La transgresión como forma de combatir al sistema, el cuerpo como arma política, la sexualidad como forma de revolución, son algunos de los argumentos de ‘Indecencia’, muestra que recopila la obra de artistas latinxs en el Leslie-Lohman Museum que reivindican desde «la rabia, la fiesta, la protesta y la alegría de vivir». Una crónica de Andrés Senra.

De tod+s es bien sabido, aunque por much+s no reconocido, los estragos que el imperio español causó en lo que desde el reino de España se llamó “El Descubrimiento”, que consistió más bien en una invasión a fuego, hierro y crucifijo con el consiguiente genocidio de las Naciones Originarias del continente americano.

Este fue el comienzo de lo que sería una larga cadena de expolio, extractivismo, explotación, esclavitud, racismo, ecocidio, exterminio humano y no humano, aculturación y persecución de las espiritualidades y creencias de las Naciones Originarias americanas por parte de los imperios del Occidente europeo y su reencarnación norteamericana, que no solo no quieren mirar atrás ni hacer reparaciones, sino que niegan el genocidio como los revisionistas neonazis niegan el holocausto.

A la llegada de los europeos siguió el comercio, trata y explotación de l+s esclavizad+s, arrancad+s a la fuerza de África y explotad+s como mano de trabajo sin derechos durante los siglos de expansión del Capital incipiente. Y como también es bien sabido, esto no es una cosa del pasado, hoy seguimos viendo cómo estas prácticas coloniales se perpetúan bajo la sombra oscura de Gobiernos y corporaciones.

El colonizador vio indecencia en el cuerpo y la sexualidad del que llamó “indio” en sus costumbres, su desnudez, sus ritos, sus danzas y su cultura. L+s “indi+s” y l+s no blanc+s eran paradójicamente culpables en su pecado y a la vez inocentes en su naturaleza “animal”.

L+s “indi+s” necesitaba ser culturizad+s, evangelizad+s, “amaestrad+s” para que el colonizador pudiera mirarles sin sentir pudor y a la vez, deseo. Los cuerpos podían ser violados, ultrajados, poseídos y destruidos para limpiarlos de su impureza, de su indecencia que amenazaba la moralidad pacata, reprimida, violenta y sanguinaria del colonizador.

El “indio” amenazaba el poder imperial y eclesiástico y por tanto tenía que ser anulad+, muert+ en vida, vestid+, lobotomizad+, esclavizad+, criminalizad+, encerrad+, asimilad+ y por último exotizad+, como un objeto de consumo y un consumidor más.

© Ela Troyano ‘Carmelita Tropicana Your Kunst Is Your Waffen (Tu Arte Es Tu Arma)’ , 1994. Cortesia de la artista.

Con todo esto podemos preguntarnos si otras espiritualidades reparadoras, transgresoras del poder eclesiástico, indecentes y transformadoras de las injusticias creadas por el cisheteropatriarcado son posibles.

‘Indecencia’ es una exposición comisariada por Nicolás Dumit Estévez Raful Espejo Ovalles para Leslie-Lohman Museum en Nueva York que propone una mirada crítica y artivista a las causas y consecuencias de los conflictos colonizador-colonizade sobre y en las cuerpas de les artistes latinxs y de origen hispano. Artistas feministas y LGTBIQ+ que en las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI denuncian, visibilizan y manifiestan cómo el biopoder colonizador y las estrategias de control de l+s disidentes sexuales siguen vigentes en las cuerpas latinxs de Abya Ayala.

No es casualidad que esto ocurra en este reconocido museo LGTBIQ+ de la ciudad neoyorquina cuya programación hace un esfuerzo por mostrar el trabajo de l+s artistas disidentes sexuales que en muchas ocasiones son condenados al olvido por las grandes instituciones museísticas como ocurre en nuestro propio Estado español.

© Gigi Otálvaro-Hormillosa. N.1976. ‘Oro psíquico‘, 2015. Impresiones digitales, 2022. Fotografía Robbie Sweeny. Ejecutante: Karina Gutiérrez.

Precisamente del sincretismo, el mestizaje y la hibridación de la colonización y sus resistencias surgieron nuevas culturas, nuevas espiritualidades, nuevas prácticas artísticas que produjeron rupturas con los rígidos sistemas de pensamiento y jerarquías de la España católica y la Europa cisheteroblancopatriarcal.

Estas prácticas disidentes continúan resistiendo al imperialismo de los países ricos y sus corporaciones disfrazadas de pastor oenegista que en las guerras de baja intensidad asolan la América que va desde México, pasando por el Caribe hasta la Patagonia, implementando necropolíticas que destruyen la Amazonía con su proyecto capitalista y corporativista, evangélico-redentor-genocida-corta-árboles y especista. En el avance imperial, todo es objeto de uso, consumo y destrucción disfrazado de salvación.

Será la teología antipatriarcal, disidente sexual y de género, feminista e irreverente de Marcela Althaus-Reid (1952-2009), que proponía levantarle las faldas a Dios y desnudar así al patriarcado, la que le sirve a Nicolás, curador de la muestra, para tejer un discurso a partir de la obra de una serie de artistas que operan desde la transgresión, la rabia, la fiesta, la protesta y la alegría de vivir, reuniendo aquello que estaba escindido y que queda religado en este espacio sagrado de comunión en el que se ha convertido la sala de exposiciones. Un espacio donde a través del rito de las performances y el registro de su acción ya sea en fotografía, video u objetos, se levantan las voces de les oprimides.

La indecencia se convierte aquí en la única forma justa de estar y ser en el mundo. La indecencia es un atentado a las buenas formas, a la rigidez física y mental de las jerarquías eclesiásticas, gubernamentales y corporativas. La indecencia agrede directamente a las buenas costumbres, al protocolo y al rancio abolengo de la burguesía y la aristocracia imperialista, pero también a la maquinaria corporativa tardocapitalista y a los códigos clasistas y jerárquicos de las relaciones laborales en empresas donde el cuerpo, el sexo y el deseo desaparece.

Indecencia es traer el cuerpo, hacerlo presente, constatar lo místico de la materia, siempre moldeable y carente de esencia, hacer evidente el deseo como una energía que nos atraviesa y arrasa lo que encuentra a su paso para desplazarlo de la norma que lo oprime. Indecencia es la locura que abre los ojos y los oídos del que no quiere ver ni oír. Indecencia es bailar como las locas y gritar improperios. Indecencia es desvelar las prácticas asesinas narcocapitalistas que asolan Colombia. ¡Viva la indecencia!

Una larga lista de artistas y un trabajo complejo de selección de sus obras hace de esta muestra un must see de la ciudad de Nueva York en este momento, pero también una muestra que propone una relectura de la historia del arte reciente desde las comunidades diversas latinxs.

© Arantxa Araujo. ‘Mi Cuerpa’, 2022. Un óvulo, sangre, agua, LEDS, arduino y cristal. Cortesía de la artista.

Haciendo una pequeña selección de las obras expuestas, la obra de Arantxa Araujo, ‘Mi Cuerpa’ presenta una Custodia, que en la misa católica aloja la hostia consagrada, conteniendo en este caso un óvulo de la artista, proponiendo así un cuestionamiento de las ideas de sexualidad, fertilidad, y cisheterosexualidad reproductiva proclamadas por la jerarquía eclesiástica y a su vez produciendo un cortocircuito en la concepción del cuerpo sagrado exclusivamente como el de un hombre cisheterosexual blanco.

Arthur Avilés, un artista fundamental para la escena queer artística de la ciudad de Nueva York, que merecería aquí un artículo aparte y en exclusiva por su amplia obra y por la labor desempeñada en su espacio de danza y creación artística en el Bronx, BAAD! Bronx, presenta entre otras piezas una compilación de videos en los que el cuerpo se convierte en materia y herramienta activista para un maricón nuyorican nacido en Queens. Avilés deconstruye la colonialidad de obras clásicas de la historia de la danza despojándolas de su heterosexualidad y academicismo, creando coreografías que te atraviesan el corazón a golpes de sensualidad, rabia, afecto y celebración de la otredad queer.

© Arthur Avilés, n. 1963, Queens. ‘This Pleasant and Grateful Asylum’, 1999.
Video

La fotografía de Nao Bustamante, ‘Indigurrito‘, 1992 documenta una performance de la artista en la que ordena a hombres blancos del público que se arrodillen a morder el burrito que tiene en la entrepierna a la vez que pidan perdón por la violencia, expropiación y genocidio de los pueblos de las Naciones Originarias.

© Nao Bustamante. N. 1969.  ‘Indigurrito’, 1992. Video monocanal. Impresión digital 2022.

Las Yeguas del Apocalipsis (Pedro Lemebel y Francisco Casas) en ‘Refundación de la Universidad de Chile’ (1988) realizaron una performance documentada en fotografía en la que entraron a caballo y desnudos (otra vez la indecencia queer) en el campus académico. La entrada del cuerpo queer y animal en el epicentro de la Academia, con su estructura rígida que perpetúa los conocimientos racionales de Occidente y los valores de los colonizadores, supone la desacralización del Sancta Sanctorum del conocimiento occidental, proponiendo así un ritual homoerótico y pagano, revolucionario y crítico con el orden moral e intelectual de la Academia. Pero además, Lemebel y Casas señalan que a este Santa Sanctorum no tienen acceso todes por igual: l+s desposeíd+s, l+s silenciad+s, l+s pobres, l+s marginadxs quedan fuera.

Las Yeguas del Apocalipsis (Pedro Lemebel y Francisco Casas). N.1952 Santiago de Chile; m. 2015, Santiago de Chile / n. 1959, Santiago de Chile. ‘Refundación de la Universidad de Chile‘, 1988. Impresiones digitales, 2022. Fotografía: Ulises Nilo.

Por último, en esta breve selección, ‘Épreuve d’artiste‘ documenta la acción que el artista chileno, Carlos Leppe, realizó en el baño del Musée d’Art Moderne de Paris en 1982. Leppe entra vestido de hombre, declama un texto en tono viril, se desnuda, rasura el pecho, se traviste y se traga una torta, vomitando en el suelo del baño donde había colocado previamente un montículo de tierra y una figurita de escayola de la Virgen María. La violencia del sistema de masculinidad obligatoria para los biohombres se manifiesta así en esta performance de encarnación-incorporación de esa masculinidad y el conflicto provocado por la represión de las feminidades y las identidades disidentes del sistema de sexo-género.

Carlos Leppe n. 1952, Chile; m. 2015; Chile

© Carlos Leppe.’Épreuve d’artiste‘, 1982 Impresión digitales, 2022. [Cortesía del Archivo Carlos Leppe]

En definitiva, una exposición más que necesaria para acercarnos a las potencialidades transgresoras y transformadoras de l+s artistas LGTBIQ+ latinxs de las últimas décadas.

Indecencia

Artistas participantes: Luis A., Arantxa Araujo, Arthur Avilés, Nao Bustamante, Susana Cook, Anna Costa e Silva y Nina Terra, Jean-Ulrick Désert, Marga Gomez, Félix González Torres, Nadia Granados (La Fulminante), Noelia Quintero y Rita Indiana, Carlos Martiel, Carlos Leppe, Elizabeth “MACHA” Marrero, Iván Monforte, Gigi Otálvaro-Hormillosa, Charles Rice-González, Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, Carmelita Tropicana & Uzi Parnes & Ela Troyano, y Las Yeguas del Apocalipsis.

Curada por Nicolás Dumit Estévez Raful Espejo Ovalles

Hasta el 08 de enero de 2023 en Leslie-Lohman Museum. 26 Wooster Street, New York, NY 10013.