Se rinde un homenaje a Gabriel Martínez López, fotógrafo fallecido el pasado mes de agosto, con la exposición ‘Diario de un currela con un móvil que hace fotos’ que se presenta en la Librería Railowsky en Valencia.
‘Diario de un currela con un móvil que hace fotos’, de Gabriel Martínez López, se inaugura el viernes 18 de octubre a las 19:30 en la Librería Railowsky en Valencia, situada en el número 34 de la calle Grabador Esteve. La exposición se podrá disfrutar hasta el 13 de noviembre. La familia y amigos de Gabriel, que falleció el pasado 8 de agosto, pretenden que este acto sea “además de un homenaje, un paso más en el camino de lo que está por venir”.
Como destaca en redes su hijo Paco Martínez, en la convocatoria del evento: “Diario de un Currela con un móvil que hace fotos” es “un proyecto de largo recorrido que es al mismo tiempo metáfora de un país y de un estado mental, concebido en forma de diario dotado de sentido crítico y mirada cómplice, carente de artificios y sarcasmo. El resultado es un trabajo desnudo, intuitivo y totalmente libre, realizado a contracorriente, que pretende interpelar al espectador como una especie de rompecabezas inacabado.”
El fotolibro
Este proyecto que Gabriel comenzó publicando en Facebook, fue dado a conocer por Antonio Rando y Miguel Torés, quienes lo publicaron en 2016 en su editorial malagueña Cirkadian, en la 2° entrega de su revista Dos Pájaros. Se presentó en la UFCA, en Cádiz, la Escuela de Arte de Almería, o en el Club de Lectura Fotográfica (CLEF) en Málaga, entre otros.

“El nº 2 de 2Pájaros es un móvil impreso que contiene 100 fotografías y algunos mensajes de whatsup que podrás ver y leer sin temor a que se te acabe la batería”.
Se trataba de 100 páginas a color que documentan el día a día de la vida de un trabajador con alma de fotógrafo, en la zona rural Almeriense. Las imágenes de Gabriel Martínez López junto a los poemas de Pablo Garcia Casado en un formato que imita al móvil y que recuerda a los cuadernos de notas.
Trayectoria
Gabriel Martínez López, de Alhama de Almería, 1965. De profesión herrero “desde que nació”, trabajando la forja, la carpintería y la cerrajería por herencia (ya que su abuelo y su padre también fueron herreros), combinaba esta actividad con su pasión fotográfica, que abrazó desde hace casi 30 años.
De formación autodidacta, trabajó en el mundo de la publicidad, el reportaje, el documental y la fotografía de autor. Fue docente de fotografía en Escuelas de Adultos e impartió talleres sobre fotografía en diversas agrupaciones fotográficas. También fue ponente y conferenciante en institutos de secundaria, escuelas de arte y en niveles universitarios.

Su pasión por la fotografía le llega desde su inquietud inicial hacia las prácticas artísticas y por la cultura, sobre todo primero por la literatura y el dibujo. Aprendió fotografía a fuerza de hacer fotos y observar lo que había hecho. Leía mucho. Eugene Smith fue el primer fotógrafo que le llamó la atención, sobre todo sus fotografías domésticas. Esta pasión le llevó a coleccionar libros de fotografía y hasta a ser impulsor del Photo Book Club Almería, iniciativa pionera a la que seguimos con ilusión desde la biblioteca del Centro Andaluz de la Fotografía en su primera sesión el pasado 11 de julio de 2019 y que Gabriel documentó en contacto con otros clubes fotográficos en todo el panorama nacional.
Como el mismo Gabriel explicaba en su página de Facebook: “Las fotos de Gabi”, este éxito le llega tras sólo un par de años haciendo fotografías con el móvil, por una circunstancia casual. En su manera de mirar y la calidad de sus imágenes se aprecia su trayectoria: “Más del noventa y nueve por ciento de mis fotografías son químicas, en blanco y negro, reveladas y positivadas en casita, en baritado (bromuros y clorobromuros), virados artesanales a la tiourea, por sulfuración…”
Gabriela Cendoya, coleccionista de fotolibros y colaboradora en prensa especializada, dice de su proyecto que es “una memoria visual e interna para las cosas de la vida cotidiana que no debemos olvidar. Trabajadores, obreros, emigrantes, calles despobladas, lugares en crisis, un tiempo que pasa muy lento, abandono por parte de los políticos. (…) Pero hay aquí siempre mucha dignidad en las miradas, y en las actitudes, y mucho respeto por parte del autor. Una ironía frente a la dureza, una dulzura frente a la crudeza.”
Las fotografías
Su trabajo ha participado en numerosas exposiciones colectivas, ha publicado en prensa y en revistas especializadas. Fue seleccionado para la exposición “Almerías, fotoensayos sobre la sociedad almeriense” que comisarié en el Centro Andaluz de la Fotografía, de octubre de 2018 a enero de 2019, junto a otros 15 trabajos de autor.

En el catálogo de la exposición, publicación realizada por la editorial de la Universidad de Almería, EDUAL, se destaca sobre Gabriel que “es un fotógrafo de gran trayectoria e historia en Almería que muestra esa cotidianeidad con la que convive desde un punto de vista crítico y conceptual a un tiempo, evolucionando desde los baritados procesados artesanalmente a la tiurea que podemos disfrutar en su casa de Roquetas de Mar, a esta nueva manera de mirar su día a día, que además es el día a día de la franja social con la que se relaciona y que, por tanto, conoce desde dentro.”
Como el mismo Gabriel explicó en una entrevista en la revista digital “Quitar fotos”: “Se trata de un extracto de un trabajo de largo recorrido realizado con muchas limitaciones que nace de una necesidad vital de expresión a través de la fotografía y que básica e inicialmente consiste en documentar la cotidianidad que me rodea, lo que veo mientras vivo o sobrevivo, “paisanaje”, paisaje, y algo más.”

Son “Imágenes de la vida real donde no existe el espectáculo, ni la conversión en “arte” de ninguna clase de miseria. Son fotografías directas, instintivas, sin artificios. Sólo la vida cotidiana de personas a las que pocas veces se presta atención o se las mira con empatía. Un escenario poco atractivo a primera vista (sujetos, objetos, y contextos). Fotografías que no recurren a recursos arquetípicos, que abordan una realidad que la mayoría de las veces puede parecer invisible porque no resulta cómoda o agradable para nuestra idílica sociedad actual. (…) Una actitud de rebelión ante una posible rendición (la tuya, la de ellos, la mía)”
En definitiva, un acercamiento humanista y reflexivo a la vida, a lo cotidiano, que nos muestra, a un tiempo la humildad de un artesano de la mirada y la fuerza de un revolucionario con un corazón enorme. Por eso su obra es imprescindible como registro visual contemporáneo y documento de la realidad social que vivimos. Y su impulso es la estela que Gabriel ha dejado, y que seguiremos. “Rendirse jamás”.