Un año más, y ya van tres, Clavoardiendo hace una lista de libros pensando en toda esa gente que ama la fotografía pero que también disfruta de una buena lectura. Esta vez hemos pedido a nuestros socios, los que mantienen viva la llama de la revista, que nos hagan sus recomendaciones personales. Ilustración de Estrella De Pablo.
Y como no sólo de fotografía vive el fotógrafo, y como no hay mejor manera de enriquecer tus imágenes que enriqueciendo tu mundo, volvemos un año más a la carga con una lista de libros para comprar o regalar, pero sobre todo para leer. ¿Y qué mejor que proponerle a nuestros socios, los que ayudan a mantener la revista, que nos hagan sus recomendaciones? Seguro que encuentras por lo menos un libro que se ajuste a lo que estás buscando. Los fotógrafos (aunque algunos no lo crean) también sabemos leer.
‘La tentación del fracaso’ de Julio Ramón Ribeyro.
Recomendado por Montse Puig (Ediciones Anómalas).
Un amigo fotógrafo con quien comparto desvelos literarios, Enric Montes, me descubrió a Ribeyro y me convertí en una devota. Lo primero que me enganchó de este libro fue el título, tan sugerente y con el que tanto me identifico. Este libro de lectura apasionante son sus diarios desde 1950 a 1978, en los que expone de una forma conmovedora, sincera y sin ninguna autocomplacencia su obsesión por la escritura pero sobre todo por la literatura, a la vez que muestra la parte más humana sumergiéndonos en la cotidianidad de alguien que disfrutó de la amistad, las mujeres, el vino, los paseos… alguien que dijo: «Cuando recobro la razón me vuelvo loco». Un acercamiento al universo de la creación desde las entrañas, sin pose. Recomendable para fotógrafos y para todos los que persistimos en los fracasos.
‘Ojos y Capital’ de Remedios Zafra.
Recomendado por Olmo González.
Zafra está siendo (re)conocida por ‘El Entusiasmo’, publicado por Anagrama tras recibir el premio nacional. Pero si hay un ensayo imprescindible para encontrar algo de luz en medio del tsunami visual en que vivimos, este es ‘Ojos y Capital’. Además aporta un enfoque constructivo, algo que echo de menos en muchas lecturas sobre el régimen visual presente.
‘El país donde florece el limonero: la historia de Italia y sus cítricos’ de Helena Attlee.
Recomendado por Javier Pérez Iglesias.
Es un ensayo que tiene todos los ingredientes de una lectura absorbente y entretenida. Habla de tiempos pasados, de historia, y lo relaciona con el mundo actual. Además, mezcla los acontecimientos históricos y las informaciones sobre botánica y agricultura con la gastronomía y el texto está salpimentado de recetas de cocina
La autora es una especialista en jardines italianos que quedó fascinada por los cítricos que se iba encontrando en sus visitas de investigación. Así, descubrió que en los jardines florentinos quedan rastros (y ejemplares) de los cítricos que comenzaron a cultivar los Medici en el siglo XVI y que pasaron a manos de quienes gobernaban la Toscana en el siglo XVIII (porque un árbol bien cuidado puede durar 300 años) . Unos árboles que eran especialmente queridos por la rareza de sus frutos y que se cultivaban en macetas lo que permitía que fueran transportados a invernaderos (Limonaie) durante los meses más fríos.
En el libro nos enteramos, entre otras muchas cosas, de que hay cítricos, limoneros en este caso, que se plantaron y dan producción de fruto a 46 grados de latitud Norte, a orillas del lago Grada. Eso sí, con un trabajoso sistema de protección que improvisa invernaderos in situ cada otoño-invierno.
‘Con qué sueñan los algoritmos. Nuestras vidas en el tiempo de los big data’ de Cardon Dominique.
Recomendado por Sara Fdez. Miguelez de La Rueda.
Lo recomendamos en primer lugar porque queremos destacar la Editorial Dado por sus publicaciones inéditas de carácter científico y social. Sus libros contribuyen a generar un espíritu crítico sin necesidad de dogmatizar. ‘Con qué sueñas los algoritmos’ de Cardon Dominique (Dado, 2018) reflexiona en torno a la sociedad digital, una cuestión que toca de lleno en el mundo de la imagen.
‘Austerlitz’ de W. G. Sebald.
Recomendado por Iban Muga.
En más de una ocasión he leído que se definía a W.G. Sebald como el escritor de la memoria. Después de leer dos de sus novelas, no tengo la sensación de que escriba sobre la memoria. Más bien la fotografía. En ‘Austerlitz’, su última novela antes de fallecer en accidente, W.G. Sebald utiliza de nuevo fotografías (tanto recuperadas como tomas realizadas por él mismo) como soporte de las palabras. Aunque después de una segunda lectura me pregunto si son las palabras las que dan soporte a las fotografías. Creo que nunca lo descubriré.
‘Entre el mundo y yo’ de Ta-Nehisi Coates.
Recomendado por Rubén H. Bermúdez.
Leí ‘Entre el mundo y yo’ cuando aún no sabía como resolver ‘Y tú, ¿por qué eres negro?’. Lo leí de una sola vez, me atrapó tanto que ese día no cené hasta la madrugada, hasta que acabé con sus últimas palabras. Su lectura fue la llave para que yo pudiera escribir en el tono en el que lo hice.
«Éste es tu país, tu mundo, tu cuerpo, y debes encontrar la manera de vivir con todo ello».
Coates se dirige directamente a su hijo, sin ambages ni concesiones para otros lectores. Es una carta de carácter autobiográfico, en el que hace una profunda reflexión sobre la identidad, la raza y otras muchas cuestiones en los Estados Unidos de América.
Para mí fue un impacto tremendo: al dirigirse a su hijo Coates podía ser cercano e íntimo, pero también brutalmente honesto. Es un libro que recomiendo siempre que puedo.
‘Trilogía de la guerra’ de Agustín Fernández Mallo.
Recomendado por Juan Santos.
Si en el ‘Proyecto Nocilla’ cada relato podía ser el germen de un proyecto fotográfico, en ‘Trilogía de la guerra’ Fernández Mallo se reinventa. En lugar de ceder a la tentación de repetir la fórmula exitosa de Nocilla se adentra
en terrenos más narrativos manteniendo esa poética tan suya. Atrapa por las potentes imágenes que crea, las sorprendentes conexiones, los cambios de punto de vista y un modo diferente de mirar la realidad mostrando la cara B de la misma. Todo lo que un fotógrafo desearía para sí.
“Es un error dar por hecho lo que fue contemplado”.
‘Los condenados de la pantalla’ de Hito Steyer.
Recomendado por Carmen Dalmau.
Este volumen recoge una selección de artículos, ensayos y textos de conferencias que poseen el virtuosismo de una escritura accesible, clara y sencilla, sin renunciar a la complejidad del pensamiento, en la línea marcada por Universidad de las Artes de Berlín.
Pudimos ver el núcleo de su obra como videoartista en una monumental exposición en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 2016, siendo ahora cuando se comienzan a distribuir en nuestro país sus escritos teóricos.
Su trabajo como artista visual y pensadora, se ocupa del impacto de la proliferación de imágenes, del uso de internet y las nuevas tecnologías digitales en nuestro hacer cotidiano. Nos revela como consumimos imágenes, y nos cuestiona nuestro acceso a la información y la adquisición, hoy, del conocimiento. Aborda de forma transversal, crítica y con una perspectiva de género, temas como la tecnología de la vigilancia, la sociedad de control vertical, la militarización, la migración, la globalización cultural, el feminismo o la imagen política.
Reflexiona sobre la era net-cultural en la que la historia ha sido suplantada por un flujo infinito de imágenes fragmentadas, imágenes pobres y este mundo incierto y oscuro en el que “en unos pocos cientos de miles de años, formas de inteligencia extraterrestre podrían escudriñar incrédulas nuestras comunicaciones inalámbricas” citando su ensayo ‘Los spam de la tierra: desertar de la representación’.
El momento actual tiene como condición dominante la falta de fundamentos, cuya consecuencia es la caída libre de los cuerpos y de los objetos, sin que seamos conscientes de ello, la destrucción de la línea del horizonte, y con ella, la desintegración del paradigma de la modernidad, la perspectiva lineal, y como consecuencia de todo ello, que los modos tradicionales de mirar y percibir se han hecho añicos.
Tres manifiestos poéticos.
Recomendado por Gonzalo Golpe.
Hay en los manifiestos poéticos algo de ejercicio de fe que siempre me atrajo, como si su destinatario no fuese tanto el otro como uno mismo, como si el que escribe necesitase de una reafirmación personal, poner en palabras algo que ha de materializar para sustanciar sus creencias y así sostenerse en ellas, como un cosaco que con el sable traza una línea frente a sí a partir de la cual empieza su dominio pero también su línea de no retirada, como si el puro acto de escribirlo te otorgase un grado de decisión mayor del que tu corazón te permite.
Estos tres manifiestos han sido y son para mí una línea en el suelo.
‘Conversación con el inspector fiscal sobre poesía’ de Vladimir Maiakovski.
‘Seguridad General – La Liquidación Del Opio’ de Antonin Artaud.
‘En un principio era el hambre’ de Chantal Maillard.
‘Walkscapes, el andar como práctica estética’ de Francesco Careri.
Recomendado por Jon Gorospe.
El autor Francesco Careri (arquitecto y profesor investigador del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Roma) escribió el aclamado libro ‘Walkscapes’, relatando de una forma cronológica los diferentes movimientos artísticos relacionados con la práctica estética del caminar, a modo de repaso histórico.
Un libro muy recomendable para los «fotógrafos de calle» y los que trabajan de una forma u otra con el espacio urbano. Si estás interesados en aprovechar al máximo las posibilidades lúdicas que las ciudades ofrecen. No dejes de hacerte con él.
‘La Belleza’ de Roger Scruton.
Recomendado por Sergio Bang de Ciudadano Grant.
Pocos conceptos han logrado el estatus de palabra-fetiche como la Belleza. Y pocos se han convertido tan pronto en atributo vacío. ¿Hay alguna manera de medirla? ¿Es posible definirla? ¿Hay más belleza en una foto de Mapplethorpe que en el Instagram de tu prima, en el Partenón griego que en una fábrica del extrarradio? Este libro es un excelente resumen de lo que esta palabra ha significado históricamente en general y para la estética en particular. De esta forma, Roger Scruton, filosofo ingles nacido en 1944, especializado en estética, y cuyas opiniones siempre son controvertidas, analiza la belleza como concepto global e inherente al ser humano. Con un lenguaje asequible, anima a que cada uno dinamite, y luego busque, el sentido a su propio sentido de la belleza para resolver ese enigma de lo hermoso, o no, que llena nuestras vidas.
‘La espuma de los días’ de Boris Vian.
Recomendado por Beatriz S. González.
La espuma de los días es un relato que se desarrolla en un universo extraño y surrealista. Sus protagonistas son un grupo muy peculiar de amigos: un joven con dinero, amante del jazz y romántico incurable. Su mejor amigo, que pierde la cabeza y todo lo que posee (y lo que no) por adquirir todo ejemplar vinculado con el escritor Jean Sol Partre. Una preciosa joven que enferma a causa de un nenúfar en el pulmón y cuya dolencia solo es curable con flores… La trama transcurre en entornos mutables donde incluso la casa en la que viven se ve afectada por la enfermedad de la protagonista, se va empequeñeciendo y es cada vez más triste y oscura. Una historia poética, fantástica y desconcertante pero que, como escribió el autor en la primera página de la obra: “es enteramente cierta, porque la he imaginado de principio a fin”.
‘El bebé verde’ de Roberta Marrero.
Recomendado Agustín Roba.
Compartimos madrina de valentía, Boy George. Cuando lo descubrí, mi vida cambio, me sentí que pertenecía a una nueva familia. Leer a Roberta es leerme a mí mismo y muchas lágrimas han caído haciéndolodo. Repasar nuestros iconos y entender el porqué lo son es un ejercicio terapéutico de identidad. Si ya eres un freak te sentirás como en casa, si no le eres con este libro Roberta será la madrina de muchos pequeñ@s buscando su sitio en el mundo.
‘The Complete Essays 1973–1991’ de Luigi Ghirri.
Recomendado por Ana Zaragoza.
Una compilación de ensayos escritos por el fotógrafo italiano Luigi Ghirri. El autor escribe sobre los temas que están presentes en sus fotografías, que son paradójicamente, sencillos y extraordinariamente profundos al mismo tiempo. Además aporta referencias continuamente, no solo relacionadas con la fotografía, sino con la cultura general que conformaba su universo visual, que enriquecen enormemente la lectura.
‘La razón estética’ de Chantal Maillard .
Recomendado por Ros Boisier.
Después de veinte años se reedita ‘La razón estética’ de Chantal Maillard para guiarnos por la indispensable conciencia sensible de nuestro tiempo. Una reflexión necesaria que nos conecta con el conocimiento de uno mismo: la exploración abismal de nuestros pensamientos por medio de una observación perceptiva. Uno de los ensayos más lucidos y reveladores que he leído. En palabras de la autora: “una propuesta para tiempos difíciles”.
‘Iguana Lady. La vida de Graciela Iturbide’ de Isabel Quintero y Zeke Peña.
Recomendado por David Inclán.
Se trata de un cómic sobre la vida de Graciela Iturbide acompañado de fotos de la autora. No sólo se puede disfrutar de lo que es el cómic sino que es super interesante el texto en el que se desgrana las reflexiones de la fotógrafa sobre el hecho fotográfico. Particularmente es lo que más me ha interesado. Un libro que se lee muy fácil y con la particularidad, pese a ser un cómic, de que puede abrirse por cualquier página y reflexionar sobre lo que en él se dice, más allá de seguir su historia narrativa.
‘La parte de los ángeles’ de Marian Izaguirre.
Recomendado por Roberto Villalón.
Tuve la suerte de conocer a Marian gracias a una amiga común, justo en ese momento en el que comenzó a ser una escritora de “éxito” con su novela ‘La vida cuando era nuestra’. Pero ella llevaba muchos años escribiendo, y muy bien. Y ganaba premios y publicaba. Pero se ganaba la vida en otros menesteres. ¡Cuantos fotógrafos pueden contar esa misma historia!
La Izaguirre, como buena mujer nacida de Bilbao, ha sido testaruda, generosa y trabajadora. Y eso se vuelca en sus novelas. Ahora, de hecho, es una “best seller”.
Yo tengo especial debilidad por ‘La parte de los Ángeles’, que se reedita ahora en edición de bolsillo. Sobre todo porque disfruté mucho leyéndola, pero también por ese mundo tan de verdad que recrea, con mujeres valientes, a las que no todo les sale bien, pero que luchan por llevar la voz de sus vidas, si esto es posible, o al menos marcar la melodía. Y por saber, de verdad, qué es lo que realmente importa.