‘Phantasia: la fotografía es magia (Nueva fotografía española, hoy)‘, y con la idea de la fotografía entendida como un acto mágico que revela aspectos ocultos de nuestra realidad, se compone de cuatro miradas fotográficas, Francisco Uceda, Asunción Lozano, Cristóbal Carretero Casinello y Antonio E. Ojeda, en la galería Plaxall de Nueva York, del 1 al 25 de septiembre. Andrés Senra nos envía desde allí esta crónica.
Contra todo pronóstico en época de crisis (de cara a la galería la fotografía se vendería menos que la pintura) y frente a los discursos agoreros posmodernos que proclamaron una muerte de esta disciplina especulando con un mundo posfotográfico, la fotografía está más viva que nunca y se vende como churros de oro.
Admitámoslo, el posmodernismo y la posfotografía es una cosa del siglo XX, como toda corriente de pensamiento, estaban muertos antes de ser proclamados. Es cierto que vemos más fotografía en las redes que en las salas museísticas, pero es que vemos más cosas en las redes en general que en la vida “real” y precisamente en esta distinción entre lo real y lo virtual está la cuestión que me planteo: ¿acaso es posible seguir estableciendo una separación entre estos dos mundos?

Hace mucho tiempo que establecer estas diferencias entre el mundo físico y el mundo inmaterial de lo virtual ha dejado de tener sentido, la imagen se vende y se ve como obra digital y como obra impresa o revelada, como ustedes prefieran.
Una nueva generación de artistas presentan su trabajo no solo en el mundo digital como ágora contemporánea y lugar de representación ubicuo que tanto fascinó a las generaciones del cambio de siglo, sino también en lo analógico, lo táctil, la obra impresa o intervenida con otras técnicas como la pintura.
Tres exposiciones (por citar solo tres) en Nueva York proponen recuperar tres momentos históricos de esta disciplina tan del siglo XX y que muta en el siglo XXI hacia nuevos terrenos: una retrospectiva de la obra de Diane Arbus en Zwirner Gallery (de la que habría mucho que decir desde nuestra mirada ya teñida por los discursos a veces moralistas de la corrección política y de la que, si me da la vida, os contaré algo), una retrospectiva espectacular de la obra de Wolfgang Tillmans en el MOMA (de la que hablaré en próximos episodios) y una mirada a la fotografía española contemporánea en Culture Lab LIC at The Plaxall Galley comisariada por Orestes González.

Pero vayamos por partes, ‘Phantasia’, así se llama el proyecto organizado por MECA Mediterráneo Centro Artístico bajo el comisariado general de Asunción Lozano y Pedro Osakar dentro de la programación de PHotoEspaña 2022, presenta tres exposiciones en respectivas sedes. Una de ellas es Plaxall Gallery, ubicada en Nueva York dentro del Culture Lab en Long Island City, que en el último año se ha convertido en centro de referencia para la fotografía contemporánea en esta ciudad gracias al comisariado de su nuevo director del programa de fotografía, Orestes González.
La exposición en Plaxall titulada “Phantasia, la fotografía es magia” nos muestra una selección de la nueva fotografía española a partir del trabajo de Francisco Uceda, Asunción Lozano, Cristóbal Carretero Casinello y Antonio E. Ojeda, artistas que están cuestionando los límites de lo real para apelar a la imaginación, a la magia de la imagen, que nos permite abrir una ventana a una reinterpretación de la realidad y a un cuestionamiento de la misma (como ya anunció Platón en uno de los grandes hitos del pensamiento occidental cuando miró fuera de la caverna) y que nos recuerdan que lo virtual no se da solo en referencia a lo digital.
Lo hacen revisitando y rompiendo los códigos tradicionales de la fotografía de calle y a la vez cuestionando esa pretendida objetividad de la imagen documental. En su obra, est+s artistas nos muestran que la calle es escenario y la realidad es escenificación. La fotografía documental nunca fue objetiva, si tal cosa fuera posible.

Sus fotografías abren paso, si prestamos atención, a ese mundo mágico de lo poético que nos rodea en la fenomenología de lo cotidiano, un mundo en el que el cuerpo se proyecta como sombra. Los espacios y calles aparecen rasgados para mostrarnos el otro lado, esos otros universos que vemos por el rabillo del ojo y que nos permiten lanzar una mirada más profunda al misterio del aquí-ahora, a las proyecciones de nuestra psique en lo mundano, a nuestra sombra en el espacio y en las cuerpas de les otres, haciendo material lo inmaterial, haciendo tangible lo intangible, congelando en el tiempo lo efímero para que podamos verlo con atención.
El trabajo de est+s artistas nos permite lanzar una mirada a lo que no tiene representación, a lo que nos parece sombra de la luz y no podemos comprender como luz de la sombra. El cuerpo se muestra aquí como representación bidimensional en un espacio tridimensional. Y es que al final, y por qué no citarlo, como decía Antoine de Saint-Exupéry en esa famosa cita repetida hasta la saciedad: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Lo que quizá se le escapó a Exupéry es que no hay esencia porque todo es presencia.