Mirada Zoom

Si hay un barrio que representa como ningún otro el delicado concepto de “casticismo” madrileño, ese es Lavapiés. Situado en pleno centro de la capital española, su nombre tendría, como su nombre indica, orígenes ligados a la higiene: la existencia de un matadero en lo que ahora es el Rastro, la fuente situada en la gran plaza y el desnivel que conduce al Manzanares parecen indicar que en efecto se trataba de un lugar donde la gente iba a lavarse. Una selección de Agencia Zoom con fotos de Juan José Ruiz García y texto de Raúl Martínez

Lavapiés es la cuna de lo que los madrileños llaman “Manolos” y “Manolas” y, aunque no hay unanimidad al respecto, parece ser que la proliferación de este nombre en el barrio se debería a que muchos judíos conversos elegían el nombre de Manuel como garante de su cristiandad. En cualquier caso, “Manolos” y “Manolos” representan como pocos el concepto de chulería madrileña, un orgullo de barrio clamado alto y fuerte frente a los barrios más pudientes de la capital.

¿Pero qué queda de los Manolos y Manolas en la multicultural y globalizada ciudad del siglo XXI? ¿Podemos seguir usando este concepto ahora que la uniformidad parece haber tomado las riendas del mundo?

El fotógrafo sevillano Juan José Ruiz García, instalado en el barrio desde hace quince años, decidió retratar un barrio que es la marca de una personalidad madrileña a más no poder y al mismo tiempo el reflejo de los tiempos que corren. La presencia de inmigrantes desde la década de 1990 (primero marroquíes y más tarde senegaleses y paquistaníes), la permanencia de vecinos “de toda la vida” y finalmente la llegada de jóvenes urbanos atraídos por alquileres más baratos que en el resto de la ciudad han conformado un microcosmos donde no hay guetos sino una enriquecedora convivencia entre las diferentes comunidades.

El fuerte tejido asociativo, así como una importante actividad cultural, han sido clave a la hora de facilitar la coexistencia de estos diferentes grupos y, aunque sería ingenuo pensar que no existen los problemas sociales y de integración, el barrio presenta un nivel de convivencia que es la envidia de muchos otros barrios similares en las capitales europeas.

Juan José Ruiz ha decidido retratar a estos habitantes en la intimidad de sus hogares, subrayando así las enormes diferencias que existen entre ellos: desde la joven artista recién llegada hasta el jubilado que lleva toda la vida en el barrio, la pareja gay harta de Chueca, pasando por la familia de origen suramericano o el subsahariano en busca de un futuro mejor, todos enriquecen el barrio a través de sus vivencias y actividades.

Lavapiés: Manolos y Manolas del Siglo XXI es un canto a la convivencia y al mestizaje, una visión positiva y optimista de un barrio a menudo estigmatizado por los estereotipos negativos y sobre todo un retrato de individuos cazados en su intimidad.

Puedes ver más infomación sobre este trabajo en www.agenciazoom.com/web/reportajes/lovepies-manolos-y-manolas/