La artista andaluza Lola Guerrera expone en Apertura de Málaga una instalación realizada ex profeso para el escaparate de la Sala Desenfocada. Acostumbrada a transitar entre la fotografía y la instalación para expresarse, la creación que ahora presenta ‘Lo incierto’ gira alrededor de los retos creados por el cambio climático.

Lola Guerrera (Córdoba, 1982) es una de las artistas visuales más importantes de Andalucía, siendo un referente en instalaciones donde la naturaleza es la protagonista. Es licenciada en Comunicación Audiovisual y Máster en Fotografía. Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas en España, Inglaterra, Portugal, Francia, Guatemala y México. Ha recibido diferentes galardones entre los que destacan la Beca de Creación Artística para Iberoamericanos en México, Descubrimientos PhotoEspaña 2010; y los premios Fundación AENA, Fundación Biodiversidad, Caminos de Hierro y Certamen Andaluz de Fotografía.

En su obra aborda lo efímero, la incertidumbre de lo desconocido. En esta ocasión se sirve de pequeñas partículas extraídas de la naturaleza, que levitando, nos trasladan visualmente a un escenario de un bosque en llamas. 

Me gustaría que para empezar me hables de la obra que tienes en Apertura.

La obra que estoy exhibiendo en Apertura está especialmente diseñada para ello. Me llegó la propuesta de Míchelo Toro (director de Apertura), a quien estoy muy agradecida, porque ha sido una oportunidad muy bonita de reencontrarme con la escuela en la que me formé por primera vez en fotografía y reencontrarme ahora también con esta Málaga efervescente, que tanta falta me hacía. 

La pieza estaba dentro del marco del festival MAF, por lo que ya venía con un tema dado que era el cambio climático, pero tengo la sensación de que ahora toma una dimensión distinta. Soy muy sensible a todo lo que afecta al planeta y a la naturaleza y estoy muy atenta a cualquier noticia que pueda surgir. Me pareció un tema muy interesante de tratar que se salía también de la zona donde había estado trabajando previamente con el proyecto de ‘Lo vulnerable’ y que tenía una relación un poco más metafísica con lo que serían las imágenes del espacio y nuestra situación en el mismo. 

© Apertura

Era una oportunidad para abrir tu producción plástica a otro mensaje quizás. 

Sí, pensando sobre cómo podía abordar este tema del cambio climático en una instalación que tuviera que ver con la manera de trabajar que venía desarrollando durante los 5 años anteriores y revisitándola de nuevo a través de la prensa y de todas las noticias de actualidad, me decidí hacer una pieza que tuviera que ver con la problemática de los incendios. Porque ya ha habido importantes desastres a nivel planetario en este sentido como Brasil, Australia o Portugal no hace mucho o España cada verano. 

Pensé que podía hacer alusión al tema de los incendios con una instalación de nuevo muy figurativa que muestra una rama ardiendo. La materia que utilizo para continuar también con esta metodología vuelve a ser la materia natural, las mismas cortezas del árbol carbonizadas. Esta simulación se completa con flores y plantas muy escogidas de tonalidades rojas y con esas flores rojas se simula lo que sería un fuego.

¿Cómo planteas los diseños o los bocetos antes de iniciar la pieza en cuestión?

Lo primero que hago es dibujar. Tengo una libreta donde voy apuntado y voy dibujando ideas que se me van ocurriendo. Primero a lápiz y después incluyo algo de color y ya para que lo entienda bien el cliente, el comisario o la persona que me ha realizado el encargo preparo un boceto con Photoshop. Un fotomontaje, vamos. En este caso, en Apertura, me quedó bastante parecido al boceto original, la verdad.

© Apertura

Revisando los trabajos que componen tu trayectoria, me ha sorprendido ver todo lo que has hecho. Se nota que hay mucho esfuerzo, dedicación y constancia. ¿Desde cuándo tenías claro que tu camino era el arte? Porque parece que esa determinación la has tenido desde el inicio de tu carrera.

Bueno no siempre ha sido así, los inicios de mi carrera no fueron sencillos. Me inicié dentro del arte muy tarde, ya que no empecé a estudiar fotografía en serio, la fotografía relacionada con el arte, hasta los 27 años. Antes, desde pequeña incluso, lo que sí tenía claro es que me apasionaban las imágenes. Pillaba la cámara de mi padre, que también tenía una de vídeo, y me la pasaba grabando y haciendo fotos. Recuerdo que a mi hermana la disfrazaba, la metía en la naturaleza y la hacía subir a los árboles. Siempre estaba inventando. Tampoco es que tuviera muchos incentivos, me tuve que dar cuenta sola de la importancia de hacer algo creativo.

Cuando terminé de estudiar Comunicación Audiovisual yo creía que iba a trabajar en la televisión, y lo hice, pero no me llenaba. Di muchos tumbos hasta reencontrarme con esa pasión que tenía ahí latente hasta que hice el Máster de fotografía en Madrid y ya tuve claro que tenía que ir por ahí.

Pues creo que en este tiempo has construido una carrera muy sólida.

La verdad que con el tiempo una va aprendiendo, los años te van dando una perspectiva que al comenzar no tienes. Estar en Madrid durante 12 años, en el corazón del movimiento fotográfico, me ha permitido ver como compañeros pegaron un subidón muy fuerte y luego también una caída muy fuerte. En mi caso yo no tuve un ascenso muy rápido, de golpe, sino que año tras año he dado un pasito pequeño, pero siempre manteniendo mi posición o subiendo.

Ahora sigo sintiendo que voy siempre hacia delante en mi carrera. Mantengo mi producción constante, que es lo importante, producir. Me siguen saliendo oportunidades de exponer y tengo muchas propuestas. Es verdad que algunos años están más calmados, en barbecho diría, y otros años estás más visible. 

¿Cuál es tu formación? Sea reglada o no, académica o vivencial…

Pues mira la académica tal cual, hice la carrera de Comunicación Audiovisual y después una especialización con un máster y diversos cursos en fotografía. Pero, la formación enfocada hacia el arte contemporáneo ha sido estar dentro y vivir la experiencia de pertenecer al circuito. Una cosa que me marcó en la vida es que mi padre tenía un grupo de animación callejera, de pasacalles, entonces desde pequeña yo actuaba con él por la calle. Aprendí a montar en zancos, en monociclo, me disfrazaba, hacía cabezudos y viajaba por todos los pueblos de Andalucía. Creo que a nivel artístico imagino que eso me habrá aportado bastante en el apartado creativo. 

El primer trabajo que recuerdo cuando pienso en tu obra es ‘Cotidianidades’. Se puede decir que es un trabajo puramente fotográfico si tenemos en cuenta el objeto final, pero ya se atisba una vertiente instalativa muy fuerte en todo el proceso. ¿Qué intereses tenías entonces y qué queda de aquello en tu obra actual?

De aquella serie me queda la metodología. Porque igual que ahora el proceso de trabajo es muy lento y requiere mucha paciencia, en ese momento también lo era. Piensa que me dediqué a forrar todas las habitaciones de mi piso de Madrid con papel blanco. No sé si puedo recordar los intereses que tenia entonces, aunque igual sí había uno muy claro. Durante un tiempo había tenido una fuerte atracción por el retoque digital.

Todos los proyectos anteriores, los que se han ido quedando fuera de mi porfolio y ya no muestro, aunque fuesen un puente para llegar donde llegué, eran imágenes muy contaminadas por filtros y retoques de barroquismo digital. Hubo un punto en el que quise limpiar mi trabajo de toda esa contaminación, que me imagino que les pasará a muchos estudiantes ya que se reciben muchos estímulos y los quieres replicar todos, todos a la vez.

Una manera de limpiarme estéticamente era haciendo espacios vacíos de significancia, forrando con papel blanco. Si aparecía una cafetera no sabías cómo era esa cafetera si era nueva o era vieja. Se trataba de depurar el mensaje en la mínima expresión. También me interesaba jugar con las escalas en la escena. No sabías muy bien qué estabas viendo si una habitación real o, como mucha gente me pregunta, si era una maqueta. 

© Lola Guerrera

Me interesa ese proceso del que hablas de transformar la realidad en una especie de maqueta de la misma, haciendo un proceso inverso al que haría por ejemplo Thomas Demand. Si bien él hace una representación de una realidad mediatizada, tú, sin embargo, conviertes la realidad en una ficción al sustraer detalles a la realidad. Me gustaría saber qué interés había en la realidad de lo cotidiano y en lo extraordinario, lo onírico.

Bueno, en ese momento me dejé llevar mucho por la intuición. Al principio de este proyecto lo que me interesaba era la forma. El resultado estético más que el contenido, luego me fui dando cuenta de que lo importante era el propio proceso de la creación de esa instalación. Porque ahora lo puedo llamar instalación, pero en ese momento yo no sabía que estaba creando una instalación. Para mí estaba haciendo una foto o un escenario para una fotografía.

El propio proceso me iba dando la inspiración, digamos que yo entraba en un estado de concentración al envolver cada objeto lentamente con papel y ese estado de concentración me iba llevando a un apartado que estaba en lo profundo de mi cabeza y de ahí van surgiendo unas imágenes y cada una de esas imágenes que yo construí tienen mucho que ver con mi realidad de ese momento o con mi propio subconsciente. Como experiencias vitales guardadas a las que no llegaba a no ser que fuera a través de esa especie de meditación.

Limando, de alguna manera, detalles de la realidad hasta poder restar todo lo que es consciente.

Exactamente, era una meditación. Como si repitiera un mantra, ese acto repetitivo me lleva a un estadio de la mente al que no podría llegar en una situación de cotidianidad sin alterar. Luego ya fui encontrando el significado a cada una de las imágenes y, de hecho, hay algunas que no me gusta contar.

Me has dicho antes que lo que ha quedado de esta serie para ti es la metodología. ¿Cómo definirías la tuya?

Mi metodología de trabajo ha cambiado a lo largo del tiempo, aunque hay un nexo común en todos los proyectos que considero que me definen y es que todos tienen un previo a la realización de la foto muy fuerte. Hay una construcción que siempre me lleva a una entidad que después tengo que destruir. Por lo tanto, es efímero.

Me suele llevar mucho tiempo, no sólo porque tiene que quedar perfecto sino porque suelen ser cosas minuciosas. Me encanta que me lleve tiempo y me encanta que me quede perfecto. Me gusta tanto que sea delicado como el poder destruirlo después. Considero que es el final de su ciclo. Por eso casi todas mis instalaciones son efímeras.

Hay un trabajo de desapego con tus creaciones muy fuerte en esto que me cuentas.

Sí, es una aceptación. Debo tener un proceso de gestación, luego queda el registro fotográfico. 

Aunque destruyas completamente la pieza, ¿crees que hay algo de ellas que pervive en la siguiente creación? 

Sí, voy pasando de ciclo, pero ahora mismo sigo en este mismo tipo de obra desde ‘Cotidianidades’, las cuales me llevaban quizás dos semanas para envolverlo todo. Ahora puedo estar más de siete días con los cascos puestos colgando partículas o pétalos.

¿Cuánto te ha llevado la exposición de Apertura?

Pues siete tardes, a pesar de que era una pieza algo más pequeña. Pero eso para mí no es problema porque son momentos que disfruto muchísimo. Le pongo muchas ganas, después hay una fase en la que no estoy segura de la pieza y me peleo con ella y la odio. La sufro y luego si me queda bien, porque no con todas las piezas he quedado contenta, pues ahí ya estoy enamorada de la obra y soy muy feliz.

No sé si estarás de acuerdo conmigo, pero creo que el salto definitivo a la instalación puede ser que lo dieras con ‘Delicias de mi jardín’. Entiendo que ese salto se produce cuando no sólo expones las imágenes finales, sino que también colocas esas piezas de papel de origami, con forma de pájaros o flores, en la sala.

Sí, ese fue un primer paso, pero creo que el definitivo viene después con ‘Lo Vulnerable’. En esa serie ya empiezo a trabajar con flores y con materia seca natural. Ahí dejan de solicitarme exclusivamente obra fotográfica y comienzan a pedirme instalaciones para proyectos expositivos. Pero es verdad que la primera instalación que monto en sala, donde no solo hay fotos, es con esta serie que me comentabas.

Pero, es curioso porque, mi intención cuando yo puse esa instalación era dejar en evidencia al espectador de que no se trataba un fotomontaje, porque todo el mundo me pregunta si aquellas imágenes eran Photoshop. Por muy buena que fuese retocando yo no puedo simular cada sombra de pajarito colocado en un paraje natural. 

© Lola Guerrera

¿Qué distancia crees que hay entre la fotografía y la instalación? 

Bueno, no sabría decirte. Yo creo en la hibridación de las disciplinas artísticas. De hecho, ahora estamos en un momento muy delicioso donde justamente la fotografía se expande e hibrida con otras disciplinas. Se podría decir que hay un género fotográfico que es muy instalativo, que va de la mano de la instalación y es, justamente, lo que más me interesa por mi manera de trabajar.

A mi modo de entender la instalación y la fotografía se pueden relacionar de tres maneras, que yo pueda concebir ahora mismo. Una instalación creada con el objetivo de ser fotografiada, como pueden ser las de Thomas Demand o mis primeras obras. Otra fotografía híbrida que necesitan crear instalaciones para sus obras, y luego hay una fotografía que ya es una instalación en sí misma o parte de una. 

Creo que has dejado las lecturas de tus obras siempre muy abiertas, los textos que las acompañan suelen venir de plumas autorizadas en lugar de escribirlos tú misma. Pero veo de forma clara que en cada obra hay mucha reflexión, además de una exquisita formalidad. ¿Cómo es tu proceso creativo y qué te mueve, cómo cierras una idea?

Las tengo que dejar fluir, aunque en distintos proyectos he abordado esa creatividad conceptual de distintas maneras. Hay veces que he terminado de hacer una imagen fotográfica o una instalación y luego me he dado cuenta de qué mensaje estaba detrás. Otras veces he tenido algo más de freno creativo y me he puesto a investigar y del estudio he llegado a mis propias conclusiones. Aunque siempre hay un punto en el que yo tengo un momento catártico o de revelación en el que veo la luz y veo que lo que estoy haciendo es por esa o aquella razón. 

Por lo que me dices tu proceso creativo está altamente ligado al hecho de producir.

Totalmente, intento producir, aunque no tenga muy claro el resultado. No me freno por las dudas. Hay gente que le funciona de otra manera y la propia investigación es más relevante que el resultado plástico. Pero para mí crear siempre ha sido distinto, aunque lo intente no me sale, no me sale hacer imágenes feas (en el mejor sentido de las mismas). Pero no es mi camino.

Por otra parte, para mí el arte siempre ha sido una necesidad vital porque en relación con el estilo de vida que he tenido lo podría haber abandonado. He tenido que hacer un sobreesfuerzo para compaginarlo con otros trabajos, pero lo he peleado a pesar de todos los inconvenientes y la falta de tiempo que ha tenido a lo largo de mi vida por trabajar en otras cosas. Porque es una necesidad vital, porque ahora cuando acabemos de hablar, aunque sea tarde hoy me pueden dar las tantas cerrando una idea que tengo en mente y mañana madrugar igualmente para trabajar. Para mí es como respirar, por desgracia, porque a veces es difícil esta manera de ser.

En el año 2011 te dieron una de las becas de las Residencias Artísticas para artistas iberoamericanos en México, donde desarrollaste ‘Nebula humilis’. ¿Qué hay detrás de ese proyecto?     

En ese momento yo estaba trabajando, pero me dieron la beca fuera de España y me tuve que ir algo más de tres meses. Bueno, creo que había superado la fase de los pájaros de papel y también había estado empapelando mi casa. En ese momento quería hacer algo que fuera impredecible, que yo no pudiera controlar. Lo que sí se había instalado de manera definitiva en mi cabeza era el término efímero. Había llegado un momento en el que me di cuenta de que estaba creando una escultura que después mataba. 

© Lola Guerrera

Dándole vueltas ese concepto me dije: vale voy a trabajar con una materia prima en la que yo no pueda controlar cómo se va a conformar la escultura. Pensé en la pólvora y en las bombas de humo, me apetecía hacer esas imágenes y poder hacerlas en México fue una suerte porque el proyecto encajaba mucho con el territorio en el que estuve y con la propia convulsión del país.

Viendo todos tus trabajos, entiendo que siempre has sido muy consciente de la importancia de documentar tanto las obras en contextos expositivos como el propio proceso de creación. ¿De dónde viene esta claridad tan temprana y cómo entiendes ese aspecto dentro de la carrera de un artista?

Pues a mi me hubiera gustado que esa documentación hubiera sido mejor. En realidad, creo que tengo poca documentación de mi proceso de trabajo y que sería muy interesante que la gente lo conociese. Si hay imágenes en internet dónde si se puede ver esa documentación no han sido generadas por mí. Mi concentración está en la pieza. Eso es porque ha habido alguien, por ejemplo, en Apertura me hicieron una documentación preciosísima con un vídeo promocional muy bonito donde se me ve trabajando. Pero suele ser iniciativa de la gente que me ha pedido que intervenga algún espacio. No he tenido mucho tiempo para eso y mira que es algo muy necesario. Pero me alegra que te haya dado la sensación de que sí.

© Lola Guerrera

En orden cronológico nos encontraríamos con ‘Península inmobiliaria’, un trabajo que puede parecer algo alejado del resto, pero me gustaría saber qué relación guardas con este proyecto y el nuevo desmadre inmobiliario que se está orquestando en la Costa del Sol.

El desmadre parece que es una constante aquí, cuando hice este trabajo estaba seguramente en su punto álgido. Ese proyecto fue el premiado en el Málaga Crea si no recuerdo mal. ‘Península Inmobiliaria’ es una serie de tres postales bordadas y es casi un juego. Fue un proyecto más ligero si medimos el tiempo de producción y no tiene ese componente de espectacularidad al ser postales pequeñas. Aunque sí tiene el componente de trabajo manual. Trabajos que por cierto se me dan peculiarmente bien, hubiera sido una gran bordadora de mantillas.

Volviendo a la pieza, usé el icono generacional de las fichas del Tetris para bordarlas en el litoral mediterráneo. Recuerdo como, cada vez que volvía de Madrid a visitar a mis padres, había una organización nueva que había transformado el paisaje. Siempre encontraban el hueco para la ficha.

Esta obra habla de los ritmos a los que estamos sometidos como piezas de la sociedad.

Pues no lo había pensado así, me parece muy bonito el texto que le has asignado a la obra. Pero inconscientemente lo veo así, siempre me ha costado verbalizar lo que hago. Por eso tiro de texto de otras personas siempre.

¿Y qué capacidad le otorgas al arte como transformador de la sociedad, para alterar la realidad?

Bueno, para que una obra de arte genere una transformación social tiene que ser especialmente virulenta, radical y muy mediática. Yo no soy mediática, tampoco lo pretendo. Creo que mi experiencia con el arte es mucho más egoísta que social en este caso. Trabajo el arte como una necesidad personal y vital.

Precisamente en esta pieza que he creado para apertura sí que hay una denuncia social o quizás más que denuncia se podría llamar reflexión. Pero porque intervenga un espacio en Málaga, por muy bello que lo haga y por muy bien ejecutado que esté creo que tengo poca capacidad de movilización. Esta se consigue a través de canales muchísimo más mediáticos, y más performativos. A mí me encantaría claro.

Me gusta mucho tu forma de pensar y de formalizar esas ideas y conceptos en planteamientos estéticos. ¿Serías capaz de poner en palabras como es tu proceso creativo? ¿Cómo vas venciendo todas las barreras que encuentras?

Las primeras barreras somos nosotras, diría que la barrera más grande a sortear siempre es una misma. Las inseguridades que podemos tener como creadoras es la primera. El proceso de formación de cualquiera de mis trabajos hasta que se culmina en una serie o en proyecto en el que ya tiene una unidad, un título, un cuerpo de texto y una lectura es como un puchero a fuego lento. Voy probando, echando ingredientes voy viendo si le falta algo, saco, quito, pongo hasta que a través del trabajo cuaja. 

Ahora mismo estoy en ese proceso, cocinando. No siempre lo tengo todo claro desde el principio, tengo una libreta donde dibujo, escribo mucho, tacho y vuelvo a bocetar y así van apareciendo distintas posibilidades. Unos días estoy productiva y otros más creativa y esos días hay que exprimirlos.

©Blanca Berlín

Me has hablado de la pieza que tienes en Apertura, pero cuando esto empezó también estabas exponiendo en Blanca Berlín, galería con la que ya has ido a Just Madrid entre otras colaboraciones, y que ha vuelto a exhibir la pieza. Cuéntame un poco de esa relación y de la pieza que tienes allí.

Pues muy contenta, en este sentido creo que he tenido mucha suerte. Blanca Berlín es primera línea en la fotografía en España. Representa a muchos de los fotógrafos más consagrados del país. Ahora ha hecho una exposición colectiva que es deliciosa, solamente de mujeres que se llama ‘Escuchando el susurro de las mujeres’. Hay un par de fotografías, una urna, y he podido intervenir el escaparate. 

¿Cuándo y dónde empieza esta línea de trabajo? ¿Es con ‘El vuelo de las águilas’?

Sí, sí puede ser que empezara por ahí, aunque ahora lo considero un proyecto de transición. Está ahí, tiene un contenido político o un contenido más social como serían las postales pero que lo he desarrollado lo he ejecutado y se ha quedado ahí. Estoy contenta con el resultado final, una experiencia muy divertida, muy bonita. El Ayuntamiento de Almedinilla se portó increíble, porque se hizo en una ruina romana del pueblo, que además era el pueblo de mi abuela y tiene un festival romano precioso. 

© Lola Guerrera

Me dices que es un proyecto de transición, pero ¿hacia dónde te dirige? 

Pues a la línea con la que llevo los últimos 5 años, lo que ha sido ‘Lo Vulnerable’. Aunque ahora está volviendo a mutar en otra cosa.

Si te digo efímero, tú respondes…

Belleza. Lo efímero es bello. Es la vida, ese instante que no se repite. Todo en la vida es efímero. Cada momento de tu vida lo es. Siento que todo pasa a una velocidad tremenda, por eso tiene tanta importancia para mí. 

¿Qué te mueve a interesarte por la astronomía y la narración de los mitos? Si es que lo hay, pero creo que ‘Constelaciones – el vuelo de hypnos I’ así lo demuestra.

Son dos campos que me apasionan. La mitología me parece muy entretenida y sangrienta. Además, es puro drama; es sexo, es violencia y, bueno, mucho machismo. A mi niño le cuento muchas historias mitológicas, aunque dulcificadas. Pero yo la descubrí ya mayor. Lo mismo que la astronomía, que también se la estoy inculcando. El ya sabe que estrella es Vega. Lo que más me apasiona de la astronomía es la incertidumbre que provoca el cosmos, por muy inteligentes que seamos y por mucho que investiguemos todavía no tenemos respuestas. Si no hay respuesta, me interesa. 

También me interesa cómo están conectadas las constelaciones con los mitos y me intriga que los griegos inventaran esas historias sólo mirando las estrellas.

© Lola Guerrera

¿Qué significó para ti y para tu trayectoria como artista un trabajo con una orquestación tan rica y una narración llena de matices como ‘Lo vulnerable’?

Pues fíjate que este proyecto destacó más a nivel instalativo que a nivel fotográfico. Eso me ha permitido saltar de la fotografía a la instalación, aunque ‘Lo vulnerable’ está pensado para el soporte fotográfico. Pero, empecé a ver que la fotografía era incapaz de reproducir la belleza de la tridimensionalidad que trataba de recrear con esas instalaciones. De hecho, si veis una fotografía de la pieza de Apertura no tiene nada que ver con lo que es en directo, y siempre me quedo algo frustrada con eso. 

‘Lo vulnerable’ es un proyecto que adoro porque además me ha pillado más madura y he podido reflexionarlo mucho más, he podido pasar por distintas fases, hay un ‘Lo vulnerable I’, ‘Lo vulnerable II’. El primero es más natural y el segundo más cósmico. A lo que estoy saltando ahora, aunque es otra cosa, tienen mucha conexión.

¿Cómo fue llevar este trabajo tan complejo al soporte de libro?

Primero con Iniciarte se hizo un catálogo muy bonito y luego con las becas de la Diputación de Huelva hice el fotolibro. 

Cuéntame como fue ese proceso.

Pues me ayudó mucho Gonzalo Golpe porque el formato era muy difícil para mí. Sin embargo, él vio mi trabajo y me lo formalizó en libro, me dio todos los consejos y me atendió con mucho cariño. La pieza que salió fue gracias a él, porque yo no tenia los conocimientos para diseñar un fotolibro.

© Lola Guerrera

Tienes numerosas piezas y colaboraciones que entiendo te han ayudado a definir la línea de trabajo en la que estas ahora y te han servido para crecer con ella. ¿Cómo ha sido esta evolución?

Inconsciente, no podría hacerte un relato de cómo ha sido la evolución. Por un lado, yo soy muy terca, es una actitud mía. Por otro, hay una cosa que siempre digo y es que tengo una característica de mi personalidad, que no sé si a veces es buena y a veces muy mala, pero es que soy muy valiente. Pero claro, soy muy echá pa`lante y cuando quiero una cosa le pierdo el respeto, le pierdo el miedo, y tiro pa`lante. Eso en unos aspectos puede ser muy positivo porque no me freno, aunque a veces me he dado alguna hostia. 

De todas formas, yo siento que todavía no he salido de ese proceso, que todavía tengo mucho que dar. Es que no da tiempo a sacar todo lo que una tiene en su cabeza. Tú me entenderás porque también compatibilizas mil cosas y embolaos. 

En tus instalaciones, ¿sueles trabajar sola o requieres un equipo que te ayude con las piezas más ambiciosas?

Pues tengo un maravilloso equipo. Porque, de repente me piden piezas muy grandes y para realizarlas en poco tiempo pues necesito un equipo que me ayude. Muchas veces he tenido que sacrificar otras cosas para poder tener equipo sólo por el deseo de parir esa pieza. Ahora ya tengo equipo estructurado con mis asistentes y tengo personas que son como mi mano derecha y que intento que vengan siempre conmigo. En ‘Flora’, la pieza más grande que he podido realizar y que se replicó en el Instituto Cervantes de Madrid éramos un equipo de por lo menos cinco personas.

© Lola Guerrera

¿Tienes claro hacia donde quieres ir con tu trabajo o qué nuevas vías vas a abrir?

Justo ahora estoy en un momento de gestación por lo que no tengo nada claro hacia dónde voy. Sé que tengo ahora mismo más sensibilidades hacia algo en concreto. Antes iban encaminadas hacia el tema del universo, ahora lo que más me llama la atención es el origen de la mujer andaluza. Porqué las mujeres andaluzas tenemos ese carácter tan específico y propio de esta tierra. Esto tiene que ver con una serie de enseñanzas a través de generaciones. Supongo que tiene que ver con mi vuelta al sur y con un proceso de reconciliación con esta tierra. Ahora creo que lo sublime de la naturaleza está en un ajo, jaja.

Es estupendo oírte hablar de nuevos proyectos. ‘The physics of light’ ¿fue algo puntual o es también el germen de algo venidero? ¿Qué interés hay detrás de él?

Puede que sea otro proyecto de transición. Es un acercamiento a la materia más ínfima de la naturaleza, que es la luz. Además es el origen de la fotografía, no sé dónde me va a llevar aunque ahora lo he dejado un poco. Está aún en el origen, en el momento en que lo empecé no tenía el tiempo para desarrollarlo y ahora es que estoy a otra cosa. Pero me sigue interesando.

¿Cómo relacionas tu obra, con ese título tan actual como ‘Lo Incierto’ con todo lo que está ocurriendo?  

Lo del título ha sido toda una coincidencia. El concepto de la incertidumbre es algo que ha pasado constantemente por mi vida y mis pensamientos. La sensación de no tener nada controlado me ha acompañado durante muchos años. Así que esta nueva situación global me pilla bastante entrenada. Eso no quiere decir que en ocasiones no sienta desasosiego.

De qué manera has lidiado con el confinamiento, como artista y como persona.   

Pues con muchos vaivenes emocionales. He pasado del shock, al miedo, a la resiliencia, a la alegría de tener tiempo libre, al aburrimiento, al bloqueo creativo, a la explosión creativa un día después… jajaja, pero en general me ha venido bien tener que parar obligatoriamente y dedicarme tiempo a pensar, leer y no hacer nada en muchas ocasiones. ¡Hacía años que no procrastinaba!

Si esta crisis del Covid fuese un golpe de flash en la oscuridad ¿qué piensas que deja expuesto o qué hace visible que antes estaba oculto?

¿La dualidad del ser humano? que podemos ser tremendamente generosos y egoístas al mismo tiempo.

Alguna reflexión sobre lo que ha pasado o más aún, sobre lo que va a pasar al salir de nuestras casas en este escenario. ¿Cómo crees que vamos a tolerar la incertidumbre?    

Ufff, es que esto va para muy largo. Es lo que pienso yo. Hay dos tipos de incertidumbres: una es la económica…. como puede verse afectado tu nivel de vida, tu trabajo… y la otra el riesgo al contagio de alguna persona cercana y la posibilidad de que esta fallezca. Esto puede provocar mucha ansiedad en todos y todas. Y encima es un enemigo invisible… habrá que echar mano de la esperanza y el optimismo para poder centrarse en el día a día.

Antes del confinamiento te preguntaba por tus proyectos. ¿Cómo ha cambiado tú panorama próximo con respecto a tu trabajo artístico?

¡No lo sé! Mira, se me vienen dos exposiciones si el coronavirus no lo impide definitivamente porque ya se han retrasado con la cuarentena y todos los proyectos expositivos que tenía para el 2020 están congelados. Pero no puedo decir nada, aunque estoy muy contenta de exponer en Málaga. Además, hay una persona que me está guiando con el proceso creativo, a nivel de comisariado, con la que estoy encantada. Pero esto todavía se está cociendo, no sé cómo se va a formalizar ni materialmente ni en su concepto. Imagino que todo se reactivará cuando dejemos la «nuevanormalidad» y volvamos a la normalidad de siempre, que es lo que deseamos todas.

¡El día que estemos todos fuera de peligro, me voy a hartar de abrazar! Es lo que más echo de menos ahora mismo.