El pasado fin de semana se ha celebrado en Valencia el FOC, el primer Encuentro Nacional de directores de festivales de fotografía y creadores visuales de la Comunitat Valenciana. Durante tres jornadas, más de una docena representantes de festivales han reflexionado sobre sus virtudes, problemas y retos, buscando unirse para mejorar su gestión buscar su sostenibilidad y profesionalización. Formación y, sobre todo, conexión han sido los protagonistas, donde la palabra oportunidad ha inspirado a los asistentes.

De viernes a domingo, Valencia ha vuelto arder. Era FOC, una llama que ha servido para iluminar en el primer Encuentro nacional de directores de festivales de fotografía y creadores visuales de la Comunitat Valenciana. No están llegando buenas noticias en el sector: festivales que tienen que tirar la toalla por falta de apoyo institucional, desaparición del Centro Andaluz de Fotografía, destituciones de personas que apostaron por la fotografía contemporánea en varios centros… El panorama es más bien desolador. Grotesco como una falla.

En este contexto, responsables de los tres festivales de la Comunitat Valenciana, Daniel Belinchón, director de Imaginaria, Lucía Morate, directora de contenidos de PhotoAlicante y Tania Castro, directora de PhotOn Festival, que ya habían unido sus fuerzas realizando actividades conjuntas, han organizado, con la colaboración del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, este encuentro en el que se buscaba principalmente conectar los distintos eventos fotográficos que se celebran por todo el estado y ofrecer una formación mínima en esta primera toma de contacto.

Tania Castro indicaba al arrancar estas jornadas el punto de partida: “En este primer encuentro nos marcamos como objetivo generar diálogo, análisis de problemas y búsqueda de soluciones, líneas de actuación para la creación de subvenciones especificas para la fotografía, formación de directores y creadores en subvenciones y ayudas institucionales, además de un intercambio productivo entre los asistentes”.

© Óscar Rivero

Desde la organización, que lleva meses trabajando en la creación de esta plataforma, se pusieron en contacto con todos los festivales de los que han tenido conocimiento para invitarlos a participar en estas jornadas. Han realizado encuestas para tener una foto general del sector, tanto a festivales como a creadores visuales, y con ella se creará un informe de la situación actual de la fotografía y cuyos resultados se presentarán en el primer trimestre del año 2020 en Castellón en colaboración con la Universitat Jaume I.

Castro lo expresaba claramente: “Va siendo hora de que se nos tome más en serio y se valore el importante papel que desarrollan los festivales de fotografía y la fotografía en el mapa cultural. Hay subvenciones públicas de gran cuantía para festivales de música, de cine, de artes escénicas y no existe ninguna específica para festivales de fotografía o fotógrafos. Eso es inaudito a estas alturas”.

Pese a haber sido invitados, ha habido importantes ausencias por parte de algunos de los grandes festivales nacionales, que tal vez no han considerado oportuno compartir su experiencia con sus compañeros. Afortunadamente sí se puedo escuchar y conocer las realidades de, además de los tres festivales anfitriones, a los responsables de Pa-ta-ta de Granada, Ojos Rojos de Xavia, OnPhoto de Soria, Benidorm Expone, Teruel Punto Photo, Baffest de Barakaldo y Fiebre Photobook en Madrid. No pudieron asistir por diferentes motivos Art Photo Barcelona, FFoco de A Coruña, Basquedoc de Bilbao y Fotokalea de Vitoria.

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En los testimonios de los asistentes se repetía con frecuencia el mismo patrón: eventos organizados gracias al entusiasmo y pasión de personas o asociaciones, sin formación específica, sin una profesionalización de la actividad, con apoyo institucional puntual y de presupuesto muy limitado, casi siempre local y dependiente de la voluntad del político que ocupe el cargo ese momento, sin variedad en las fuentes de financiación, con apenas patrocinio privado, sin un retorno económico para organizadores, cuando no generando directamente pérdidas y, en muchos casos, sin remuneración mínima para los fotógrafos y fotógrafas que participan.

Ante este panorama, este encuentro ayudó a tomar conciencia, entender que existe la posibilidad de organizarse, compartir información y recursos, formarse, mejorar la gestión, hacer valer su trabajo y esfuerzo ante las instituciones, implicar a los patrocinadores en estos proyectos como parte de su responsabilidad social, buscar innovación en las propuestas o tener más presente al público y a los fotógrafos.

Fue muy positiva e inspiradora la presencia de Marta C. Dehesa, creadora de Mazoka, festival de ilustración de Vitoria, pero también abogada especialista en temas relacionados con la imagen, que pudo constatar el poco conocimiento legal de los asistentes sobre las cuestiones que afectan a la organización de estos eventos.

También se cuestionó si los propios festivales no forman parte del problema de la precarización contribuyendo a la fragilidad del sector, y para ello se ha visto la necesidad de crear un código de buenas prácticas que proteja tanto a gestores como creadores.

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La voz de los fotógrafos y fotógrafas también se pudo escuchar, pues han participado varios autores de la región invitados por los tres festivales anfitriones: Pablo Chacón, Fotolateras, Tapas Duras, Irene Bernad, Paco Llop, Eva Mañez, Andrés Lacontra, Julian Galán, Carlos Sebastia, Carmen Ripolles, Jordi Cervera, Iván Navarro, Juan Margolles, Manu Alarcon, Mitar Terzic, Rosa Sala, Vórtice Photo, Carlos Aguilera, María Sanz Arandia, Robert Lengua, Oscar Vázquez, Xavier Ferrer, Juan Placencia, Julian Barón, Carolina de Diego, Jordi Cervera y Vicente Pla.

 Además de tener la posibilidad de conocer sus trabajos, los directores y directoras pudieron escuchar a aquellos cuyo trabajo se expone en estos festivales y a los que en muchas ocasiones nunca se le ha preguntado por sus impresiones y demandas.

La parte formativa también tuvo un peso importante. Isabel Pérez Gálvez, técnica de la Oficina Europa Creativa, del Ministerio de Cultura y Deporte orientó sobre las subvenciones de la Unión Europea. Vanessa García, directora de cuentas de la agencia Cul de Sac y experta en márquetin, dio algunas nociones sobre cuestiones relacionadas con la comunicación, la imagen de marca o el posicionamiento SEO. Yo mismo intervine brevemente para dar algunas indicaciones sobre la relación con la prensa, otro de los déficits habituales de los festivales nacionales. Por su parte, Raúl Abeledo, de Econcult Unidad de Investigación, amplió horizontes mostrando la posibilidad de la internacionalización de las empresas culturales y las estrategias a seguir para conseguirlo.

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En realidad, este fin de semana ha supuesto una primera toma de contacto. Un intento de saber quiénes y cómo están organizando nuestros festivales, cuáles son sus necesidades, sus aciertos y errores, sus posibilidades… Un intento de crear una red, sabedores de que son compañeros y no competencia, con la necesidad de generar una voz para elevar sus reivindicaciones. Probablemente este encuentro sirva para crear una asociación de festivales que permita crear una infraestructura que los ampare.

No cabe duda de que, en la mayoría de los casos, el amor a la fotografía, la pasión con la que se crean estos festivales y el afán de divulgación, sea en ciudades grandes o en pueblos pequeños, no son suficientes si no están bien gestionados. Porque la potencia sin control no sirve de nada, que decía el anuncio. Y este parece ser un primer paso para conseguirlo. Una chispa para prender la llama. Y claro, ¿qué mejor sitio que Valencia para encender un fuego?

© Óscar Rivero