La Agencia Zoom nos acerca el trabajo del fotógrafo italiano Fulvio Bugani, que lleva más de seis años documentando la vida de varias familias que han decidido buscar una educación alternativa para sus hijos e hijas, fuera de los sistemas educativos establecidos. ‘Unschooling’ recoge la historia de esas familias que, buscando un futuro mejor para sus hijos, no los escolarizan para prepararlos para un futuro incierto, con una sistema en el que la creatividad no se vea limitada desde la escuela. Texto y fotos de Fulvio Bugani.
“No tenemos idea de lo que sucederá en el futuro, en nuestra vida, en el mundo. No tenemos idea de cómo podrá ser el mañana».
«Existe un gran interés en él, en parte porque es la educación la que está destinada a llevarnos a este futuro que no podemos comprender. Los niños que comienzan la escuela este año se jubilarán en 2080. Nadie tiene idea de cómo será el mundo en cinco años y, sin embargo, deberíamos estar educando a nuestros hijos para ello».
«La imprevisibilidad es extraordinaria, por lo que la creatividad es ahora tan importante en la educación como la alfabetización, por esta razón deberíamos tratarla con el mismo estatus”.
Son palabras de Sir Ken Robinson (1950 / 2020 – Profesor, autor británico, orador y asesor internacional sobre educación) durante un TED talk.
En esa charla relató una gran historia. La protagonizaba una niña de seis años, durante una clase de dibujo. Se encontraba dibujando en la parte de atrás. Esto generó curiosidad en la maestra, ya que esta niña casi nunca prestaba atención. Sorprendida, se acercó a ella y le preguntó “¿qué estás dibujando?». A lo que la niña respondió: «Estoy haciendo un dibujo de Dios». La maestra le replicó: «Pero nadie sabe cómo es Dios». Y ella simplemente contestó: «Lo sabrán en un minuto, en cuanto termine”.
Con esta anécdota Ken Robinson no quiere dar a entender que el error es lo mismo que ser creativo. Lo que sí se sabe es que si no se está preparado para equivocarse, nunca ocurrirá nada original.

Así, cuando los niños y las niñas llegan a ser adultos, la mayoría de ellos han perdido esa capacidad, tienen miedo a equivocarse. Y esto se refleja luego, por ejemplo, en la gestión actual de las empresas, donde los errores son estigmatizados.
Actualmente, la metodología de los sistemas educativos nacionales trata los errores como lo peor que se puede cometer.
El resultado, que las personas son educadas eliminando sus capacidades creativas.
Y esto pasa en todos los sistemas educativos del mundo, en todos, da igual donde vayas, ya que tienen la misma jerarquía de asignaturas.
En esa jerarquía, en la parte superior están las matemáticas, las ciencias y los idiomas, luego ya las humanidades y, en la parte inferior, las artes.
«Se necesita repensar radicalmente esta visión de la inteligencia», propone Robinson.

Cuando yo era niño, la escuela me parecía aburrida y una verdadera pérdida de tiempo. El recreo de 15 minutos era el único momento por el que valía la pena estar allí, el único momento en que podía expresarme libremente. Ya entonces quería seguir mi pasión, lo que más me intrigaba: la fotografía.
La fotografía no era una asignatura en la escuela hace 30 años, así que la tuve que aprender por mi cuenta, a través de la experiencia. Y así, convertí mi pasión en mi trabajo.
Sin saberlo, me convertí en una especie de unschooler. Un autodidacta, sin escuela. Hoy sigo viviendo así, con mucha curiosidad por el mundo y, por los demás, fomentando mi creatividad.
Fue así como comencé a trabajar en este proyecto ‘Unschooling’ en 2016, porque yo mismo necesitaba ver si había otra oportunidad para una educación diferente. Comencé a investigar este tema partiendo de mi propia insatisfacción e intolerancia hacia una vida que nos unifica a todos.
Para ello he seguido a diferentes familias de estudiantes “unschoolers”, algunas en Italia, en Sicilia, y algunas otras en los EE. UU., en New York y en Boston. Así encontré a Micol y sus tres niños, Arturo, Cosimo y Amir, en el sur de Sicilia, lugar donde residen.
Micol es una persona muy especial, que decidió enfrentarse a la vida a su manera distinta, con mucha valentía. Y también eligió educar a sus hijos fuera de una escuela formal, permitiéndoles ser libres de aprender jugando, simplemente guiándolos.
Ese estilo de vida unschooling, un método educativo no coercitivo nacido en la década de 1970 que aboga por las actividades elegidas por el alumno como medio principal de aprendizaje.

El educador John Holt es considerado el «padre» de este método, en el que la formación del alumno no está dirigida de ninguna manera por un maestro escolar.
Según esta filosofía, la educación es una cuestión de curiosidad y deseo, más que de logro académico.
Los niños, que no están escolarizados, aprenden simplemente a través de sus experiencias naturales de vida, sin acudir a clases formales, mientras que sus padres actúan como «facilitadores», ayudándoles a dar sentido al mundo. Como hace Micol con sus hijos.
Desde ese punto de vista, la escuela estándar hace un uso ineficiente del tiempo de los niños, porque exige que cada niño aprenda unas materias específicas de una manera determinada, a un ritmo establecido y en un momento determinado, independientemente de las necesidades presentes o futuras del individuo.
Personalmente, creo que institucionalizar a los niños en una escuela no adaptada, de «talla única», no funciona. Produce sólo generaciones de robots que aceptan pasivamente el status quo.
Creo firmemente que es urgente demostrar que una sociedad diferente es posible. Una sociedad que tiene en cuenta toda nuestra peculiaridad como individuos y que no nos obliga a ser todos iguales desde la infancia.
«Sueño con una escuela que aumente el potencial y no mate la creatividad».