Paula Anta es una fotógrafa madrileña que dota a cada una de sus series de un carisma especial. Ya sean retratos o paisajes, sus fotografías muestran un compendio de muchos saberes: humanismo, historia del Arte, arquitectura, lo-que-no-se-ve… En realidad, tratan de nuestra manera de estar en el mundo, abordando temas dispares que van surgiendo de manera secuencial a su evolución artística.

Paula y yo nos conocimos hace ya bastantes años y tengo la suerte de haber colaborado con ella, lo que me ha permitido conocer una obra que, siendo muy extensa, es ahora cuando empieza a ser reconocida.

Tras su doctorado europeo en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid en 2015, ha sido finalista del premio Pilar Citoler 2016, premio Comunidad de Madrid en Estampa 2016, habiendo realizado estancias becada en la Academia de España en Roma y en el Colegio de España en París. También tiene experiencia docente en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca y ha impartido clases magistrales en varias universidades españolas y extranjeras. Actualmente expone en Lateral Fuencarral con motivo de ARCO y está representada por la Galería Pilar Serra.

Estamos, pues, ante una artista que ama la música, viajar, atenta a cualquier forma de arte y que realiza sus fotografías de una manera performativa, tanto que siempre ha realizado instalaciones en las exposiciones de sus fotografías. Paula quiere ir encaminándose a mostrar en sala el nexo entre lo tridimensional y lo bidimensional, la instalación última que permita al espectador introducirse en lo que se ve dentro de la fotografía y, al tiempo, trabajar la acción de la fotografía como si de una escultura se tratase.

Instalación ‘Edera’ galería AURAL © Paula Anta

Tomándonos unos Aperol y focaccia, porque nuestras vidas tienen una fuerte querencia italiana y hay que suplir la morriña de vez en cuando, me propongo hacer una disección de (casi) toda su producción, poniendo el acento en aquellos temas que ha ido tratando y su particular manera de abordarlos.

Naturaleza y Artificialidad

DAEGU 03 ‘Paraisos Artificiales’ © Paula Anta

Todos los que conocen la obra de Paula saben que es un punto fundamental en su representación artística. Para ella supone la habilidad del ser humano de reproducir artificialmente una naturaleza que ya existe, no como forma de enfrentamiento sino de convivencia, puesto que, sin salir personas la presencia humana se nota. Me comenta como curiosidad no exenta de un cierto metasignificado, que en ‘Paraísos Artificiales’ muchas de las tiendas de exuberantes plantas de plástico estaban en pasos subterráneos laberínticos, un claro ejemplo de artefacto humano, de realidad paralela.

Le comento que, a pesar de su exuberancia, esa serie me resulta un espacio muy despojado, tanto como ‘L’Architecture des Arbres’, y lo enlaza con la imagen barroca que dan esas fotografías, con multitud de elementos que son plantas falsas y que, en efecto, están despojados del ideal natural del cual provienen. La serie ‘Faunia’ también trata de la artificialidad del zoo, aumentado con el tratamiento nocturno de las tomas y dejando el escenario crudo e inmóvil.

Arquitectura

Cripta ‘Edera’ ©Paula Anta

Hablando de la serie ‘Edera’, que fotografió en la iglesia de San Carlino alle Quatro Fontane realizada por Borromini, Paula me cuenta que es un espacio arquitectónico tan armónico y perfecto que le resultaba semejante a la naturaleza; la armonía en volúmenes, formas y luz que encierra ese espacio (yo, bebiendo Aperol y diciendo sí a todo, ya que es uno de mis sitios preferidos de Roma), y que las escaleras tienen motivos vegetales o de la naturaleza. Esto, me comenta Paula, no deja de ser un reflejo de la estructura base de construcción del ser humano en su hábitat, la reproducción de lo que le rodea. Por otra parte, las instalaciones de hiedra pigmentada en ‘Edera’ Paula las sitúa en sitios de paso. Son arquitecturas “desecho” con uso aunque sin una funcionalidad más allá de la de unir estancias que sí tienen un cometido específico; con la instalación de las hiedras hace patente esa presencia, que ya deviene necesaria en tanto hacer evidente el nexo entre espacios; y también invasora, puesto que la hiedra es una planta con gran capacidad expansiva.

Pigmentos y otros efectos

Arbre 1 ‘L’Architecture des Arbres’ © Paula Anta

Las hiedras negras de ‘Edera’ son el contrapunto a los volúmenes y la luz en ‘San Carlino’. Como en ‘Rutas negras’o ‘L’Architecture des Arbres’, Paula usa el pigmento como un elemento más de la teoría de la luz, en la que los elementos negros absorben toda la radiación visible del espectro y fotográficamente es la negación de la luz.

El uso de pigmentos no le es ajeno al usarlos desde Bellas Artes e incluso ahora va a explorar la vibración de otros colores. A este respecto, Paula me comenta que inconscientemente existe un “estado” artístico en el que su impulso cambia y ha de estar atenta para dirigir sus acciones en una u otra dirección. Y así el arte se convierte en un elemento liberador, que ya anda muy encorsetado con el mercado, las modas, etc.; así ella decide libremente y su arte es único, sea o no fruto de una arbitrariedad. Aun así, el trabajo fotográfico puede resultar agotador al estar en el filo de la introspección al mismo tiempo que en la toma de decisiones para realizar las fotografías.

Detrás de esta arbitrariedad, o quizá yo diría experimentación, está el uso de las nubes de arena en Mauritania en la serie ‘Hendu’, que realizó dentro de una campaña de Intermon-Oxfam. Paula define esas nubes creadas de modo artificial como metáfora y realidad de nuestra ceguera al no querer ver qué hay más allá de esas partículas en suspensión, y que no es otra cosa que uno de los países más pobres del mundo.

Retratos

Jasmine ‘Lectoras’ © Paula Anta

Los retratos de Paula beben directamente de las fuentes de retrato barroco, en lo que a iluminación de claroscuros se refiere, aunque use medios tecnológicos como en la serie ‘Lectoras’, donde iPads y móviles son la fuente de luz que ilumina los rostros. Las series de ‘Borsisti’ o de ‘Santos’ enlaza en iconografía con ese mismo periodo artístico, donde los becarios de la Academia de España en Roma, muestran y posan con atributos que representan o simbolizan sus actividades creadoras, y no puedo evitar pensar en los seguidores de Caravaggio o José de Ribera. En los retratos, pues, Paula también juega con la representación «no real», puesto que es ese tipo de imágenes las que servían para crear un imaginario colectivo de identificación.

“Artivismo”

Comento con Paula su relación con el festival Miradas de Mujeres o el trabajo con Intermón-Oxfam y si ella se considera “artivista”. Hablamos de la capacidad del arte para mostrar, denunciar y crear conciencia, usando el lenguaje artístico para ello. Ella no considera que su discurso lo muestre de manera abierta, pero sí existe esa conciencia; no define su fotografía como arte político formalmente hablando, aunque es indudable que sí lo es de alguna manera al estar viviendo en un determinado momento y circunstancias y no poder sustraerse a ello.

Alemania

Paula ha pasado la mitad de su vida artística en Alemania (como podemos deducir de los nombres de algunas de sus series), y haciendo finalmente su doctorado a medias entre España y allí. Quizá por conocer su trabajo bastante bien, le comento que, tras el estrés de la Tesis doctoral, el hermosísimo trabajo fotográfico ‘Kanzeln’ (dentro de la Tesis), las conferencias impartidas en la Universidad en Frankfurt y el cambio de galerista, si Alemania ha resultado el lugar de un “rito de paso”, si está cambiando de ciclo dentro de su fotografía. Tiene que pensárselo.

Habrá que quedar para otro Aperol y que me lo cuente.

‘Kanzel 07’ © Paula Anta

 

Puedes consultar con más detalle la obra de Paula Anta aquí.