Foto Sauvage

Fernando Elvira es el protagonista de la primera entrega de ‘Foto Sauvage’, la serie que Goyo Villasevil va a dedicar a algunos artistas que han hecho de su vida un arte. Fernando es uno de esos ejemplos de compromiso creativo.

Se hace llamar Frugitano porque su dieta se basa en frutas, y vive libre y sin ataduras. Si un día le quieres hacer feliz, regálale una montaña de plátanos. Puede pasar que él te regale una pieza de durian.

Fernando Elvira (Getxo, 1969) se inició de forma salvaje en la fotografía junto a muchos otros chicos que como él necesitaban documentar sus logros con el patín. Esa es sólo una de las historias que rodean a La Kantera, el primer skate park que existió en el País Vasco. Un spot que desde su construcción a mediados de los 80 ha visto cómo peregrinaban hasta él cientos de skaters profesionales y aficionados de todo el mundo. Y, por supuesto, también fotógrafos.

fernando Elvira imagen Gonzalo Azumendi

Fernando Elvira patinando en los 80 en La Kantera, ‘La Kantera 1987-2015’ © Gonzalo Azumendi

Casi 30 años después, Fernando Elvira, junto a Jon Amiano y Javier Mendizábal, han recopilado en el libro La Kantera, 1987-2015  las mejores imágenes tomadas en este skate park con vistas al Mar Cantábrico. El resultado es un fiel reflejo de esa forma de vida alternativa que es el patín. Todo un homenaje a la libertad, la expresión personal y la amistad.
Pero, ¿qué ocurre cuando esa vida alternativa se convierte en un acto artístico en sí mismo? Que hemos de hablar irremediablemente de Fernando Elvira. Aislado de forma voluntaria en un pueblo montañés de la provincia de Málaga, Fernando usa la fotografía como una parte más de su expresión artística. Una expresión que le ha llevado a trabajar para las mejores marcas de skate y a exponer en las mejores galerías de arte contemporáneo del mundo (Nueva York, Londres, París, Jordania, Colonia, Barcelona, Hawaii, Malmö…)

Fernando usa la fotografía para contarnos cada día cómo vive lejos del mundo, sin apenas cobertura de móvil. Es valiente y su filosofía atrapa.

Fernando, uno de los momentos de inflexión de tu vida fue la construcción de LA KANTERA. ¿Qué es exactamente?

La Kantera es un skate park que hay en Algorta, y es el skate park más antiguo que hay en España ahora mismo. Es la cuna del skate moderno en Euskadi, ya que antes sólo se patinaba en la calle y bajando cuestas. Pero con la construcción de este skate park conseguimos evolucionar y patinar como se hace hoy en día.

¿Cómo surgió la idea de construirlo?

Había bastante afición en Algorta ya que es un lugar con mucha tradición de surf. Cuando no había olas los surfistas patinaban por la calle. Se construyó por petición popular. Pedimos al ayuntamiento que nos construyeran un skate park para poder patinar en condiciones. Hubo incluso una manifestación popular por el pueblo con un Land Rover para pedir su creación. Los skaters invadieron las calles del pueblo. Lo curioso es que lo construyeron junto a una playa que no se utilizaba, con arena negra y sucia. En el ayuntamiento pensaron: “Mejor que estén en esa playa a la que no va nadie” y luego resulta que se ha convertido en el mejor sitio posible. Es una pista con vistas al mar y es un sitio fantástico. Viene gente de toda Europa, porque les encanta.

javi mendi, photo- Brian Gaberman

JaviMendi en La Kantera, incluida en ‘La Kantera 1987 – 2015’ © Brian Gaberman

En diciembre de 2015 presentasteis en este skate park un libro de fotografías con las mejores imágenes de “La Kantera”, e hicisteis una pequeña expo en el bar de al lado. El libro ‘La Kantera 1987-2015’ lo firmáis Jon Amiano, Fernando Elvira y Javier Mendizábal pero la lista de fotógrafos es enorme. Muchos de ellos son fotógrafos internacionales, con trayectorias larguísimas… ¿Ha sido difícil recopilar toda esa documentación?

Ha sido bastante complicado porque hemos recibido muchísimo material. Todo de forma desinteresada. Nos llegaban en formatos diferentes. Fotos que teníamos que escanear, retocar y limpiar. Y al final acabamos con muchísimo más material del que podíamos gestionar. Nos daba para un libro de mil páginas. Nos han llegado fotos de Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Australia… porque La Kantera tiene mucho renombre. Además estaba el material que teníamos autóctono. Todos los que vivíamos en Algorta hemos estado sacando fotos desde los 80 hasta ahora. Ese material lo hemos ido separando entre los tres y decidiendo qué entraba y qué no. Un trabajo que hemos tardado casi dos años y medio en completar.

LKNTR

Libro de La Kantera, ilustración y hoja de contactos.

De alguna forma este libro es una traslación en el tiempo de esos años de amistad en Algorta, de esa necesidad de libertad y expresión que es el skate.

Era una historia demasiado bonita como para no contarla. La gente que ha salido de ahí han sido todos muy peculiares y muy creativos. Nos unió la práctica del skate, pero luego cada uno tenía sus ideas y su filosofía. El tener un sitio allí para reunirnos nos dio la posibilidad de explorar otras facetas aparte de la del skate. Nos dio la posibilidad de experimentar con la fotografía, con la pintura, el grafiti, la música, la escultura, con lo que pillábamos. Y en el libro queríamos reflejar ese espíritu creativo y sin control.

Es importante también la obstinación. Decidir que aunque te rompas el brazo o la pierna no vas a parar hasta conseguir hacer ese truco con el patín.

La parte que engancha es el afán de superación. Cuando consigues hacer algo, después intentas hacerlo más alto, más rápido o más complicado. No tiene límites. Siempre te planteas un reto nuevo, pequeño o grande, cuando consigues algo. No buscas romperte nada. Los que empiezan a patinar y lo cogen con gusto nunca están del todo satisfechos. Siempre quieres mejorar. Y con la práctica ves que de verdad mejoras y eso te motiva a seguir.

Escayolos Juan Lopez Gomez

‘Escayolos’ en ‘La Kantera 1987-2015’ © Juan López Gómez.

¿Es ese logro conseguido y merecedor de una fotografía el nexo de unión del skate con la foto?

Claro, porque cuando has conseguido un logro siempre quieres recordarlo. Cuando pasan los años dices: “mira lo que hacía aquí” o en esta época.  Incluso si ese ha sido tu techo, que por lo menos quede reflejado en algún sitio. Hacíamos nuestros propios fanzines, nuestros propios vídeos, nuestras propias revistas, y era un poco para contar lo que estábamos haciendo y motivarnos unos a otros.

Pasaste de hacer fanzines a crear Tres60 Skate, una revista especializada en el mundo del patín. ¿Hacías tú las fotos? ¿Cómo funcionaba?

Hacía fotos y tenía colaboradores. A parte también hacía ilustraciones, la maquetación, escribía, de todo. Me mandaban material de fuera y con todo eso lo componía. Antes de la revista ya pintaba, pero como los dueños me daban libertad creativa absoluta para hacer lo que quisiera -eran skaters y surfers-, yo vi la oportunidad. Empecé a meter dibujos, fotocopias, fotos sacadas directamente de la televisión, a desafiar incluso con contenidos que no eran de skate, y experimenté todo lo que pude. En aquel momento las revistas estaban hechas como si fueran un fanzine, con la maquetación hecha a mano, recortando, pegando…

Actualmente vives aislado, casi sin internet y sin teléfono en Algatocín, un pueblo de Málaga en medio del desierto. ¿Cómo una persona del norte, de una zona muy urbana, se aleja de su vida para pasar a ser una especie de náufrago voluntario en la montaña?

German kid avoiding "The Kiss of Death"

German kid avoiding «The Kiss of Death» © Fernando Elvira

Cuando terminé el trabajo en la revista me vi en la situación de que quería dedicarme al arte completamente. Empecé a viajar mucho a Estados Unidos, a Hawaii, volvía a Euskadi y así. Después sentí la necesidad de buscarme un sitio para mí. Un sitio que fuera barato y tranquilo. Porque Algorta es demasiado grande y demasiado ruidoso para mi gusto. La vida me trajo a este pueblo y llevo casi catorce años viviendo aquí. Un pueblo de 900 habitantes en la Serranía de Ronda, que se llama Algatocín. Aquí tengo montado mi estudio, donde trabajo, me doy paseos por la montaña y poco más. Cuando tengo que salir por cosas de trabajo voy a Barcelona, a Madrid,  a Londres, a donde haya que ir. El campamento base es aquí y estoy muy contento porque nadie ni nada interrumpe lo que tengo que hacer.

La sensación que da desde fuera es que para tu trabajo necesitas conectar con la tierra, la naturaleza desnuda, las personas, los animales…

Lo importante aquí es la soledad. Eso es lo que me hace crear. La soledad, el silencio y que no tengo apenas distracciones más que las que yo me quiera inventar. En lugares donde hay gente que conozco o hay más estímulos externos es mucho más fácil distraerse, pero aquí no hay nada que hacer. Es una vida más interior. Levantarte, ver lo que quieres hacer, y dedicarte sólo a eso. No tengo planes. No hago nunca planes de nada excepto estar en el estudio. Si amas tu trabajo es la mejor forma de gastar el tiempo que hay.

¿Y en Algatocín hay skate park?

No, no hay. Hace unos años pusieron una rampa pero es malísima. Sólo he estado una vez y no… no me interesa.  Aquí el patín lo tengo de adorno. Fui una vez con un chavalín del pueblo a enseñarle un poco y nunca más volví, porque era una rampa muy mala. Aquí no hay nadie que patine.

¿Es importante para ti como fotógrafo y artista trabajar en pequeño, con las cosas, personas, plantas, animales que tienes a mano, sin grandes despliegues técnicos?

Ajustarse a lo que uno tiene cerca es jugar con las cartas que te han tocado. Con los materiales sobre todo, pero también es importante ajustarse a tu forma de ser. Llevar mucho equipo no va conmigo. Cuanto más ligero, mejor. Tengo una cámara analógica que tiene veintipico años y que todavía utilizo, una cámara digital y unas pocas de lentes que valen para ambas cámaras, y luego tengo un móvil que también uso para documentar. Pero generalmente trabajo con la digital, tanto en trabajos artísticos como para documentar los trabajos realizados. Antes usaba muchísimo la analógica, ahora cada vez menos. Pero procuro que no muera, darle vida de vez en cuando. He tenido unas cuantas compactas digitales que se me han roto en acto de servicio. Así que ahora mismo el equipo es super reducido. Dos cuerpos y tres lentes.

¿Tienes laboratorio?

No. A veces algún amigo me deja un cuarto oscuro y a veces encargo directamente las copias.

Uno de los trabajos por los que eres más conocido es por tus diseños para prestigiosas marcas de skate de todo el mundo. ¿Alguna vez has diseñado alguna tabla a partir de fotografías?

Alguna vez lo he hecho, lo que pasa es que al final no llegaron a salir. Una vez me pidieron que hiciera unas tablas con collage de fotografías pero luego no se llegaron a producir. El proceso es más caro por temas de calidad de imagen.

¿Eres tan puro con la fotografía como con tu vida y eso te hace desechar la edición digital?

Yo escaneo mis propias fotos y diapositivas y siempre les doy una vuelta con Photoshop. Limpiarlas, ajusto el color… Instagram lo uso muchísimo y siempre preparo las fotos en mi ordenador. Los fotógrafos que no usan ordenador me parecen admirables porque se lo pueden permitir.

Tu trabajo fotográfico siempre se mezcla con otras disciplinas plásticas como la pintura, ilustración, collage o escultura; y también haces un uso muy especial de las copias que sacas. Muchas veces son directamente contactos y copias de trabajo. Háblanos de este sistema de trabajo.

Siempre que he hecho viajes he hecho mucha foto analógica. Con los contactos y ampliaciones siempre me ha gustado mucho hacer collage. Pegando las fotos en un cuaderno directamente y a veces enmarcando después. Es un trabajo que hago desde hace 25 años. Me gustaría poder hacerlo más, pero es un a faceta de mi trabajo muy cara. Lo hago en la medida que puedo. La ilustración, pintura y collage las mezclo con la fotografía y luego lo traslado a las expos en forma de instalación. Me gustaría poder trabajar con ampliaciones grandes, pero casi nunca tengo la oportunidad de hacer esto. Lo hago sólo si tengo una exposición o en momentos muy especiales. Trabajo con lo que tengo en cada momento.

Esos collages se hacen muy presentes en tus diarios también. Mucho antes de que existieran las redes sociales tú ya tenías un blog donde publicabas tus collages fotográficos a diario con una gran regularidad y dedicación. Luego eliminaste esos blogs y ahora tienes otra web más al uso y sí que participas de esas redes sociales. ¿De dónde nació esa necesidad de documentar con fotografía tu día a día cuando nadie lo hacía?

Creo que lo que pasa a mi alrededor es interesante y siento la necesidad de compartirlo. Si luego gusta o no, eso ya no está en mi mano. Yo creo que si vives de una manera peculiar, original o semisalvaje, como lo quieras llamar, debes compartirlo con el resto. Nunca he encontrado una inspiración tan fuerte como vivir la vida así y no estar tan uniformado ni dejarme moldear. La fotografía es esencial para esto, porque con ella reflejas lo que comes, a dónde vas, lo que haces o con quién estás. En los cuadernos muestras microhistorias de lo que ha pasado y ahí quedan para el que las quiera ver.

Mi idea de artista total es aquél cuya vida entera es arte.

¿Te has planteado alguna vez que estás convirtiendo toda tu vida en un acto artístico?

Pienso en eso continuamente. Ese pensamiento lo tengo en mi cabeza desde que empecé y me he dado cuenta que es un concepto que vas refinando. Mi idea de artista total es aquél cuya vida entera es arte. Desde lo que dice hasta lo que come, anda, con quién está, los actos que tiene, las labores domésticas son un arte también. Es que es un proceso que con los años se va refinando hasta que llega un momento en que todo queda hecho y expresado de una forma artística. Absolutamente todo.

¿Esta vida actual que mantienes es el producto de una radicalización de tus posturas iniciales o es más desinterés hacia ese molde que nos impone a todos los demás la vida moderna?

Al principio había rabia y rechazo, pero ahora es todo lo contrario. Me interesan las personas, no la forma de vida actual. No porque piense que está mal, sino porque el tipo de vida que llevo me parece más divertida e interesante. Con los años me he ido quitando todas esas influencias y ya no veo películas ni leo periódicos, pero no por rechazo. Antes me gustaba el fútbol y ya ni sigo el fútbol. Simplemente me parece que no tiene nada que ver con lo que es la vida de verdad, que es la que uno mismo se inventa. Toda esta forma de vida social es en realidad una distracción. Cada uno ha de diseñar su vida de la forma que crea más oportuna. Todo lo demás es ficticio, no sirve para nada. Ver un partido de fútbol, ver una película, la música pop, en realidad si no le haces caso es como si no existiera y entonces tiene uno el tiempo para dedicarse a lo que es su obra, su trabajo, y vivir. Al principio pensaba que el mundo era una mierda, pero ahora no lo veo así. Simplemente hay cosas que no me parecen interesantes y hay otras cosas que sí, y en ellas me intento concentrar.

¿Conoces ‘Hacia rutas salvajes’, el libro de Jon Krakauer que cuenta la experiencia vital de Chris McCandless?

Sí, lo conozco.

En el libro el protagonista intenta pasar un invierno en soledad en medio de la montaña en Alaska, alejado de la sociedad en la que no encaja, pero no lo logra. ¿Qué es lo que puede permitir a un artista ser fiel a sí mismo, alejarse de la sociedad y lograr sobrevivir en aislamiento al que tú, de igual que este personaje, te has sometido? ¿Cuál es el secreto?

hombre platanos fernando elvira

Hombre platanos © Fernando Elvira

Ser lo más disciplinado posible (silencio). No hay otra. Es muy complicado encontrar la forma de ganarse la vida haciendo lo que más te gusta. Hay muchísima competencia y presión para que te doblegues a lo que la sociedad desea de ti: coger un trabajo que no te gusta, pagar las facturas y malvivir. Y no estamos aquí para eso. Estamos aquí para desarrollarnos como personas hasta el mayor grado posible. Y eso sólo se puede hacer siendo ultradisciplinado y quitándose de distracciones de todo tipo y centrándose uno en lo quiere conseguir, caiga quien caiga. Aunque te quedes sin amigos, sin aceptación social, da igual. Ese fuego interior todo el mundo lo tiene, lo que pasa es que ¿quién está dispuesto realmente a renunciar al confort, a la vida fácil para de verdad realizar su sueño? Este discurso no es original, pero es el único que funciona en realidad. He pasado temporadas muy duras, sin encargos. Pero no podía coger cualquier trabajo. Prefiero tener tiempo, porque el tiempo por lo menos te permite hacer lo que tienes que hacer. Para eso es necesario vivir de forma sencilla. Tienes que simplificar todo. Donde vivo aquí no hay de nada, el alquiler es barato, la comida es barata, y eso me permite que si tengo una época sin encargos puedo seguir trabajando y todo es económico. Si tuviera una renta en la ciudad estaría ahogadísimo. Aquí puedo vivir con lo mínimo, comiendo arroz, comiendo patatas, comiendo plátanos, y venga, adelante, yendo al monte y ya está. Y feliz. Cada día me levanto, me miro al espejo y digo: ”Joder, estoy haciendo lo que quiero, y aunque nunca consiga reconocimiento estoy haciendo lo que quiero, y eso es lo que vale al final”.

¿Cuál es la última foto que has tomado?

El otro día hice una persona toda hecha con plátanos y la fotografié.