En este trabajo he querido unir el mundo impredecible e irracional de las personas con la certeza y la seguridad de las fórmulas y los algoritmos matemáticos. Números que se hacen emociones. Conductas que se apoyan en derivadas. Todo tiene sentido y aún así perdemos la razón por los errores del corazón. Sin renunciar nunca al sentido del humor, busco la explicación de las relaciones de una forma tan analítica como poco funcional.
Todo comienza con una fuerte atracción, una época de fuertes emociones y conocimiento y disfrute del cuerpo del otro. Tras esta primera fase intensa se produce un inicio de la comprensión del otro, de buscar los espacios propios y comunes, de ese ajuste necesario para encontrar el equilibrio. La aceptación de la persona imperfecta pero que te complementa, la riqueza interior de la mujer y sus diferencias con el hombre. Una balanza ajustada, o no, que terminará convirtiéndose en un final impredecible. En definitiva: un nuevo fracaso de intentar describir qué es eso del amor.
Alberto Olivares Betoré
Alberto Olivares Betoré (Calatayud, 1979) es licenciado en Psicopedagogía y trabaja como profesor en ciclos formativos. Ha compaginado desde siempre su labor como docente con un gran interés por la fotografía analógica, que le sirve para hablar de ideas y sentimientos. Su mirada se dirige hacia la fotografía clásica y está centrada generalmente en aspectos básicos de composición. Ve entre la fotografía y la escuela de la Gestalt un puente desde el que trata de trabajar. Considera que es el cerebro el que da significado a las imágenes en base a una serie de normas. Conocer esas pautas y jugar con ellas es algo que siempre le ha atraído.
En 2014 finalizó el Curso Superior en Iluminación y Plató Artístico en la Escuela Internacional de Photoespaña, lo que le permitió recibir clases de Rafael Roa, Susana Lorenzo, Javier Arcenillas y Fernando Herráez entre otros. Actualmente reside y trabaja en Cantabria donde continúa desarrollando su trabajo fotográfico.