellos! Pero también es cierto que cada vez es más común que se dé ese ‘intrusismo’ maravilloso de mezclarse. Cada vez es más común que se rompa esa línea tan delgada que separa lo comercial de lo artístico…

© Paco Peregrín
Tu expones en galerías, por ejemplo.
Y puedo exponer una foto comercial. Wolfgang Tillmans lleva haciéndolo muchos años. Yo hago muchos tipos de fotografía: algo personal, moda, belleza… Pero si algo me apasiona de este tipo de fotografía comercial es que es el campo más permeable de todos. Yo hago muchos trabajos con muchísima libertad creativa. Me dan la libertad para que yo aporte mi punto de vista. No soy un fotógrafo que tiega que reproducir un boceto.
¿Qué otros fotógrafos te interesan?
Me gusta todo. Pero me fijo mucho en gente como Irving Penn. Marcó un antes y un después. El producto dejó de ser importante y tiene un carácter muy artístico. También me gusta mucho compartir mi experiencia a través de la docencia y me fijo mucho en lo que hace la gente joven, en lo que se hace en todo el mundo.
Tengo la sensación de que en tus fotos, tanto hombres como mujeres son tratados con la misma estética, pero como generadores de imágenes potentes como son las tuyas. ¿Alguna vez te planteas las repercusiones de tus fotos? ¿Y si tratamos igual a ambos géneros?
Es un debate complicado. Soy defensor absoluto de que no tengo que mostrar una realidad. La gente tiene que ser consciente de que las imágenes son mentira. Que una foto se ha hecho con una determinada luz, que la ropa no le queda bien ni a la modelo, que le han puesto pinzas y de todo. Y esto es anterior al uso del retoque digital. La manipulación viene del origen de la fotografía.

Poster de Efímera
Exacto. La gente debería ser consciente de que las imágenes son falsas. Pero aunque así fuera, tenemos que ser conscientes de que las imágenes tienen unas consecuencias.
Claro, pero también el mero hecho de que mostremos unas cosas y no otras. Desde el momento en que te saco a ti y no a al niño moribundo que está a tu lado, sin necesidad de retocar las fotos. Pero los que nos dedicamos a la imagen sabemos la fuerza que tiene y todo lo que significa. A mí una foto que simplemente es bonita no me aporta nada. Yo juego con el trasfondo de la fotografía. Por ejemplo, revisito los roles de género, uso maquillaje en los hombres, juego con la androginia. Muchos sí somos conscientes del poder de las imágenes y sus consecuencias.
Es cierto que se permite más la naturalidad y la arruga en los hombres, pero creo que hay una tendencia en esa línea con las mujeres. Pero la libertad de expresión está por encima de todo. Y sobre todo, el espectador tiene que saber que lo que ve no es real.
¿A dónde te diriges ahora?
Estoy explorando con el vídeo. Tienes la primicia del cartel de un trabajo. Ha sido un vídeo para una marca de cosméticos china. Ha ido acompañado de un desfile y una exposición. Y he hecho un beauty film que ha sido muy excitante. Meterme en un medio que no controlo me pone mucho. Me encanta meterme en fregados. Se verá en varios festivales. Lo colgaré en unas semanas. Es un video muy muy personal. Ya verás.

Paco Peregrín © Roberto Villalón