Estés de vacaciones o no, estos días son una buena ocasión para darse una vuelta por alguna de estas exposiciones.
Hay muchos tipos de imágenes. Unas desfilan por la calles, otras se pueden visitar en las salas. Si quieres darte un respiro de velas y capirotes, aquí tienes unas cuantas expos que te pueden gustar.
De Middel, Trillo y Cases.
- Centre del Carme. Valencia.
- Hasta el 18 de junio.
El Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) presenta tres exposiciones individuales dedicadas a la obra de sendos profesionales de primera línea: Cristina de Middel, Ricardo Cases y Miguel Trillo.
Cristina de Middel: desmontando la narración convencional
La alicantina Cristina de Middel, que preside la prestigiosa agencia Magnum y es Premio Nacional de Fotografía en 2017, muestra en ‘Etcétera!’ su personal discurso, con el que intenta cuestionar las reglas tradicionales de la exhibición fotográfica, rompiendo los conceptos básicos de unicidad, orden y narración con los que se suelen ofrecer los proyectos artísticos en las salas de arte.
En la primera parte de la exposición, comisariada por Rafael Doctor, las imágenes se aglutinan en un gran mural que configura un inmenso gabinete de obras, una gran obra donde el todo y lo individual se conjugan perfectamente. Como contrapunto a todo ese deliberado exceso, y, en la sala final, el CCCC presenta la nueva serie fotográfica de Cristina de Middel, ‘Gentleman’s Club’, donde la artista analiza la prostitución femenina a través de los clientes en varias partes del mundo.
‘Etcétera!’ supone una nueva vuelta de tuerca al particular ejercicio crítico que de Middel inició en 2017 con ‘Muchismo’ (Sala Fernando Fernán Gómez, Madrid) y que continuó en 2019 con ‘La construcción de la realidad y otras mentiras’ (CAF, Almería), y, en 2021, con ‘La línea pródiga’ (Las Cigarreras, Alicante).
“El reto que ofrece esta cuarta variación de la propuesta viene acompañado del inmenso orgullo que es para mí poder mostrar la obra en un espacio como el Centre del Carme y de la alegría que supone regresar a València, ciudad en la que me formé y en la que empezó esta aventura que desnudo ahora en una sala tan gigante como estimulante”, asegura la artista.

La juventud asiática según Miguel Trillo
El proyecto ‘Miguel Trillo. AsiaTown’ es una exposición producida por el Consorci de Museus, que se presenta en València tras su estreno en el marco de colaboración con el Centro Cultural Las Cigarreras, en PhotoAlicante, y que pretende mostrar al público el resultado del trabajo realizado por el artista en las primeras décadas del siglo XXI en Asia.
La exposición, comisariada por Sema D’Acosta, reúne retratos de gente joven a pie de calle en diferentes ciudades asiáticas, desde Oceanía hasta el golfo Pérsico, que dan testimonio del inicio de una nueva cultura urbana, cuyos parámetros estéticos se han expandido globalmente gracias a Internet, las redes sociales y el ‘smartphone’.
“‘Asiatown’ trata del tobogán visual que ha supuesto la cultura juvenil japonesa o surcoreana para el resto del continente asiático y para las demás zonas del planeta. Yo, que me desarrollé con la fotografía en tiempos de la movida madrileña durante los primeros años 80, describo en esta exposición mi fascinación por estos nuevos peldaños. Ninguna generación se toma reposo. ‘Asiatown’ es otra vuelta de tuerca de las calles del ritmo en un continente con muy distintos credos religiosos y dispares regímenes políticos. Yo me he centrado en la necesidad del adolescente de su vestimenta como segunda piel, la muda externa de un ropaje que expresa una actitud siempre a la carta”, señala Miguel Trillo, quien asegura que “exponer en un espacio como el CCCC, con una programación tan moderna y con tanta afluencia juvenil, es una satisfacción para mí”.

El ficus del Parterre, según Ricardo Cases
‘Ricardo Cases. El ficus del Parterre’ muestra el resultado de diez años de trabajos fotográficos centrados en representar el paisaje del Levante, apoyándose en la costa o en entornos rurales. En 2018, Ricardo Cases comenzó una producción de fotografías con la ciudad de València como escenario de exploración y búsqueda. A raíz de esta investigación surgieron series como ‘El ficus del Parterre’, resultado del encuentro con lugares y motivos que aparecen como cortocircuitos o clichés en desuso del carácter local.
La exposición, que cuenta con Pablo Brezo como comisario, muestra la tensión histórica que han generado más de 40 años de convivencia entre el árbol más grande y viejo de la ciudad y una gasolinera situada a muy pocos metros de este. Esta y otras series aparecen en el trabajo de Ricardo Cases, mostrando situaciones que propician una nueva vía de exploración formal con la voluntad de continuar buscando la manera de contar a través de la fotografía.
“Teniendo en cuenta que ‘El ficus del Parterre’ es un proyecto fotográfico desarrollado en la ciudad de València, esta exposición tiene para mí un interés especial, porque el público va a reconocer situaciones y lugares de su propia cotidianidad”, comenta Ricardo Cases.

‘Subida al cielo’ de Lúa Ribeira
- Kutxa Kultur Artegunea. San Sebastian.
- Hasta el 2 de julio.
‘Lúa Ribeira. Subida al cielo’ es un proyecto compuesto por cinco series desarrolladas por la fotógrafa Lúa Ribeira entre los años 2016 y 2020: ‘Subida al cielo’, ‘Aristócratas’, ‘Las visiones’, ‘La Jungla’ y ‘Los afortunados’. Repartidas en dos plantas, se exponen 74 obras junto con materiales de apoyo usados por la artista en la búsqueda de imágenes, formando la exposición más completa y extensa de su trabajo hasta la fecha.
Estas cinco series se agrupan en virtud de un mismo modo de trabajo que Lúa ha desarrollado durante este tiempo y que tiene como punto de partida el reconocimiento de la vulnerabilidad sociohistórica de su identidad gallega. Esa percepción se traduce en un interés por los márgenes, la alteridad, los mecanismos de exclusión y el cuestionamiento de la cultura dominante, así como en el deseo de trascender los límites y trabajar fuera de las separaciones estructurales establecidas entre diversas comunidades e individuos que forman parte de las sociedades contemporáneas, junto a quienes ha creado imágenes rompiendo con la mirada habitual, colocándose en un lugar alejado del de mera observadora y tomando una posición activa a través del encuentro.
‘Subida al cielo recorre’ diferentes territorios: desde los fríos parques del Reino Unido a las fronteras entre Marruecos y Europa y México y Estados Unidos, pasando por las fértiles tierras gallegas hasta un árido pueblo andaluz. A pesar del alcance territorial, las cinco series se agrupan en virtud de la metodología compartida y la motivación política.

‘Proyecto Polaroid’
- Fundación Berrié. A Coruña.
- Hasta el 9 de julio.
‘Proyecto Polaroid: En la intersección del arte y la tecnología’, comisariada por William Ewing; Barbara Hitchcock; Deborah G. Douglas; Rebekka Reuter y Gary Van Zante, cuenta con más de 300 piezas, entre las que se cuenta material gráfico elaborado con toda la gama de papel y películas Polaroid y con las que se abarca una producción artística que va desde la década de 1940 hasta nuestros días. Prototipos, modelos, papel y películas experimentales, dibujos técnicos y material relacionado integrarán el lado técnico de la exposición.
Algunos de los nombres representados son: Ansel Adams; André Kertész; Sandi Fellman; Peter Beard; Dennis Hopper; George Silk; Richard Hamilton; Bill Eppridge; Shelby Lee Adams; Fazal Sheikh; Chuck Close; Philippe Halsman; Guy Bourdin; William Wegman; Edward Steichen; Andy Warhol o Robert Mapplethorpe.

‘Marcelo Brodsky. Resistencia poética’
- Foto Colectania. Barcelona.
- Hasta el 28 de mayo.
‘Marcelo Brodsky. Resistencia poética’ está comisariada por Irene de Mendoza. Nacido en Argentina, Marcelo Brodsky se exilió a E’spaña durante la dictadura militar argentina de los años 70 y 80. Su obra combina imágenes e intervenciones con color y texto, ubicándose entre la fotografía, la instalación, la performance y el memorial.
La temática de la obra de Brodsky abarca todo el mundo. Arranca con la lucha por los derechos humanos en Argentina que, con los años, el autor extendería a muchos otros países. La revisión del año 1968, que muestra imágenes de protestas mundiales, se ha convertido en uno de sus proyectos más ambiciosos al enfrentarnos, además, con otras realidades interconectadas de la época como son el colonialismo, el capitalismo, el racismo o el patriarcado.
En su trayectoria ha reivindicado también movimientos por los derechos civiles o el Black Lives Matter de Estados Unidos, y más recientemente destaca la búsqueda de la justicia reparadora para las víctimas del genocidio en el estado colonial de África del Sudoeste Alemana (la actual Namibia).
En declaraciones recientes del autor: “Las fotografías siempre quedan abiertas para múltiples interpretaciones, y mis intervenciones en las imágenes sugieren una dirección. Los textos y colores añadidos construyen una forma alternativa de lenguaje, una poética de la resistencia. Lo que intento hacer interviniendo imágenes históricas y recuperando su contexto es lanzar flechas hacia el futuro, que es nuestro presente.”
La exposición que se presenta en Foto Colectania reúne algunas de sus series más conocidas: comienza con una selección de cinco fotografías realizadas durante su exilio a finales de los años 70 en Barcelona y una sección dedicada a su proyecto ‘Buena Memoria’, en la que investiga las consecuencias de la dictadura argentina sobre sus compañeros de colegio. Esta obra se convertiría en uno de los puntos de partida para las intervenciones con texto y color sobre fotografías que aplicará en sus proyectos posteriores.
Otras series que se exponen son su emblemática ‘1968’. El fuego de las ideas que muestra los movimientos desencadenados en todo el mundo en 1968, las fotografías de la lucha contra el Franquismo o del Apartheid en Sudáfrica (que realiza junto al fotógrafo Gideon Mendel), la impactante ‘Rastros de violencia’, que muestra el primer genocidio de la historia a través de las fotografías colonialistas del Imperio Alemán en la actual Namibia y, por último, ‘Paro Nacional’ ‘sobre las recientes revueltas de Colombia en 2021.

‘Joana Biarnés. Madrid / Moda a pie de calle’,
- Sala Canal de Isabel II, Madrid.
- Hasta el 23 de julio.
Comisariada por Josep Casamartina i Parassols, se trata de una amplia revisión de los reportajes de moda que realizó Biarnés (Terrassa, 1935-2018), que se concentraron sobre todo en Madrid, entre 1962 y 1972.
Estos reportajes discurrieron en paralelo a su intensa dedicación al fotoperiodismo, ya que fue la primera mujer en España que se dedicó a esta profesión, hasta entonces estrictamente acotada a los hombres.
La exposición incluye más de un centenar de fotografías que muestran la evolución de la moda y de la sociedad en una época de cambios trascendentales, como fueron los años sesenta y los primeros setenta. Asimismo, representa una panorámica de la capital española, con sus calles, barrios y habitantes, algo que sería una constante en toda la trayectoria de Joana Biarnés como creadora.
A modo de prólogo la exposición comienza con una selección emblemática de trajes de modistos con los que Biarnés colaboró, o hizo reportajes, en algún momento como Asunción Bastida, Carmen Mir, Elio Berhanyer, Paco Rabanne, Mary Quant o Antonio Nieto del que se expone el traje de novia que el modisto creó para la fotógrafa catalana y el de Karina para el Festival de Eurovisión de 1971. Junto a estos se incluye también un traje op art de Renoma, una boutique francesa que tuvo sucursal en Tuset Street, en Barcelona, y de la que Joana y su marido, el periodista Jean Michel Bamberger, llegaron a ser socios.
El conjunto de fotografías que conforma la exposición se distribuye en siete capítulos: Aires de costura, De la pasarela al bulevar, De Tuset a Moncho Street,Madrid-París- Londres, Trajes para una canción, ¡Viva la calle! y En busca del paraíso. A lo largo de ellos van apareciendo diferentes creadores y boutiquesque marcaron época en la capital española como Asunción Bastida, Vargas Ochagavía, Lino Martínez, Marbel, Pedro Rodríguez, Miguel Rueda, Antonio Nieto, Juanjo Rocafort o Elio Berhanyer, junto a nombres internacionales, además de boutiques y reconocidas peleterías.
La secuencia fotográfica termina en las Baleares, con la irrupción de la moda ad lib, influida por el movimiento hippy, que en el fondo marcaría el final de una época y el inicio de otra de la que Joana tampoco sería ajena ya que acabaría dejando su profesión para instalarse en Ibiza y abrir un restaurante. Cierra la exposición un documental con testimonios de la propia fotógrafa y las personas que trataron con ella.
Biarnés abordó la moda con la misma proximidad y sinceridad que el resto de temas que documentaba y esta es una de sus principales aportaciones. En este ámbito, tan dado a la fantasía y la sofisticación, ella situó a menudo las modelos en la calle, con naturalidad, sin buscar escenarios fastuosos o extravagantes, ni tampoco evasiones estéticas, y captó como nadie en cada imagen la esencia de su tiempo.

‘Facundo de Zuviría. Estampas porteñas’
- Fundación Mapfre. Madrid.
- Hasta el 7 de mayo.
Comisariada por Alexis Fabry, la exposición recorre cuarenta años de trayectoria del artista, de 1982 a 2022, a través de 195 fotografías en blanco y negro y en color y ofrece un itinerario lineal, un todo continuo solo interrumpido por las series Siesta argentina, la más conocida y política, y Frontalismo, gran ejemplo de su inclinación por la composición y la simetría.
Los modos de trabajar del autor son dos: por un lado, proyectos prolongados en el tiempo que surgen de una idea previa y en los que cada imagen se subordina a ese concepto original, como ocurre en Frontalismo. Esta serie, iniciada en 2010, era en un principio una serie con punto final; sin embargo, todavía continúa abierta.
Lo mismo ocurre con Estampas porteñas, que el artista considera su trabajo más personal, pues se nutre de motivos a los que vuelve una y otra vez en sus paseos habituales por Buenos Aires.
Por otro lado, aborda series de carácter autónomo y acotado, como en el caso de los fotogramas (1981-1983), las secuencias (2000-2004), la citada Siesta argentina (2001-2003) o los cianotipos de libros que elaboró durante la pandemia (2020-2021), por citar algunos ejemplos.
Facundo de Zuviría (Buenos Aires, 1954) decidió dedicarse a la fotografía de forma más profesional en 1983. Una de sus primeras intenciones fue la de armar un archivo de imágenes de Buenos Aires. El proyecto no llegó a materializarse, pero a partir de ese momento nunca dejó de capturar sus calles, las fachadas de las casas, los patios interiores, los escaparates o las señales hoy levemente obsoletas.
Fotografió también carteles superpuestos unos encima de otros, lacerados, que pertenecen a una época superada o en vías de caducar, lo que ofrece, en su conjunto, la nostalgia de una ciudad pasada en proceso de transformación, lugares que ya nunca volverán a ser los mismos.
De esta manera ha ido construyendo a lo largo de su trayectoria una imagen paralela a la de su propia ciudad, la suya propia, que, hasta hoy, no lo ha abandonado.
En la estética de Zuviría asoma la influencia de grandes fotógrafos de lo urbano, como Walker Evans y Horacio Coppola -considerado el padre de la fotografía moderna argentina-, pero también la de artistas plásticos como los del arte pop norteamericano e inglés o Edward Hopper y de la literatura; no en vano su escritor preferido es Jorge Luis Borges, otro, como Zuviría, infatigable peatón bonaerense.

‘El placer de mirar’ de Joel Meyerowitz
- En Leica Gallery. Madrid.
- Hasta el 27 de mayo.
Joel Meyerowitz es uno de los mayores representantes de la fotografía de calle en color de Estados Unidos. Como pocos, consigue una y otra vez extraer momentos insólitos de la enmarañada confusión de la vida cotidiana. Reconocidos en una fracción de segundo, los motivos aparecen siempre como imágenes perfectamente compuestas.
Fue un encuentro con el famoso fotógrafo Robert Frank a principios de los sesenta -cuando Meyerowitz trabajaba como director artístico- lo que desencadenó su decisión de convertirse en fotógrafo. Tras observar cómo trabajaba el gran artista, Meyerowitz tomó la decisión de dedicarse también a la fotografía callejera. Durante los años siguientes tomó fotos en las calles de Nueva York; allí encontró el escenario perfecto para observar la vida y la gente de la gran ciudad.
Tras comenzar en color en 1962, Meyerowitz empezó a utilizar película en blanco y negro un año después. La formación que recibió en Nueva York se perfeccionó durante un viaje de un año por Europa en 1966/67. Muchas de las conocidas fotografías que forman parte de la inconfundible obra de Meyerowitz fueron tomadas en esa época en distintos países y ciudades. En los años siguientes a su regreso a EE.UU., el color cobró aún más importancia para el fotógrafo, y muchos de sus motivos legendarios son de esa época.
26º Premio Luis. Valtueña. María Claus, Santi Palacios, NazikArmenkyan, Federico Ríos y Sáshenka Gutiérrez Valerio.
- Casa del Reloj. Madrid.
- Hasta el 27 de abril.
La muestra recoge los trabajos de la ganadora y finalistas de la 26ª edición del Premio Luis Valtueña.
Más de siete mil imágenes procedentes de noventa y cuatro países se presentaron al premio, que reconoció a la española María Clauss por su trabajo Donde no habite el olvido en el que usa la fotografía como “medio” para recuperar la memoria. Así la autora pretende hacer visibles los espacios de represión, las personas represaliadas y sus familiares directos, tras el comienzo de la guerra civil española en la provincia andaluza de Huelva.
«Mi trabajo es una pequeña historia sobre la historia que no debemos olvidar. Este trabajo ha sido un proceso de aprendizaje. Estoy muy orgullosa de ser la primera mujer en ganar este prestigioso premio y doy las gracias a Médicos del Mundo por haberlo creado», destaca Clauss.
La muestra, que se puede visitar gratuitamente, viaja de lo nacional a lo internacional. Así, el fotógrafo español Santi Palacios se ha alzado como finalista con su trabajo La masacre de Bucha, en la que retrata los escenarios dantescos que se encontró la población tras la salida de las tropas rusas de esa ciudad ucraniana, convertida en símbolo de las vulneraciones de los derechos humanos en ese conflicto armado.
“Bucha tiene vigencia no sólo porque la guerra en Ucrania continúa, sino porque lo que sucedió en esa localidad no debe caer en el olvido”, asegura el fotoperiodista.
El premio también ha viajado hasta Armenia al reconocer como finalista a la artista NazikArmenkyan, quien con su objetivo enfoca con gran maestría una realidad invisible: la de las mujeres de su país con VIH, infectadas por sus maridos y doblemente victimizadas, ya que, debido a la tradición o religión, no pueden hablar de lo que están viviendo.
Estas mujeres se enfrentan a una situación extremadamente dura cuando conocen que están infectadas con el VIH. “Muchas de ellas tienen pensamientos suicidas o incluso intentan suicidarse. Es una situación difícil para todas las jóvenes armenias», señala Armenakyan, autora de Red, Black, White.
Además, el colombiano Federico Ríos fue reconocido como finalista en esta edición por su trabajo Migrantes atravesando el Tapón del Darién. Este paso conformado por una escarpada selva entre Sudamérica y Centroamérica es transitada cada año por miles de personas que sufren todo tipo de calamidades en su ruta para alcanzar el sueño americano.
«Lo más doloroso es cómo el mundo ha decidido voltear la mirada hacia otro lado y desentenderse de la migración, que no es un asunto de números menores», enfatiza el fotoperiodista.
Por último, esta convocatoria con marcado carácter femenino, concedió una mención especial a la mexicana Sáshenka Gutiérrez Valerio por su serie Jódete cáncer, en la que visibiliza a través de Sandra, una superviviente de una doble mastectomía, las cicatrices de esta enfermedad, a la vez que cuestiona los estándares de belleza actuales.