A partir del verano de 1936 en España, con el comienzo de la guerra civil, se dieron miles de actos de represión entre los dos bandos. Las ejecuciones duraron hasta el final de la dictadura. Después de 36 años de la ratificación del convenio europeo de derechos humanos, el estado español sigue violando los artículos 2 y 13 al negar una “investigación oficial efectiva e independiente”.
Desde la creación del grupo de trabajo de desapariciones forzadas de la ONU, se ha instado al gobierno español a buscar los desaparecidos y juzgar los crímenes del franquismo hasta en cinco ocasiones, las dos últimas en 2015. Estas peticiones siempre han sido desoídas.
En España, el mensaje que lanzó el poder desde la transición hasta la actualidad es el de que hay que pasar página y mirar hacia el futuro. Según expertos internacionales en derechos humanos y justicia transicional, para pasar página primero hay que haberla leído.
A la sociedad española hay una página de su historia que no se le ha permitido leer. En mi intento para llegar a conocer esta parte de la historia reciente de España y en los continuos muros que me encuentro, es donde surge este proyecto.
Después de más de un año de investigación y asumiendo que no soy historiador, ni antropólogo, entiendo que no es mi labor escribir la historia. Soy fotógrafo y como tal quiero generar imágenes que puedan crear en el espectador sensaciones y emociones parecidas a las que me han acompañado en esta búsqueda, que le lleven a querer conocer algo de las historias que oculto (que nos ocultan) y por último que se haga una reflexión sobre los porqués del silencio y los paraqués de la negación.
La intención del proyecto es generar debate en torno a lo que pasa en el presente con los cuerpos nunca hallados, o el confuso destino que depara a aquellos con la fortuna de ser encontrados. En torno a la necesidad, o no, de comisiones de la verdad y de la aplicación de la legislación internacional vigente.
Me desplazo a sitios donde se han llevado a cabo ejecuciones y enterramientos masivos, fotografío aquellos lugares donde en apariencia nada sucede. Las imágenes de estos lugares van acompañadas de textos que cuentan lo que allí ha ocurrido. Estos textos son censurados, buscando tapar también lo que cuentan. De esta manera, toda la información que nos pudiera dar tanto imagen como texto queda en estado latente, oculta y no será revelada, como una analogía de la situación actual.
En los textos, el relato que quedará visible, buscará despistar al espectador proponiendo una narración paralela, pero con ecos que permitan llegar al tema que éstos ocultan. El lector deberá encontrar en ellos un camino a la historia.
En ninguna sociedad el pasado puede se un tabú, aunque sea tan triste como el de la historia de este país. Este proyecto pretende ser un aporte a un debate que la sociedad española necesita tener, sacando al espacio público las historias que hasta ahora sólo se han podido contar en espacios privados.
David García Fernández (Madrid, 1982) se forma de manera autodidacta y consigue su primera publicación en la revista Historia de Madrid. En 2013 recibe una beca para cursar el Máster de Creatividad de la escuela Zink. En 2014 cursa un Máster de fotografía conceptual en la escuela EFTI. Durante 2015 realiza un curso de procesos creativos con el fotógrafo Javier Vallhonrat. Participa en exposiciones colectivas “13 habitaciones y un apartamento”, “Divergentes” y la exposición y la publicación Exc!, que anualmente reúne los mejores proyectos del Máster de EFTI. Actualmente compagina la realización de proyectos personales con el rodaje de su primer largometraje como director de fotografía.